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Entrevista

Carles Barceló: "A este ritmo en 30 o 40 años podremos acotar el cáncer a niveles mínimos"

"En España ha habido total indiferencia hacia la ciencia. Por suerte hay grupos de primer nivel"

Carles Barceló, investigador mallorquín.

Deslumbró con sus notas en la UIB y en la Universitat de Barcelona y pasó por Harvard. Ahora, Barceló (Palma, 1983) logra resultados alentadores en la lucha contra el cáncer en el Institut for Research in Biomedicine. Alerta de los graves riesgos de no invertir en investigación y ciencia.

Carles Barceló está acostumbrado a los premios: acabó la licenciatura de Biología en 2006 en la UIB como Premio Extraordinario. Por la de Bioquímica, que acabó en 2009, también fue Premio Extraordinario de la UIB y Premio Nacional del ministerio de Educación. Después hizo el máster y el doctorado en Biomedicina en la Universitat de Barcelona, acabó en 2014 y fue Premio Extraordinario de Doctorado. Después hizo una estancia en Harvard. Y ahora acaba de ser premiado por la Asociación Española contra el Cáncer .

-¿En qué consiste el último premio que ha recibido?

-La Asociación Española contra el Cáncer me ha concedido un premio para financiar mi proyecto de investigación postdoctoral y un contrato de cinco años para realizarlo.

-¿Cómo fue su experiencia en Harvard?

-Consolidé los resultados obtenidos durante mi doctorado en la Universitat de Barcelona. Es un lugar donde se aprende mucho y se gana en autoconfianza y madurez científica muy rápidamente.

-Ahora, ¿dónde está y qué tipo de trabajo está haciendo?

-Actualmente soy investigador postdoctoral en el IRB (Institute for Research in Biomedicine) en Barcelona y estoy estudiando cómo las células madre tumorales se las arreglan para generar un cáncer colorectal.

-¿Sobre qué trata su tesis?

-En mi tesis doctoral descubrí que el oncogén más frecuentemente mutado en los tumores humanos (KRAS) depende de una fosforilación para desarrollar su función tumorigénica. Esto es importante porque hasta el día de hoy no podemos revertir las mutaciones que aparecen en nuestro ADN y que nos provocan un tumor, pero en cambio sí podemos utilizar fármacos para impedir modificaciones de proteínas tales como fosforilación.

-¿Por qué centra sus investigaciones en el cáncer?

-El cáncer es un proceso en el que interviene toda la fisiología de una célula y tiene que ver con el desarrollo normal de un tejido, por eso siempre me ha parecido un modelo interesante para estudiar cómo funcionan las células. Además, es una terrible enfermedad de la que por desgracia todos tenemos algún familiar o conocido que la ha padecido. También es el campo de investigación científica mejor financiado, aunque la competencia entre los investigadores a veces sea desproporcionada.

-Hay tipos de cáncer que ahora tienen índices de mortalidad bajos y están más ‘bajo control’ que antes. ¿Qué tipos de cáncer cree que tendrán un mejor tratamiento en los próximos años?

- El concepto de cáncer engloba una miríada de enfermedades distintas y muy heterogéneas en cuanto a pronóstico y tratamiento. Ahora ya se dominan aproximadamente un 60% de los cánceres, convirtiéndolos en una dolencia crónica.

-¿Podemos hablar de (o soñar con) un futuro sin cáncer?

-En realidad, siempre habrá cáncer porque es un proceso consustancial con el envejecimiento de los tejidos, y cada vez vivimos más años. Sin embargo, hoy en día existen nuevos tratamientos en ensayos clínicos que sin duda van a dar un vuelco total en el tratamiento de determinados tumores. Por ejemplo, la inmunoterapia es muy efectiva en tumores de piel y vejiga y lo cambiará todo. Por otra parte, atacar las células madre tumorales permitirá frenar la capacidad de regeneración de un tumor. Se habla de que con el ritmo de investigación actual en 30 o 40 años podremos acotar el cáncer a niveles mínimos tal como se ha hecho con las enfermedades infecciosas durante el siglo XX.

-La carrera investigadora nunca ha sido fácil en este país. Usted además la inició coincidiendo con el estallido de la crisis, ¿se planteó dedicarse a otra cosa o lo suyo es pura vocación?

-Pienso que uno debe ser muy sincero consigo mismo, ser consciente de lo que realmente le llena e ir a por ello con todo lo que comporte. Quizás, desde mi punto de vista, lo realmente difícil es trabajar en algo que no te guste por obligación o comodidad.

-¿Cómo le afectó la crisis a usted como investigador?

-La crisis me alcanzó en medio del doctorado, fue un momento duro porque de repente el grupo de investigación en el que estaba se quedó sin los fondos ya comprometidos por el Ministerio. Los recortes en investigación se han hecho de manera repentina y arbitraria, dejando miles de proyectos muy prometedores en la nada.

- Sin embargo, no es uno más de los cerebros fugados de este país, ¿por qué se ha quedado?

- En investigación uno debe buscar dónde hay las mejores condiciones para desarrollar un proyecto de investigación y eso suele suponer tener que moverse. Por suerte en España hay grupos de primer nivel mundial, formados antes de la crisis y ahora mantenidos con fondos europeos, en los que es posible hacer investigación puntera.

-Sí que ha salido de Balears, ¿no hubiese podido desarrollar su carrera investigadora en las islas?

-En Balears se están haciendo esfuerzos, pero todavía son insuficientes. Es una pena porque me consta que en el mundo hay muchos y buenos científicos baleares que estarían encantados de regresar y consolidarse en nuestra tierra.

-¿Cómo ve ahora la situación de la investigación nacional?

-En estos años en España ha habido una total indiferencia por la ciencia. Todos lo sabemos, no se ha invertido nada en investigación y esto algo difícil de entender, ya que es muy barato comparado con otros sectores y retorna mucho dinero. Quiero ser optimista y pensar que va a cambiar pronto, de lo contrario el progreso del país quedará gravemente comprometido.

-¿Cuáles son sus planes?

-De momento desarrollar al máximo mi proyecto postdoctoral y publicarlo. En el futuro espero poder consolidar mi posición y aportar mi grano de arena a la investigación del cáncer.

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