Mara Riosalido (Viena, 1972) es controladora aérea de la torre del aeropuerto de Palma y portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) en Balears. Describe una situación que es de alarma: turnos de seis días, ausencias que no se cubren y el estrés devorándolos para hacer frente al récord de vuelos .
-¿Cómo se gestiona desde la torre de control el récord de vuelos del aeropuerto de Palma?
-Cada fin de semana batimos un récord y la demanda supera los vuelos que podemos abarcar. Eso genera retrasos hora a hora que se van acumulando al final del día. Para nosotros lo más importante es la seguridad aérea. Tenemos un número máximo de aviones que podemos manejar cada hora. El problema es que vamos muy justos de personal. Estamos en una situaciones muy al límite. No sólo los controladores, también los pilotos y el personal del resto del aeropuerto. Hablamos de un aumento de vuelos del 14 por ciento de media cada mes.
-Alrededor de mil vuelos al día en Son Sant Joan, ¿es asumible para los controladores?
-Estamos en los límites absolutos que tenemos establecidos por hora. No todas las horas estamos al máximo, pero sí que son muchas horas seguidas en el límite. Nosotros lo asumimos pero obviamente la situación a la que se lleva al personal es de mucho estrés durante demasiadas horas.
-¿Podemos hablar de colapso?
-De colapso no se puede hablar porque el tráfico que se alcanza no puede superar el límite establecido. De lo contrario, se pone una denuncia. Precisamente, estamos ahí para evitarlo. Pero los aviones vienen, claro. Entonces se van retrasando a lo largo del día, y el tráfico que hay de noche, que debería haber menos, es un tráfico de las cuatro de la tarde.“Ya no hay selección psicológica de los controladores. Hoy basta con tener 78.000 euros”
-Habla de un límite establecido, ¿cuál es la capacidad de vuelos de Son Sant Joan?
-Eurocontrol permite en Palma 66 movimientos máximo en una hora. Un movimiento es el aterrizaje y el despegue de un vuelo.
-¿Y en cuántos estamos?
-En 66, en las horas puntas estamos en 66, en el límite. No se supera porque cuando vemos que la siguiente hora va a haber 70, empezamos a retrasar esos vuelos. Es cuando no hay capacidad para absorber tanto. Llega un avión y no hay donde ponerlo.
-Palma es el segundo aeropuerto de Europa con más retrasos, ¿ustedes ya se resignan?
-Es que son necesarios para mantener la seguridad. No lo establecemos nosotros, viene de Bruselas, que es quien da los slots, que son esos 15 minutos que tiene el avión para aterrizar. A Vueling en las últimas semanas se le están dando 30 minutos.
-Un 40% de los vuelos tiene retrasos de más de 15 minutos y los retrasos son 50 minutos de media. ¿Pueden ir en aumento?
-Por supuesto que sí. No sólo por los problemas de control, sino por cualquier otra incidencia, ya sea meteorológica o por restricciones de pistas. En aviación las variables son enormes. Suponer que todo va a ir siempre bien no es prudente. Hay que dejar un margen.
-Que haya más controladores es una reivindicación histórica de su colectivo. Ahora tienen más argumentos que nunca.
-Hace diez años que no se convocan plazas y desde 2009 no hay nuevas incorporaciones. La media de edad está en los 48 años. Hemos pedido 11 personas para la torre de control y no somos los únicos. Falta personal por todo y desde todas partes piden. No vemos una solución a medio plazo. Por eso pedimos que se convoquen más plazas de personal.
-Ahora son 46. ¿Esos 11 que han pedido serían suficientes para hacer frente a la situación?
-Para poder asumir el tráfico que hay y evitar la presión al personal y los retrasos necesitamos esas 11 personas. Estamos trabajando en turnos de 6 días seguidos. Y esto durante tres o cuatro meses.
“Si hay juicio por lo ocurrido en 2010 será un machaque terrible. Llevamos cinco años así”
-La empresa que les contrata, Enaire, dice que no falta personal y que les han reforzado.
