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Pesca

El misterio de la gamba roja

Los diferentes mercados y restaurantes de Mallorca sufren tras la repentina bajada de la captura del preciado crustáceo marino que se recogía sobre todo en el caladero de Sóller. Ni siquiera los expertos pueden aclarar las causas de esta desaparición

Los precios de los crustáceos, por las nubes. guillem bosch

Nadie sabe lo que ha pasado. Ni siquiera los expertos pueden dar una explicación a la repentina desaparición de la gamba roja en algunos caladeros de Mallorca. De 100 kilogramos el 8 de julio pasaron a estar en números rojos al cabo de tres días. Es el misterio que la rodea.

El director del Centre Oceanogràfic de les Balears, Enric Massutí, no es capaz de encontrar una respuesta razonable al fenómenos. "No es la primera vez que sucede", explica, si bien añade que en esta ocasión "se está alargando más de la cuenta". Además, en anteriores ocasiones se determinaron una serie de causas que ahora no se están detectando. Asimismo, descarta que se haya producido por una sobreexplotación de los pescadores.

Ante esta situación, los vendedores de marisco en los mercados se muestran preocupados por la escasez de la gamba roja y su precio prohibitivo. Entre ellos está Francisca Mir, que está en el puesto de pescados y mariscos Mir Vera, en el Mercat de l'Olivar. Afirma que la merma le está afectando mucho, pero a la vez muestra cierta conformidad. Mir confirma que sí hay producto para vender al público, "pero son muy pequeños y no hay mucho", dice por los crustáceos. Al no ser de un tamaño muy grande, su precio es de "solo" 42 euros el kilo. Sin embargo, todavía los hay de más caros.

90 euros por kilo

En la Peixateria Ca n'Àngela i Toni ofrecen la gamba extra grande a 90 euros, un precio que poca gente está dispuesta a pagar. Uno de sus vendedores, Antonio Peso, lamenta que la bajada de la captura está perjudicando bastante, ya que "la gente viene a comprar gamba mallorquina". Y, aunque todavía falta para que llegue la Navidad, augura que si la situación sigue así "será una locura". Eso sí, se muestra optimista para los próximos meses y cree que la gamba roja volverá a los expositores.

También tiene que afrontar el problema Rosa Torres, de Peixos Carmen, en el mismo Mercat de l'Olivar. Sin embargo, ella cree que más que a los vendedores, afecta a los pescadores. "Cuando no se vende una cosa, lo haces con otra", señala Torres. Aun así, espera que esta situación no se alargue.

Todo esto contrasta bastante con lo que dicen desde el puesto Peixos i Mariscs Mar, donde se encuentra Mar Fiol detrás de su mostrador. Defiende que le influye poco la situación de los caladeros como el de Sóller, "porque vienen más extranjeros". "Los mallorquines esperan para comprarla hasta los meses de octubre o noviembre".

Los precios también están disparados: la gamba grande puede alcanzar los 89 euros por kilo en la parada de Fiol. La alternativa menos cara de la misma especie es la de tamaño mediano, que al público le cuesta 48 euros, lo que lo convierte en un producto solo apto para ricos.

La historia se repite en palmesano mercado de Santa Catalina. María Roig, de la Peixateria Genió, recuerda que "el año pasado la gamba falló un poco; este año, del todo. Siempre hay un año que viene mucha o poca". El mayor problema que observa es el precio, ya que solo de verlo "la gente se echa hacia atrás". Su precio es de 85 euros, pero asegura que ha llegado a alcanzar los 120. De todas formas, es superior al habitual, ya que en una situación normal costaría 70 euros como máximo. Durante la entrevista con Roig, aparece una clienta que pregunta a cuánto va la gamba. Admite que no está dispuesta a adquirirla por lo cara que es. Como mucho aceptaría comprarla si tuviera que desembolsar 45 euros como máximo.

De igual manera lo están padeciendo en la Peixateria Catalina. "Traemos la variedad pequeña y un poco de grande", afirma uno de sus trabajadores. "El cliente lo sabe y ya no lo pide", sostienen en relación a la escasez de la gamba roja.

La práctica desaparición de estos crustáceos marinos se está dando en la zona de Sóller, lo que está perjudicando a 14 embarcaciones que atrapan la gamba roja entre Sóller y Andratx. Precisamente este es el lugar donde más se captura esta variedad.

Datos desesperanzadores

La comparativa con los años anteriores demuestra lo que perciben en los comercios y los pescadores. En 2014 y 2015 se llegaron a recoger más de 30 toneladas de crustáceo entre junio y septiembre. Si bien aún no se ha cubierto el mismo periodo de tiempo, los datos son preocupantes. Hasta el 18 de agosto solo se capturaron 17,2 toneladas, por lo que resulta difícil que se alcancen tales cifras cuando finalice esta temporada.

En las marisquerías de Mallorca también tienen que sobrevivir cuando nos les llega el género que quieren. En el Restaurante Sa Barca ya ni la sirven de lo elevado que es su precio. "No hay nada de calidad, así no la puedo vender", se queja el jefe del local, Juan Antonio Mesa. Su coste les resulta inasumible, ya que la que hay es congelada y a 80 euros, lo que le obligaría a modificar el precio al alza de algunos de sus platos.

Desde el restaurante Ca n'Eduardo se quejan de que hay poca gamba roja de Mallorca. Sin embargo, están optando por alternativas nacionales del mismo producto. "Las van trayendo desde Denia o Alicante, que no es la mallorquina, pero es de calidad similar al ser del Mediterráneo", apunta el gerente Pedro Llabrés. Aun así, "hay días que no hay ni de aquí ni de fuera". A la vez, se queja de que "hay sitios que venden gamba de Sóller y no es verdad", es decir, que engañan a los consumidores.

Sobre las causas, la gente únicamente puede especular. Unos sospechan que es por una temperatura más elevada, otros por corrientes que las han arrastrado, pero de momento no se han podido sacar resultados concluyentes que expliquen el verdadero motivo de la desaparición. Desde el Govern incluso hablan de un pequeño terremoto que se produjo en Valencia el 10 de julio, aunque tampoco han podido confirmar que fuera la causa.

Hay que tener en cuenta que la gamba roja puede vivir en unas profundidades de entre 100 y 3.000 metros. Sin embargo, los pescadores solo pueden capturarla por imperativo legal a 1.000 metros como máximo. Así, si por alguna circunstancia especial deja de estar a esa distancia de la superficie de un día para otro, los pescadores ya no podrán hacerse con tal manjar. Entonces comienza la temida escasez y, por la ley de la oferta y la demanda, el aumento de los precios.

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