El servicio de limpieza del litoral recogió una media de 491,33 kilos de residuos del mar cada día durante el mes de junio, siendo los plásticos el material predominante, con casi la mitad de los recogidos (46,4 %), seguidos de la madera (25,5 %) y la vegetación (15,8 %).

En total, entre el 1 al 30 de junio, las 33 barcas de limpieza recuperaron 14,74 toneladas de residuos del mar de Balears, cifra que supone un descenso del 17% respecto al mismo mes del año pasado, según datos de la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca.

Las 15 barcas que trabajan en Mallorca sacaron del agua 8.788,63 kilos de residuos (293 de media diaria), mientras que las 8 de Ibiza y las 8 de Menorca obtuvieron 3.042,75 (101 de promedio) y 2.283,02 kilos (76 diarios), respectivamente. En Formentera, las dos embarcaciones que trabajan reunieron 625,60 kilos de basura (20 diarios).

La mayor proporción de plásticos se localizó en aguas de Menorca, donde este tipo de basura supone el 49,3 % del total, seguida de Mallorca con el 49 %.

Según el Govern, el servicio de limpieza del litoral Balears es único en el Mediterráneo y conlleva una inversión de un millón de euros anuales, para mantener 33 embarcaciones desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre.

En el primer mes de actuación, los barcos de limpieza encontraron también una tortuga muerta, cabos, un bidón vacío, una piscina de plástico y una boya de fondeo a la deriva. Además han recibido 11 avisos relativos a residuos en el mar, 3 de ellos de Salvamento Marítimo y 8 de instituciones y particulares.

La presencia de plásticos en el mar fue una las inquietudes que el conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, planteó al director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Daniel Calleja, durante su viaje a Bruselas de esta semana. Calleja admite que se trata de uno de los mayores problemas, especialmente en el Mediterráneo, donde el hecho de ser un mar cerrado afecta aún más una biodiversidad que es única.

El director europeo comparte el parecer del Govern de que hay que tratar la situación con una estrategia unificada de ámbito europeo y global, que puede empezar a tomar forma el próximo año bajo la presidencia de Malta, una isla mediterránea sensible a esta cuestión.