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Entrevista

David Abril: "Creo que todos en Més nos tenemos que poner un poco las pilas"

"El alquiler turístico debe estar regulado antes de fin de año, acompañado de un techo de plazas"

Abril, posando en el centro de Palma: "Aquí ha habido mucho traje y corbata, y a la vez mucho ladrón".

-En la reunión que han celebrado esta semana en Cura los dirigentes de Més han planteado la necesidad de reforzar el papel del partido dentro del Govern. ¿Estaba diluido?

-Los gobiernos de coalición siempre son complicados, sobre todo cuando no eres la fuerza mayoritaria. No lo somos en el Govern; el Consell lo presidimos; y a nivel municipal sí somos la primera fuerza. Este año ha sido un poco de vorágine, primero para llegar a acuerdos y después con dos elecciones generales. No habíamos podido, al menos los cargos de primera línea de Govern, Consell y Cort, sentarnos a evaluar cómo había ido ese primer año y sobre todo coordinar mejor la acción política. Hace un par de meses que tenemos una nueva dirección como partido y tampoco hemos podido ejercer como tal con unas elecciones de por medio. No obstante, pienso que nuestro modo de separar de alguna manera partido y acción institucional es mejor que concentrarlo todo en el Govern, como es el caso del PSOE con Francina Armengol y su equipo.

-Da la impresión de que dentro de Més surgen dudas respecto al papel que está jugando Biel Barceló en el Govern.

-No. Lo que sí nos gustaría es que, como ocurre en el Consell, la relación entre socios fuese más equitativa hacia fuera. Internamente no hay demasiados problemas en este Govern. A diferencia de pactos anteriores, creo que este es mucho más cohesionado. Incluso con Podemos, aunque no esté dentro del Govern, las discrepancias de fondo no son tantas. Aunque sí es verdad que a Barceló le ha tocado meter mano a temas que son estratégicos. A pesar de que la gente sienta que es urgente adoptar medidas sobre determinados temas que pueden servir para cambiar el modelo económico, eso no puede hacerse de cualquier manera ni por decreto ley, como quizá hubieran hecho otros, sino que son cosas que hay que hacer con el máximo consenso social, político y económico, si queremos que sean medidas duraderas. Por ejemplo, la ecotasa: no solo ha ido bien su implantación, sino que incluso el PP ha llegado a decir que si ellos gobiernan la mantendrán. Prefiero eso a que llegue otro a los cuatro años y lo tire por el suelo como hizo Matas. Eso en parte es un éxito de Biel Barceló. Pero le ha tocado una difícil papeleta.

-La saturación turística de este año ha sido extrema. Esta semana Podemos ha acusado a Barceló de falta de valentía a la hora de adoptar decisiones, y de improvisación.

-Ya, pero ¿qué ha puesto sobre la mesa Podemos para hacer frente a la saturación? Ya estábamos saturados, eso viene de antes. Ahora hay también un problema de percepción social. Se ha acentuado porque ha habido un incremento objetivo del número de turistas, y por lo tanto también de su impacto ecológico, por el contexto del Mediterráneo. Será una situación que se repita por lo menos durante dos años. Hay una sensación de saturación mayor que la que ya nos preocupaba a los que hace años que decimos que esto hay que corregirlo. Pero tampoco he visto propuestas concretas de Podemos, más allá de la crítica. Dicho esto, sí que desde Més pensamos, y es algo en lo que coincidimos todos en Cura, que este año es importante y estratégico a la hora de tomar medidas que permitan corregir ese modelo económico que tiene no solo impactos ecológicos sino también sociales negativos, directamente económicos.

-¿Antes de que acabe el año se aprobarán estas medidas?

-Yo hablo de curso político, que casi lo anejo como curso escolar. En el tema de la regulación del alquiler turístico sí creo que hay que aprobarlo antes de que acabe el año. Una regulación acompañada de un techo de plazas, que es lo que dice Barceló. ¿Aparte de ese techo hay algo más que haya propuesto otro grupo político? Incluso respecto a ese límite, habrá que ver lo que dicen todos los miembros del Govern. No es posible establecer un techo de turistas, pero sí de plazas, al igual que las hay hoteleras y como lo ha habido desde la época de [Jaume] Cladera como conseller de Turismo. Pero además queda la madre del cordero, para lo que debería haber consenso de todos los partidos, que es el tema de la cogestión aeroportuaria. Mientras no tengamos mando sobre los aeropuertos, que son nuestro principal medio de producción... Si Balears fueran una fábrica, su maquinaria sería la del aeropuerto. Si no controlamos mínimamente eso; si no tenemos capacidad para decidir sobre eso, todo el resto de medidas que adoptemos serán de contención pero será difícil que solo con ellas introduzcamos cambios profundos.

