"La saturación turística que tenemos no es sostenible en el tiempo". Ese es el diagnóstico del vicepresidente del Govern y conseller de Turismo, Biel Barceló (Més), que una semana después de presentar una campaña para dar la bienvenida al turismo sostenible declaraba ayer inaguantable la situación actual. "Una masificación turística no es buena ni para el residente que lo sufre, ni para el visitante, que se lleva una mala experiencia en sus vacaciones", exponía el vicepresidente, antes de reconocer que él mismo "no repetiría viaje a un destino que dé una experiencia de agobio", como las que se viven este año casi en cada rincón de las islas. Que se reproducirán el año que viene: Barceló da por hecho que en los meses centrales de 2017 se registrará una afluencia turística como la actual, que está rompiendo todos los máximos históricos. Y por mucho.

"La previsión que nos da la Organización Mundial del Turismo es que habrá un crecimiento internacional del turismo. Eso unido a la a la situación geopolítica y problemática que por desgracia se sufre en gran parte del Mediterráneo, con problemas en Turquía, Egipto o Túnez, pues hará que estemos en el verano de 2017 en una línea similar a la de este año". O sea de saturación entre junio y octubre. El reto, dice, es poner en marcha cuanto antes medidas para frenar el crecimiento en volumen de turistas, que recalca que no es sinónimo de éxito de un destino: "Si seguimos en esta situación de crecimiento continuado, en unos años tendremos un problema grave. El éxito no se puede mirar en el número de personas que llegan. Hemos visto cómo en unas décadas se ha pasado de seis millones de turistas en las islas a catorce, y mientras tanto los ciudadanos de Balears pasaban de estar segundos del Estado en renta por habitante a quedarse mucho más atrás. Es decir, el modelo económico y turístico que tenemos crea riqueza pero la distribuye mal, con empleo de poca calidad. Al final de la temporada haremos balance de dinero facturado, turistas llegados, empleo generado, precariedad, redistribución de la riqueza y sostenibilidad", abundaba el vicepresident del Govern, que prometía pasar ya a la acción con medidas que vayan más allá del anuncio de estudio o de las campañas de bienvenida al turismo sostenible y los premios turísticos anunciados ayer.

Concretamente, el vicepresident quiere acelerar en tres frentes: regulación del alquiler turístico, delimitación del máximo de plazas de alojamiento de todo tipo que puede ofrecer la isla y articulación de restricciones que ayuden a reducir la llegada de viajeros en los meses del abarrote, para redistribuir al menos parte de ese turismo hacia meses más calmados de primavera, otoño e invierno. "No podemos esperar resultados de estas medidas a corto y medio plazo, pero hay que actuar ya. No podemos limitar el número de turistas que entran, no se puede poner una puerta, pero sí podemos restringir los medios para que puedan llegar, podemos fijar restricciones ", zanjaba el vicepresidente. Estas son algunas de las acciones que plantea contra la avalancha.

Oferta de camas

El Govern limitará este año las plazas de hotel, alquiler y otro tipo de alojamiento que puede ofrecer como máximo cada isla

La legislación europea es taxativa: no se puede impedir la libre circulación de personas. Es uno de los principios fundacionales de la Unión Europea, en la que es impensable que se intente bloquear la entrada de los turista en destino europeo. Así que el Govern Armengol ni se lo plantea. Pero hay otras opciones. La principal es fijar un techo de plazas, es decir, un número máximo de alojamientos disponibles. Existe ya para los hoteles desde la ley Cladera (1984), que creó una bolsa de plazas: los hoteles tienen que comprarlas en esa bolsa para poder poner más camas, con lo que para ampliar habitaciones en un establecimiento hay que cerrarlas en otro. Ese sistema es el que la Conselleria de Turismo quiere extender a todos los tipos de alojamiento. "Pero si ponemos un techo de plazas es para todas las categorías y tipologías, no solo para hoteles. No tiene sentido que unas estén limitadas y otras no", avisa Barceló, que deja claro así que también habrá un máximo de pisos de alquiler a turistas permitidos. ¿Cuántos? Los fijará la ley. Barceló no quiso adelantar una cifra.

alquiler

Antes del final de diciembre se regulará el arrendamiento a turistas en edificios residenciales, hoy prohibido

La Conselleria tenía que entregar este mes ante el Parlament una propuesta de reforma de la ley turística en la que se regulase el alquiler a turistas en edificios residenciales, hoy muy limitado (la ley prohibe claramente comercializar estos pisos en canales turísticos, pero la realidad es que media Mallorca lo hace a través de webs como AirBNB). El Govern incumplirá el mandato del Parlament de acabar en agosto, pero Barceló se compromete a que esta regulación se hará durante este mismo año. La idea, adelantada por Diario de Mallorca este junio, es que solo se puedan alquilar viviendas que reúnan unos mínimos de calidad. Deben estar además en zonas autorizadas por cada municipio. Como último requistio, las webs turísticas solo podrán anunciar pisos y casas que tengan un número de autorización de Turismo y de cada Ayuntamiento.

Con esa estrategia el Govern espera limitar el número de plazas de alquiler y conseguir que las que se ofrezcan reúnan unos mínimos de calidad, tras constatarse este verano que gran parte de la saturación está relacionada con el exceso de oferta de arrendamiento, a veces en condiciones aberrantes para los propios viajeros. Tanto el techo de plazas como la regulación del alquiler estarán en vigor en 2017, prometió Biel Barceló.

