Los alcaldes de la Serra de Tramuntana y del Pla de Mallorca están tomando medidas contundentes para evitar quedarse sin reservas de agua en pleno verano. El llenado de piscinas desde la red municipal y el riego de jardines se ha prohibido por completo en la mayoría de localidades mediante un bando firmado por los primeros ediles. Para que esta orden se cumpla, los agentes de la Policía Local vigilan que las grandes mansiones, casas de campo y chalés no utilicen la red para estas actividades que consumen gran cantidad de metros cúbicos.
Tal y como adelantó ayer este periódico, desde el Govern advertían que la Serra de Tramuntana, por la pequeña capacidad de sus acuíferos, y el Pla de Mallorca por sus bajos niveles de reservas, eran las zonas de Mallorca más propensas a las restricciones. Los alcaldes, asesorados por la Dirección General de Recursos Hídricos, llevan poco más de un mes con medidas para concienciar a la población.
Nadal Torres, alcalde de Valldemossa, explicó que "de momento estamos aguantando la situación y no ha hecho falta movilizar los camiones cisterna". Pese a ello, han prohibido llenar las piscinas y regar los jardines con agua de la red pública. "Hemos decretado -aseveró el alcalde de Valldemossa- un consumo máximo de 36 metros cúbicos de agua por hogar durante los próximos tres meses y 20 metros cúbicos en las casas de campo. Estamos satisfechos porque la gente está cumpliendo y va con cuidado de regar sus jardines o rellenar sus piscinas. De todas formas, la Policía Local está controlando que se cumpla la ordenanza". Torres apuntó que piensan destinar parte de las ayudas del Plan de Obras y Servicios a poner en marcha infraestructuras que garanticen el suministro de agua en tiempos de crisis, así como el cambio de contadores para ahorrar en el consumo.
Bartomeu Jover, alcalde de Estellencs, admitió que ya están abasteciendo el municipio con camiones cisterna: "Entre uno y dos camiones al día llenan los depósitos de la red desde hace una semana. No sabemos qué nos va costar el tema, ya que nos traen agua de la desaladora de Andratx y de Son Pax de Palma". Jover se mostró preocupado por la situación, ya que pese a la prohibición es difícil comprobar que se cumplan las ordenanzas y no descartó tener que poner sanciones.
En Estellencs se permite un consumo máximo de 300 litros por casa y día y cuatro metros cúbicos (cuatro toneladas) al mes por plaza hotelera. En esta localidad de la Serra de Tramuntana, además de prohibir el llenado de piscinas y el riego de jardines, tampoco permiten lavar el coche con agua de la red municipal.
En Banyalbufar la situación también es muy crítica: "A fecha de hoy -apuntó el alcalde Mateu Ferrà- nos hemos gastado casi el 10% del presupuesto anual en llevar camiones con agua, es insostenible. El Govern debe sensibilizarse con los municipios de la Serra y no tenemos respuesta alguna de la administración".
Pla de Mallorca y Llevant
En el Pla de Mallorca, comarca que engloba 14 municipios en el centro de la isla, la situación no es tan grave como en la Serra de Tramuntana. No obstante, los ayuntamientos ya están tomando medidas para que la población realice un consumo responsable. Saben que sus acuíferos están en situación crítica y en caso de no llover en las próximas semanas se pueden quedar sin agua.
La desaladora de Palma ha potabilizado 4 millones de toneladas.
Joan Verger, alcalde de Montuïri, relató que están estudiando poder rehabilitar un pozo antiguo para evitar restricciones. "Estamos a la espera de las pruebas sanitarias para poder añadir este pozo a la red municipal. De todas formas, estoy muy satisfecho de la concienciación de la gente del pueblo. La empresa suministradora me ha comentado que incluso hemos bajado el consumo de meses anteriores, ello quiere decir que los habitantes de Montuïri han entendido el problema y evitan regar los jardines o llenar sus piscinas en esta época".
Verger, al igual que el alcalde de Sencelles y presidente de Federación de Entidades Locales de Balears (FELIB), Joan Carles Verd, pidieron la construcción de infraestructuras para conectar los pueblos con las desaladoras y evitar restricciones.
En el Llevant, zonas turísticas como Cala Millor y sa Coma ya están notando cómo los cloruros están aumentando en el agua de la red. El Govern ya advirtió que la calidad bajaría de forma importante.
