Francina Armengol también anunció ayer que gran parte de la recaudación del impuesto turístico, unos 30 millones, se destinará a la realización de obras para garantizar el abastecimiento de agua en las zonas con problemas. En esta cuestión, Armengol ha conseguido el consenso de todas las fuerzas parlamentarias, ya que la terrible sequía sufrida este año han provocado las restricciones hídricas en muchos municipios, especialmente en la Serra de Tramuntana.

Se sabía que el Govern tenía la intención de priorizar las pocas inversiones que se prevén este año en acometer canalizaciones de agua y en mejorar las depuradoras. Lo que se desconocía era que el Govern estaba dispuesto a tirar de la recaudación del impuesto turístico para estas infraestructuras, tal y como anunció ayer la presidenta del Govern.

Desde el PP ya había realizado una petición en este sentido hace semanas y parece que el Govern ha hecho caso al primer partido de la oposición.

El reparto del dinero de la ecotasa levantó una gran polémica entre los partidos del pacto. Incluso existieron sonoros enfrentamientos, como el protagonizado por Podemos y Més cuando los podemitas decidieron eliminar la construcción de residencias geriátricas.

En cambio, ahora existe consenso total. Desde Podemos entienden que la situación hídrica en Balears es preocupante y aceptan que un porcentaje elevado del dinero que genere la ecotasa se destine a mejorar el abastecimiento de agua a la población.

El Govern ha decidido tirar del impuesto turístico, tal y como explicó Armengol, ante la situación creada por el Gobierno central y su bloqueo a las comunidades.

La presidenta criticó de forma especial que el Ministerio no haya cerrado el objetivo de déficit de 2016 con el límite del 0,7 %, con el consiguiente retraso en los pagos que ha supuesto: "No estamos recibiendo el dinero que nos correspondería si el objetivo de déficit ya se hubiera corregido y que sería de unos 120 millones de euros más".