-La cogestión aeroportuaria es una reivindicación de Balears desde hace muchos años y cada vez parece más lejana.

-Mientras Madrid considere a nuestras islas casi como una colonia, como una máquina de hacer dinero... La foto va más allá del problema histórico de la financiación autonómica. Sólo el aeropuerto de Palma ganó más de 150 millones de euros netos el pasado año. Los puertos de la Autoridad Portuaria de Balears ganan más de 220 millones de euros. Demarcación de Costas, con las concesiones de hamacas, sombrillas y demás, gana 9 millones de euros al año y en los últimos 15 años han invertido en total 13 millones en Balears. Muchos problemas que tienen que ver con la sensación de saturación, con yates que amarran donde no pueden, desembarcos en Cabrera e incluso el incendio del Espalmador son entre otras cosas por el control del dominio público terrestre. Según el Estatut debería ser competencia autonómica. No vale no avanzar en cogestión, y además privatizar Aena y que un fondo de inversión en las islas Caimán mande más que una Comunidad que depende de los aeropuertos. O que incluso todo el espacio público y comercial del aeropuerto de Palma sea prácticamente un monopolio de una empresa suiza. Es absurdo. Si la política no sirve para cambiar eso...

-¿Mejor la continuidad de Rajoy que unas terceras elecciones?

-No. Mejor que los partidos de izquierda estatal al menos hubieran hecho ver que se han esforzado en intentar algún tipo de acuerdo. Que hayan pasado más de dos meses desde las últimas elecciones estatales y no hayamos visto al menos una fotografía de gente del PSOE y Podemos sentados en una mesa intentando llegar a algún tipo de acuerdo, y que se hayan escudado en que era el turno de Rajoy... Las dificultades de la izquierda para llegar a acuerdos e investir a Sánchez presidente son las mismas que las que tiene Rajoy. Hay que entenderse con las fuerzas soberanistas de Catalunya y Euskadi. Eso implica también abordar una reforma territorial en el Estado. En la izquierda, con más o menos matices, todos queremos un cambio. Pero además no habrá un cambio real en el Estado si no se aborda una reforma territorial. Yo defiendo cualquier escenario que descartara que siga gobernando la derecha. Hay gente de izquierdas, sobre todo responsables de partidos estatales que se consideran progresistas y algunos incluso soberanistas, que están instalados en Madrid en eso de cuanto peor, mejor. No son capaces de valorar el retroceso que puede significar cuatro años más del PP, con o sin muleta de Ciudadanos. Parece que no somos conscientes."Prefiero cien millones de veces a Podemos que a UM, pero el ruido provoca desilusión en la izquierda"

-Si se celebran de nuevo elecciones ¿sería partidario de reeditar la coalición electoral con Podemos?

-Eso debería decidirlo una asamblea. Mi opinión es que, aparte de que habría que decidirlo en asamblea, no creo que valiera el mismo tipo de coalición. Creo que dimos cierta imagen de subordinación que no estamos dispuestos a repetir. Creo que prácticamente nadie volvería a plantear un acuerdo con las mismas condiciones. La coalición no sumó lo suficiente. Nos cogió en un contexto de bajada. En diciembre confiamos en que llegaríamos al Congreso y que Podemos bajaría, y fue al revés. En junio pasó justo lo contrario. Cogió una oleada estatal de bajada o de no suma. Dicho esto creo que lo que hicimos era lo correcto.

-¿En la reunión celebrada en Cura esta semana salió el nombre de Antoni Martorell?

-No. Es un tema que el vicepresidente ya se ocupó de resolver.

-Ustedes mismos reconocieron que su contratación había generado malestar en Més.

-Sí. Pero rápidamente se identificó que era un error y se corrigió. Tanto o más importante que el malestar interno es que cuando algo se constata que está mal hecho se corrige.

-¿Usted sabía que la ATB había contratado a la empresa de Martorell?