-Ellos cuentan su historia pero realmente lo podemos refrendar con cifras. Ellos dicen que han incorporado tres personas para verano, pero no dicen que cubren bajas que ha habido. No hay un aumento de plantilla como ellos defienden, seguimos siendo menos y sin contar bajas puntuales.
-Ustedes denunciaron que las bajas no se cubrían.
-Los turnos de imaginaria, que implica que debes estar localizable por si a última hora falta alguien, se están utilizando con días de antelación. Así que cuando un día alguien no puede venir, la imaginaria ya está activada y falta una persona. Mecanismos que se utilizaban para cubrir puntas de tráfico de manera puntual se están utilizando de manera habitual.
-¿Cuántos vuelos se deberían gestionar como máximo con la plantilla que tienen ahora?
-Hablo de la torre, luego está el centro, que lleva todos los vuelos que pasan por Balears sin tener que aterrizar. ¿Cuántos vuelos se podrían manejar? No te lo podría decir, el tráfico varía. Lo que pasa es que las puntas son muy fuertes.
-Su sindicato señala además el envejecimiento de la plantilla.
-Aquí se trabaja hasta los 64 años. En cualquier país de nuestro entorno y hasta hace unos años era hasta los 55. Trabajar de noche con 63 años es demasiado desgaste. Piensa que no puedes permitirte ningún fallo ni ninguna desconcentración.
-Falta de personal, plantilla envejecida y récord de vuelos. ¿Les está pasando factura?
-Hay más bajas que hace años. De larga duración y de gente que no ha vuelto. Debido a que los controladores somos más mayores. El trabajo es duro. Y no hay las que debería, porque sin encontrarte bien acabas yendo a trabajar presionado para evitar perjudicar a un compañero.
-¿Se está jugando con la seguridad de los pasajeros?
-La persona que va a trabajar asume lo que hace. Si algo sucede la responsabilidad recae en el controlador. Supone una presión adicional. Desde luego es una situación difícil para nosotros.
-El vicepresidente del Govern, Biel Barceló, defiende que si Balears tuviera la cogestión aeroportuaria podría regular la llegada de vuelos. ¿Sería usted partidaria de que llegaran menos?
-Nosotros no entramos ahí. Realmente lo que pedimos es una estructura adecuada a la demanda. El aeropuerto de Palma tiene capacidad, lo que le falta es personal. Hay que invertir en gente.
-¿Y de la cogestión?
-Son Sant Joan da muchísimo dinero. Aquí arrastramos aquellos años en que se hicieron aeropuertos deficitarios. Antes el sistema funcionaba. Entraba gente bien preparada y todo se paró.
-¿La gente que llega ahora está menos preparada?
-Hicieron que la escuela fuera de pago. Antes ibas becado, ahora cuesta 78.000 euros y sin garantía de tener trabajo. No llenan la escuela y supone un tapón. El sistema de selección que había antes era de los mejores del mundo. Nos elegían por nuestra facultades psicológicas para mantener la calma en situaciones de estrés. Ahora ya no se eligen a los mejores para el trabajo. No hay selección psicológica. A día de hoy basta con tener 18 años y 78.000 euros.
-¿Cómo les ha afectado la privatización parcial de AENA?
-Se privatizaron 13 torres en España. Se privatizó la de Eivissa pero no la de Palma. Yo estuve en el aeropuerto de Eivissa y eramos 25. Ahora son 14. No me puedo imaginar que turnos hacen. Sólo miran el beneficio económico, pero la calidad del servicio es deficitaria. Sólo ven que el balance de resultados es positivo.
-¿Les dificultan todavía más su trabajo las compañías low cost?
-Lo que sucede es que van muy al límite. Los propios pilotos tienen mucha presión. Hubo la época que iban muy justos de combustible. Nosotros hacemos lo que podemos, pero cuando hay un problema no les podemos dar preferencia. Es un elemento más que va haciendo mella.
-¿Comparte que ha dañado mucho la credibilidad de su colectivo el parón de 2010?
-Han sido años muy difíciles. De momento, 20 jueces nos han dado la razón. En Palma seguimos pendientes de si hay juicio. Hay gente que lo ha pasado muy mal. Llevamos cinco años así y si hay juicio será un machaque terrible.
