­Quizás usted ya lo había pensado y ahora un estudio le confirma su percepción: Balears es una de las tres comunidades con mayor presencia de cucarachas de España. Solo superan al archipiélago en tan horrible pódium Múrcia y la Comunidad Valenciana.

Este insecto representa el 35% de las plagas en España, según los datos del IV Observatorio Regional de Plagas de Rentokil. Del total de actuaciones que esta empresa especializada en sanidad ambiental realizó en Balears el año pasado, casi la mitad (el 47%) fueron para combatir la presencia de estos pequeños seres. Esta plaga fue en 2015 la más común en España por cuarto año consecutivo, según el estudio anual publicado por esta compañía, que en 2015 atendió un total de 24.000 llamadas.

En el caso de Murcia, el 53% de llamadas pedían ayuda por infestaciones de cucarachas, un porcentaje que se elevó al 48% en la Comunidad Valenciana.

¿Cómo se detecta la presencia de estos insectos? Lo más habitual es encontrarse directamente con un ejemplar (o más) correteando por el suelo o por la pared, pero también puede haber otros indicios, como un olor desagradable; manchas en superficies de la cocina o estuches de huevo.

Tras las cucarachas, las otras plagas que más azotan a nuestro país son los xilófagos, como las termitas y la carcoma. Según Rentoki, este año ascienden al segundo puesto de los animales más problemáticos, ya que generaron el 18% de incidencias registradas por esta empresa: cuatro puntos porcentuales más que en 2014.

Así, en este particular ranking, las termitas y la carcoma han superado a los roedores, responsables del 12% de las llamadas, que bajan del segundo al tercer lugar como plaga más frecuente.

En el caso de Balears sin embargo los insectos de la madera no son tan frecuentes como en otras zonas de España, especialmente como el norte del país, donde el clima y unas construcciones con una predominancia de madera contribuyen a su aparición.

Tras las ratas, vendrían los chinches, las avispas, algunos tipos aves, las moscas y las pulgas. Por este orden, son el resto de causantes de plagas en España durante el año pasado, de acuerdo con el estudio.

¿Qué es una plaga? "No existe una definición como tal de plaga", explica la directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA), Milagros Fernández, porque "se determina por el riesgo para la salud pública que suponga y también por el nivel de tolerancia que haya para una especie" en cada momento. ¿Esto qué quiere decir? Fernández pone un ejemplo muy claro: "Una cucaracha en un almacén que guarda maquinaria no se considera plaga, pero en un quirófano sí lo es, porque ahí el nivel de tolerancia es cero".

Los riesgos para el bienestar y la salud de una plaga son diversos, desde daños económicos hasta problemas de salud graves. Por ejemplo, indicó la directora de ANECPLA, una cucaracha "nunca te picará, pero su cuerpo tiene microorganismos perjudiciales que deja allá por donde pasa incluidos los alimentos y puede generar problemas de contaminación alimentaria, como el contagio de salmonella".

Por otro lado, los xilófagos no suponen un riesgo serio para la salud de las personas, pero sí pueden afectar seriamente a construcciones, muebles u obras de arte ya que pueden producir "daños estructurales" sobre bienes y también pueden atacar edificios antiguos u obras de arte, con lo que es posible que causen perjuicios "históricos".

Las ratas son más peligrosas ya que además de esta contaminación, pueden morder y transmitir enfermedades como la rabia.

Así que alerta con las señales que delatan la presencia de roedores como excrementos, pelos o marcas en los muebles. Por su parte los xilófagos dejan testimonio de su paso con los orificios que hacen en los enseres o con los nidos que construyen con forma de chimenea.

No acaban ahí las alertas: no olvidemos a los chinches: "Si encontramos manchitas de sangre en las sábanas, presencia de huevos o picaduras en el cuerpo podemos tener una plaga de chinches, cuya presencia ha aumentado en los últimos años y está en tremendo auge", indicó Milagros Fernández.

Y cómo cerrar este capítulo sin hacer mención a otro de los fenómenos tan ligados al verano como el gazpacho o el aire acondicionada: hablamos de los insectos voladores, como las moscas, los mosquitos y las avispas. En el suelo también reclaman lo suyo cada verano y se lanzan a por cualquier resto de comida las hormigas. El incremento de las temperaturas y las actividades humanas en áreas húmedas como el entorno de las piscinas favorecen su proliferación.