-No. Lo supe por la prensa. Un partido no tiene porqué saber con qué empresa contratan o no sus cargos o instituciones, sobre todo cuando se hace a través de una subcontrata con el Corte Ingles que nosotros mismos habíamos criticado en la legislatura pasada.

-Con una externalización de servicios, justo cuando Més plantea que hay que auditar los servicios externalizados del Govern.

-Sí, pero entiendo que en este caso eso sí estaba justificado porque los mismos técnicos reconocen que es inviable que la ATB pueda llevar sus servicios de comunicación de aquí a final de año. Era una manera, me imagino, de tapar ese agujero.

-¿Ha pedido que Pere Muñoz dé explicaciones?

-No es a mí a quien hay que dar explicaciones. En todo caso hay que darlas a quien toca, al vicepresidente Barceló.

-Martorell envió un comunicado en el que acusaba al Pacto de posible prevaricación por vetar a sus empresas.

-No creo que llegue la sangre al río. Sin entrar en valoraciones de si prevaricación o no, sí que creo que este tipo de cosas nos deberían invitar a pensar en fórmulas por ejemplo como cuando la administración contrata con una multinacional que explota a sus trabajadores. Que de la misma forma que hay cláusulas sociales y medioambientales, hubiera cláusulas éticas. Lo más normal, sin necesidad de cláusulas, debería ser que las administraciones no contraten con empresas que hayan sido o estén dirigidas por gente que ha sido condenada por corrupción. No es un tema de veto, sino de ética. También se puede poner condiciones a las empresas con las que contrate el Govern respecto a las subcontratas que hagan e incluso prohibir la subcontratación de la subcontratación.

-Con este asunto, Barceló ha quedado en cierto modo cuestionado. ¿Més le ha puesto las pilas?

-Creo que las pilas nos las tenemos que poner un poco todos. Més llega tarde, desde el momento en que hasta esta semana no ha habido esta reunión de coordinación de las principales instituciones. Condicionados por las circunstancias, pero tarde. En ese sentido, somos los primeros que hemos incumplido. En todo caso, ahora hay un partido que está ahí para apoyar las instituciones y al revés. Los cargos también saben que cuentan con nosotros para coordinar y mantener cierta línea de coherencia en todas las instituciones.

-Llega la hora de elaborar los presupuestos y los fondos estatales previstos no llegan. Las arcas autonómicas no han ingresado aún los 114 millones que supondrían la flexibilización del déficit ni los 80 millones de carreteras prometidos por Montoro. Y no se sabe si llegarán.

-Somos conscientes del marronazo que hay con este tema. Tenemos la tranquilidad de que estamos en un Govern que no se bajará los pantalones ante Madrid y tendrá una actitud combativa para defender la dignidad de los ciudadanos de Balears, mientras que con el PP de Bauzá ocurrió lo contrario. Al menos tenemos un Govern en actitud de negociar. Después hay un problema de España y nuestro. Cuando resulta que es más fácil negociar con los bancos que con el Gobierno de tu propio país, vamos mal. Una de las cosas buenas entre comillas del Govern de Bauzá es que sustituyó deuda con bancos por deuda pública vía FLA, pero si eso al final sirve para que Montoro te apriete más las tuercas, mejor casi que la tuviéramos con los bancos y ya negociaríamos con gente con algo más de sentido común. Es otra demostración del fracaso de este Estado, que va haciendo amigos.

-Esta semana la consellera Cladera ha dado a Podemos las grandes cifras de los presupuestos para el próximo año. Se las ha dado antes que a Més, que está en el Govern.

-Aunque el grupo parlamentario no tuviera estos datos, sí los tiene nuestra gente en el Govern. Estamos relativamente tranquilos. Lo que haya que negociar se negociará. No es lo mismo que Podemos, que no se fía de las cuentas porque no ha querido estar ahí gestionando estas cuentas. Por lo tanto hay que darle ese plus de información ya que es el partido que apoya al Pacto y al que necesitamos para sacar adelante unos presupuestos con sesgo progresista.

-¿Teme que la negociación de presupuestos pueda provocar de nuevo tensiones entre los socios del Pacto?