Aviones

El aeropuerto "está al límite este verano" y el Govern quiere que AENA tome medidas

El aeropuerto de Son Sant Joan es el que más retrasos está sufriendo este verano, hecho que responde a un crecimiento brutal: pasarán por la terminal 26,4 millones de pasajeros, en más de 150.000 vuelos, una cifra un 16% superior al anterior máximo histórico, el del verano pasado. En esas circunstancias los controladores han advertido de que no dan para más, con picos de actividad de más de cien vuelos por hora, cuando el plan director del aeropuerto fija un máximo por hora de 66. ¿Qué hacer? El Govern, dice Barceló, no tiene competencias aeroportuarias. Éstas corresponden al Ministerio de Fomento y a su empresa semipública AENA. Pero Barceló quiere "sentarse a hablar" con ellos para que se tomen medidas.

¿De qué tipo? ¿Menos horas de actividad? ¿Menos venta de slots (turnos para aterrizar y despegar)? El vicepresident no se moja, pero asume que en el aeropuerto "está en el límite en el máximo, y es un problema solo de verano, no de invierno". Por eso insiste en que el Govern ha de tener poder de decisión sobre el aeropuerto: "La participación del Govern en la gestión del aeropuerto está reconocida en Estatut d´Autonomia, pero no hay ningún Gobierno central de ningún color que siquiera se lo haya planteado. La privatización, ya dijimos, de la principal infraestructura implica que las empresas accionistas [que hoy controlan el 49% de AENA] pueden tener intereses en el aeropuerto, enfrentados con los de Balears", avisa Barceló, consciente de que el negocio de AENA es mover cuántos más aviones mejor, sin importarle si por el camino la isla se ahoga en turistas.

Medidas municipales

El Govern sugiere a Consells y ayuntamientos que fijen restricciones de acceso a zonas saturadas, como en Es Trenc

El verano empezó con revuelo en Es Trenc: después de que se prohibiese la actividad de parkings en suelo rústico, la falta de espacio para estacionar degeneró en colapsos en los accesos a la playa más emblemática de Mallorca, bloqueada por un embotellamiento constante. ¿Solución? Cierran el paso de vehículos una vez que se cubre el escaso cupo de plazas de aparcamiento. Esa es la línea que sugiere Biel Barceló para aliviar las zonas saturadas y proteger los espacios más vulnerables, al estilo de parques naturales como Es Trenc. El vicepresident cree que ayuntamientos y consells deben analizar medidas similares, que no impiden el paso de turistas, pero dificultan el acceso y alivian así la presión humana sobre el entorno.

Otras medidas

Estudian actuaciones específicas para filtrar la actividad de los ´rent a car´, el todo incluido y similares

En la isla podría haber este verano hasta 90.000 coches de alquiler circulando, aunque el Govern solo tiene constancia de la actividad de 35.000. El resto estarían trabajando sin registrarse, denuncian las patronales del rent a car, que hablan abiertamente de excesos y saturación, protagonizada, dicen, por multinacionales extranjeras. El resultado es que este verano se ha disparado el tráfico, hasta el punto de que en puntos como el túnel de Sóller han registrado más de 12.000 coches en un día, cuando el anterior máximo era de 11.000.

¿Cómo atacar el exceso? La apuesta, dice Biel Barceló, es la calidad, no la cantidad. Y para conseguirla y aminorar la masificación, el vicepresident y conseller de Turismo asegura que están trabajando en medidas que fijen requisitos de calidad en algunas actividades, como "los rent a car, los beach clubs o algunos tipos de todo incluido", enumeraba. No concretaba más Barceló, durante su desayunó de ayer con medios de comunicación, aunque en los últimos meses su departamento se ha reunido con líderes de sectores como la hostelería, las salas de fiesta o las empresas de alquiler de vehículos para definir estrategias comunes que eleven la calidad y reduzcan los abusos que afean la imagen del destino y espantan al turista.

Inversiones

Ninguna de las medidas citadas evitará la saturación en 2017, por lo que el Govern invertirá ya en mejorar las infraestructuras actuales

La peor noticia para el final: nada de lo hasta aquí enumerado evitará que el próximo verano las islas vuelvan a padecer un abarrote tan agobiante para residentes y turistas como el de este verano. Lo asume el propio Govern, cuyo vicepresident aclara que los cambios que ahora se introducen redundarán a largo plazo en un modelo de turismo más sostenible y una economía más diversificada, "pero no se puede hacer en un año lo que no se ha hecho en diez". Así que toca poner parches para evitar que la saturación se convierta en colapso y triture (más) la imagen y el medio ambiente de las islas. Entre esas medidas, Barceló citaba "el esfuerzo" que ya se ha hecho para poner en marcha en esta sequía todas las desalinizadoras (algunas llevaban años paradas y no funcionaban). Y lo mismo con el saneamiento: este verano ya ha habido vertidos graves como consecuencia de que las depuradoras hace tiempo que rebasaron su capacidad, por lo que el Govern presionará a Madrid para que paguen el dinero para estas infraestructuras prometido en 2013. Son parches, pero son indispensables. La nueva ecotasa también ayudará a pagarlos.