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Colapso en el registro para pagar la ecotasa, a horas de que acabe el plazo

La web para apuntarse se cayó ayer y los usuarios se quejan de días de cola infructuosa para darse de alta como alojamiento turístico El Govern achaca los problemas a un "alud" de inscripciones de último minuto

Los turistas pagan 'ecotasa' desde el 1 de julio, mes en el que los alojamientos debían inscribirse. b. ramon

El servicio llevaba al límite desde que el 1 de julio se abrió el plazo para que los dueños de alojamientos turísticos se inscribiesen para recaudar el nuevo Impuesto de Turismo Sostenible y evitar así los 400 euros de multa que conlleva no apuntarse. Y ayer, a solo unas horas de que acaben el mes y el plazo, el límite se superó. Y el servició quebró. Durante unas horas, la web en la que se tramita la inscripción telemática (única opción que ofrecen en la Agencia Tributaria de Balears) dejó de funcionar. Se cayó: alcanzó los 40.000 intentos de acceso, el doble que en una jornada normal, excusaban desde la Agencia Tributaria de les Illes Balears, en la que aludían para justificar el problema a un "alud" de usuarios que han apurado su inscripción hasta el final.

Pero no es solo eso. No es al menos lo que denuncian los afectados, que llevan semanas contactando con Diario de Mallorca para quejarse de que se estaban estrellando con un muro burocrático. Unos y otros relatan que intentaron registrarse por la web, pero sin mucho éxito. Algunos lo achacan a su falta de pericia en el uso de internet, pero otros, que se declaran usuarios habituales de los procedimientos telemáticos, aseguran que de nada les sirve manejar la web si no entienden las opciones que se les ofrecen a la hora de apuntarse. Así que unos y otros, despistados digitales y habilidosos del click, acaban desde hace semanas agolpándose ante el mismo embudo: el teléfono habilitado por el Govern para, supuestamente, ofrecer información.

Pero el supuesto es erróneo: hasta diez usuarios distintos han explicado a este diario que les costó acceder a la atención telefónica, y cuando finalmente lo consiguieron, les remitieron de nuevo a la web, en un bucle kafkiano que ha atrapado a muchos durante un mes. Con lo que unos y otros terminaron recurriendo a la vía más tradicional: se plantaron en la sede de la Agencia Tributaria de Balears. Y allí descubrieron de golpe por qué la información telefónica dejaba tanto que desear: el teléfono lo atienden las mismas dos funcionarias que respondían en persona. "Las pobres no daban abasto, se las veía agobiadas", explica Antoni Fiol, que durante dos semanas trató de inscribir una casa de sus padres. "Al final lo conseguí, pero tuve que perder tres mañanas allí, para acabar haciéndolo con un gestor por vía telemática. Si el Govern quiere que recaudemos el impuesto por ellos pues ni me parece mal, oye, está bien que los turistas contribuyan a mantener las islas, pero que al menos en el Govern nos den las facilidades para que los que queremos cumplir lo hagamos. Nuestro tiempo vale dinero. Que pongan más funcionarios", reflexiona Fiol.

"Solo falta que nos multen"

La historia de Antoni es calcada a la que ayer contaba María Albertí. Después de "tres días intentando hacer las cosas bien para inscribir cuatro viviendas vacacionales", ayer optaba por llamar a Diario de Mallorca para pedir auxilio: "La web no funciona. Intentas darte de alta y no va. Y en el teléfono ya no contestan. Tengo que inscribir cuatro viviendas vacacionales y cuando vas a la Hacienda hay una cola enorme. Cuando te toca te maltratan, por el estrés que tienen. Hoy he ido y he perdido cuatro horas. Están dos personas, y si una sale a desayunar la otra queda sola. Luego me dieron un correo para pedir ayuda y me volvió devuelto, porque deben de estar tan saturados que ni les entra. Y nadie te da una solución", relata esta propietaria, que insiste varias veces en que su intención no es tanto protestar como poder inscribirse a tiempo y evitar la sanción: "Es que no quiero ni quejarme, quiero una solución, que amplíen el plazo. Solo falta que nos multen", explica, más cansada que enfadada.

Aunque la mayoría de los afectados por el colapso están fundamentalmente enfadados. Indignados, incluso. "¿Cómo vamos a estar? Es un pitorreo. Estoy intentando apuntarme para hacer de recaudadora de ecotasas para el Govern y me han colgado el teléfono tres veces. Me dicen que vaya a la web y cuando digo que no funciona me cuelgan", bramaba ayer Laura Soler. Se queja de que "encima el horario de atención es solo de mañana, porque todo el mundo sabe que en este país solo trabajan por las mañanas los funcionarios, y los demás estamos tomando el sol en la playa hasta que ellos cierran el chiringuito a las dos". "He perdido dos mañanas de trabajo con esto", abunda, antes de recalcar que su empresa es de diseño web: "De informática algo sé, y esa web no funciona y no se entiende".

Intento fallido

Escuchadas las quejas, este diario intentó ayer completar un registro telemático con uno de los afectados. No hubo forma. Primero la web estaba colgada. Después se quedaba atascada en una página en la que decía que hacía falta un certificado digital para completar el trámite, pero ahí se quedaba, sin dar la opción siquiera de mostrar lo que pedían. Más tarde pasaba de pantalla, pero tampoco se podía hacer nada: esta vez se bloqueaba en un página que exigía aceptar las famosas cookies de casi todas las webs, pero al pulsar "aceptar" el mensaje volvía a salir, una y otra vez, sin permitir avanzar. En modo bucle, como todo el proceso.

Al llegar a este punto el experimento acumulaba ya dos horas de frustración. Eran las 13.30 horas de ayer y en el Govern excusaban que había habido un "alud" de peticiones telemáticas: 40.000 personas intentando entrar en la web, el doble que un día normal. Y como consecuencia, decían, el servicio web se había caído 50 minutos, entre las 12.20 y las 13.10 horas. Solo que eran las 13.30 y seguía bloqueado. Como a las 14.00 y a las 14.30 horas. A esa hora ya no había atención en persona (el horario de apertura es de 9.00 a 14.00 horas). Con lo que los 4.000 registros de alojamientos turísticos legales que faltan por formalizar (y decenas de miles ilegales) quedan para el último día, que es hoy, cuando el Govern afronta un imposible: pasar de la cifra de 1.400 inscritos en un día (ayer) a cuatro veces más que eso. Y con dos funcionarias.

El lunes, cuando la Hacienda balear vuelva a abrir sus puertas, ya será 1 de agosto, y el que no esté inscrito se expone a una multa de 400 euros. Pero que no cunda el pánico: la directora de la Agencia Tributaria, Maria Antónia Truyols, aseguró hace unas semanas que no tienen intención de salir a la caza de no inscritos. Y menos parece que vaya a ser el caso ahora, cuando muchos se están quedando fuera por la saturación del servicio público, que hace una semana llevó a la Federación de Estancias Vacacionales de Mallorca a reclamar una moratoria de tres meses. El Govern dijo entonces que lo pensaría, pero que en principio no habría problema en aprobarla. Una semana después no se ha anunciado aún ninguna moratoria. Y el plazo acaba hoy.

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