-Tanto PSOE como nosotros somos conscientes, por la experiencia de pactos previos complicados, que el ruido no es bueno. Prefiero cien millones de veces a Podemos que a UM, pero el ruido provoca desilusión en el electorado de izquierda. No es lo mismo dar una imagen de un Govern dividido que de una mayoría plural. No es lo mismo decir que algo se debería haber hecho de otro modo que decir que eres un traidor a tus votantes y no sé cuantas cosas más. Es una asignatura pendiente y para el próximo curso político tenemos la obligación de no alimentar ese ruido, máxime cuando es innecesario. Nosotros también tenemos discrepancias con el PSOE, pero intentamos resolverlas donde toca.

-Podemos critica de manera especial que el Govern no está cumpliendo con la mejora presupuestaria en Educación que acordaron.

-Les hemos explicado de primera mano desde hace meses a la Assemblea de Docents que no es lo mismo decir que si aumenta la financiación un 30 por ciento debe ir a Educación, a que te reduzcan el objetivo de déficit, que eso quiere decir que tienes un poco más de liquidez, pero no más presupuesto. Eso es de cajón, no de decisión política. Yo creo que hay que aumentar el presupuesto de Educación, pero también por ejemplo el del Medio Ambiente. Creo que no hay conciencia de la precariedad de las cuentas públicas, de lo fácil que es desmontar un sistema público como hizo Bauzá y lo difícil que es volver a armarlo, burocrática y económicamente. Hay que valorar la paz en Educación, que se había perdido. Y que nada más llegar el Pacto se recuperase a más de 400 docentes para el curso pasado. Y que se vayan introduciendo mejoras progresivamente. Que con todo eso te comparen con lo que hacía Bauzá, creo que es una crítica injusta. ¿Qué se puede hacer más? Por supuesto. Pero desde la precariedad, hay que valorar que esa inversión en Educación o en Sanidad para recuperar sanitarios va en detrimento de otros departamentos que también son importantes, como Medio Ambiente, y ahora por ejemplo todo el mundo se pone nervioso con la saturación.

-¿Qué es más importante, la auditoría de la deuda o auditar los servicios externalizados?

-Creo que hay cierta confusión con lo que es una auditoría de la deuda, que nosotros ya propusimos la pasada legislatura. Donde se ha realizado ha sido con procesos de participación social, que la administración debe facilitar pero no es responsabilidad de la administración. Son procesos de control ciudadano, que la gente vea de donde viene cada parte de la deuda pública de la Comunidad, con qué bancos, por qué conceptos... Con el fin de poder decir esta parte de la deuda es legítima y esta parte no. Consideramos además que la concepción de deuda ilegítima en el caso balear debería además considerar todo lo que sea gasto o deuda provocada por los casos de corrupción o negligencia. Pero son procesos que debe hacer la sociedad civil, con la administración facilitándola con información. Es una manera de fiscalización por parte de la sociedad civil. En nuestro caso, siendo realistas, el decir que una parte de la deuda es ilegítima nos sirve sólo para negociar con Madrid, por ejemplo, el tema del FLA.

Saber qué parte de la deuda con el Estado viene por el agujero acumulado por ejemplo en IB-Salut y Educación porque se nos traspasaron unas competencias mal dotadas, que además queremos mejorar y no recortar. En ese caso, para eso tendremos que aumentar la deuda con el Estado, pero para negociar necesito saber qué parte de los 9.000 millones de deuda se corresponde con esa mala transferencia de deuda. Me servirá para negociar con Madrid. Si fuera deuda con los bancos me serviría para negociar con los bancos. Hay cosas prácticas que se pueden hacer. Yo discrepo de que, como quiere Podemos, pongamos en marcha una comisión de reducción del sector público. Allí hay poco que reducir, pero sí se puede gestionar mejor. Ahí es donde entra una auditoría de los servicios públicos externalizados; es más práctica, la puedes hacer en meses y tener el dinero casi al instante.

-Llegaron a llamarle el mochilero del Parlament. Podemos le ha hecho la competencia en camisetas y performances parlamentarias. ¿Tiene celos porque le ha ganado?

-Ja, ja, ja. No. Es bueno que se normalice otra imagen en política. Aquí ha habido mucho traje y corbata y a la vez mucho ladrón. Si más camisetas en el Parlament es un indicador de que habrá menos ladrones, vamos bien. No me voy a poner celoso por eso. Ahora dosifico algo más las camisetas porque contra este Govern no tiene mucho sentido. Fuera del Govern hay muchas causas por las que seguir luciendo camisetas. La mochila no la dejo. Además mi mochila es solar, tiene una placa solar. Sigo siendo pionero.

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