Sabe que le van a llover críticas porque la renta social garantizada creada por este Govern esté llegando de momento a tan poca gente. Pero ella está muy satisfecha. Fina Santiago, la consellera de Serveis Socials, echa la vista para atrás para explicar el significado de lo conseguido hasta ahora. Se acuerda de cuando la red sanitaria pública daba sus primeros pasos, primero con médicos de cabecera, luego con centros de salud, más tarde con la llegada de casi todas las especialidades a la pública. "Partíamos de nada y hoy se ofrece hasta inseminación artificial en los servicios públicos. Con la renta social garantizada pasa lo mismo: es un paso enorme, estamos creando un derecho, un derecho que va a seguir ahí y empodera a los ciudadanos. Es un derecho que los ciudadanos van a ir reclamando cada vez con más naturalidad".
La consellera repite varias veces el verbo "empoderar". Para ella, recoge el significado de la renta social garantizada. Ofrece un ejemplo: el efecto sobre el mercado laboral. Recuerda la precariedad imperante, y como muchos se aprovechan de la extrema necesidad de los trabajadores para ofrecer contratos basura, que aún pagando poco y explotando horas en negro, se aceptan porque no queda más remedio. "Con la renta social empoderamos al trabajador, que puede ir al empresario y decir: ¿Me quieres pagar 500 euros por 12 horas al día, la mayoría en negro, aprovechándote de que tengo una familia que necesita este dinero? Pues mira, tengo un colchón de 500 euros que es un derecho, y voy a trabajar, pero no doce horas, sino las retribuidas justamente".
El ejemplo alude a un próximo paso de la renta social, que pronto se generalizará para todas las familias que no alcancen unos ingresos considerados por ley como de subsistencia: el Govern completará lo que falte para alcanzar el umbral mínimo de 428 por persona y hasta 776 en algunas familias. "Es un cambio clave".
Y sin embargo no se usa todo lo esperado. La estadística oficial dice por ejemplo que hay 22.000 personas en paro en las islas sin ningún tipo de ingreso. ¿Por qué no recurren a la renta social? En algunos casos porque no forman parte de familias con hijos y sin ingresos mínimos, la única categoría que contempla la renta ahora,hasta que en noviembre se amplie a todas las familias. ¿Pero y el resto? Porque solo hay 181 familias cobrando renta. "Es efecto del propio mercado laboral, gente que entra y sale mucho del empleo, por la precariedad que hay. Poco a poco el derecho se extenderá, aunque la realidad es que no sería necesario si hubiera una buena prestación de paro, no la que ha dejado el PP".
"No es para vagos"
Santiago remacha que el hecho de que no se cobre renta cuando se entra y sale del trabajo, pese a que la alternativa a la ayuda son contratos precarios y mal pagados, desmonta otro argumento que se usó contra la iniciativa estrella del Govern: que generaría una bolsa de poco menos que vagos, viviendo de la ayuda pública sin hacer nada. "La gente nos llama y nos dice que ha conseguido un contrato. Prefieren trabajar que depender de una renta pública. Yo siempre pienso que la gente es al menos tan digna como yo, y yo no quiero vivir de una ayuda, sino de mi trabajo, y vivir en mejores condiciones de las que da una ayuda de 600 euros, que ojalá fueran más, y más teniendo en cuenta el coste de la vida en Balears. ¿Hay fraude? Seguro, pero una pequeña bolsa de fraude no justifica que renunciemos a crear derechos para todos", zanja Fina Santiago.
