­¿Es lícito, cuando los recursos son escasos, demorar las intervenciones de fumadores empedernidos que no van a dejar el hábito y que probablemente tengan que volver a pasar por el quirófano en favor de otros pacientes que seguirán a rajatabla las indicaciones médicas?

Esta pregunta ha sido trasladada a responsables del IB-Salut y varios de sus profesionales a raíz de la polémica suscitada en el Reino Unido al conocerse que uno de los hospitales que conforman el National Health Service (NHS), como medida de ahorro, decidió retrasar las intervenciones quirúrgicas -no vitales se sobrentiende- a los pacientes obesos y fumadores hasta que rebajaran su exceso de peso o dejaran de fumar.

Nacho García, director asistencial del IB-Salut, recalca que en la institución en la que trabaja "no hay restricciones para acceder a cualquiera de las prestaciones de nuestra cartera de servicios por el hecho de tener una condición concreta. A no ser que se dé una circunstancia clínica que contraindique la realización de esa intervención", diferencia.

Tras recordar que una adicción a un tóxico (en referencia al tabaco) ya es en sí un problema de salud, el director asistencial considera "inadecuadas" acciones como las promovidas por el hospital británico ya que "no ayuda a las personas, las abandona. No me parece correcto. Y esta es la opinión del Servei de Salut".

En el mismo sentido se pronuncia Xavier González, jefe del servicio de Cirugía General del hospital de Son Espases, que no obstante señala que "no dejan de tener un poco de razón los hospitales que retrasan la colocación de prótesis de rodilla o cadera a los pacientes con sobrepeso", señala en alusión a los problemas posteriores que acarrean estas intervenciones.

Pese a recordar que no es infrecuente ver a un paciente recién operado de un cáncer de laringe a consecuencia del tabaco fumando a través del agujero que le ha dejado en la garganta la intervención, el doctor González prefiere apostar por las campañas de prevención y por ofrecer de forma gratuita los fármacos de deshabituación tabáquica para reducir tanto el consumo de tabaco como el sobrepeso antes que restringir el acceso a la sanidad pública.

"La obesidad es una enfermedad también. Muchos obesos no pueden adelgazar por sí mismos", diferencia antes de recordar que el propio Sistema Nacional de Salud español no realiza trasplantes de hígado a pacientes que continúan bebiendo alcohol.

Gabriel Jaume, otorrino responsable del servicio de deshabituación tabáquica de Son Espases, recuerda asimismo que a su unidad acuden pacientes fumadores con obesidad mórbida que deben dejar el hábito si quieren ser operados por las complicaciones postoperatorias que pueden surgirles por el hecho de fumar.

"Te pondré un ejemplo. Hay una patología de las cuerdas vocales provocada por el tabaco. Si operas al paciente y este continúa fumando le podrás volver intervenir 40 veces más que siempre se reproducirá la dolencia. Estás gastando unos recursos y un esfuerzo con un paciente que no sigue tus recomendaciones y hurtandóselos a otros que actuarían más correctamente. ¿Es esto lícito?", deja en el aire la pregunta.

Como González, Jaume defiende la gratuidad de los tratamientos farmacológicos para dejar de fumar porque, asegura, la filosofía de muchos de sus pacientes es: No pienso pagar por dejar de fumar. "Lo que nos gastamos en atender los problemas de salud provocados por el consumo de cigarrillos es mucho más dinero que lo que el Estado recauda por la venta de tabaco", revela este profesional apuntando a una prohibición o a un aumento de su precio ya que, asegura, "incrementar un 5% su coste se traduce en el mismo porcentaje de personas que dejan de fumar. Con la información y el susto deberían bastar, pero no siempre es así", concluye.

Más que por penalizar, Borja García-Cosío, adjunto del servicio de Neumología de Son Espases, aboga por incentivar en el sentido de adelantar la intervención si el paciente pierde kilos o deja de exhalar humo. "La medida que se ha planteado en el Reino Unido me parece muy peligrosa ya que si demoras una intervención a un paciente que fuma, puede que luego el tumor ya no pueda ser operado", alerta.

"Que prohíban el tabaco o que se hagan más campañas de prevención. Pero excluir a los obesos y fumadores me parece desproporcionado. Creo que el Sistema Nacional de Salud no debe castigar así a sus ciudadanos", concluye.