El Obispado de Mallorca va a seguir defendiendo enérgicamente la titularidad del monasterio de Santa Elisabet -popularmente conocido como Sant Jeroni-, en el litigio que mantiene con la orden de religiosas jerónimas que lo habitaba hasta junio de 2015. La intención de la diócesis es dar continuidad a la vida monástica y evitar cualquier especulación inmobiliaria sobre el histórico edificio anexo a la Porta des Camp de Palma.

Así lo acordó ayer la cúpula eclesiástica mallorquina, en sendas reuniones ordinarias que mantuvo con el prelado. En primer lugar, el obispo se encontró con el nuevo colegio de consultores, un órgano de asesoramiento cuyos miembros renovó el pasado 28 de julio. Posteriormente, abordó las novedades sobre el pleito con las monjas en el consejo episcopal, el órgano de gobierno diocesano.

La disputa por la propiedad de Sant Jeroni es uno de los temas candentes de la Iglesia de Mallorca que monseñor Salinas ultima antes de poner fin a su episcopado. Desde finales del año pasado el obispo está en el punto de mira del Vaticano, que ha acordado su traslado -como adelantó este diario el pasado 8 de diciembre- por el impacto de la relación con su antigua secretaria, Sonia Valenzuela. El marido de la misma, Mariano de España, denunció ante la Santa Sede a Salinas por haber roto su matrimonio y su familia.

Desde hace meses la salida de Salinas de Mallorca flota en ambientes eclesiales, aunque se ha ido demorando por las continuas informaciones en prensa. A Roma no le gusta que los medios le marquen su agenda.

La partida definitiva de monseñor Salinas se hará efectiva a corto plazo, según varias fuentes de peso. Se vestirá como una renuncia, probablemente por motivos de salud. Con todo, ayer no fue tratada en ninguna de las reuniones, todas ellas convocadas con semanas de antelación y carácter ordinario.

Recientemente el obispo ha nombrado a los diez miembros del colegio de consultores para los próximos cinco años. Son los que entre otras funciones asumirán el gobierno interino de la diócesis mallorquina cuando la sede quede vacante. Tras los cambios realizados por Salinas, integran el colegio Joan Bauzà (presidente del cabildo catedralicio); Antoni Vera, vicario general; Nadal Bernat, provicario general y vicario judicial; y los párrocos Marià Gastalver, Ramon Lladó, Lluc Riera, Francesc Munar, Sebastià Salom, Antoni Vadell y Bartomeu Villalonga.

El principal asunto debatido ayer giró en torno a Sant Jeroni. Todos los sacerdotes se posicionaron a favor de intentar buscar fuera de Mallorca alguna orden masculina o femenina que pueda venir a habitar el convento, permitiendo así la presencia de la secular vida contemplativa en el mismo.

El virulento conflicto en los tribunales busca dirimir la propiedad de Sant Jeroni, toda vez que el Obispado lo inmatriculó a su nombre ante el Registro de la Propiedad el 30 de diciembre de 2014, a las pocas semanas de que las Jerónimas comunicaran a Salinas sus planes para el recinto. Las monjas han impugnado ante un juzgado de lo Civil de Palma esta inmatriculación, asegurando que el Obispado usó documentación falsa. En su demanda, vierten durísimas acusaciones contra el prelado, califica de "vileza" su actitud del prelado, y acusándole de "codiciar" el monasterio.