La Audiencia de Palma ha confirmado hoy la condena de seis años de prisión para el expárroco de Can Picafort Pere Barceló Rigo, por haber abusado y violado en múltiples ocasiones a una niña de 10 años, monaguilla de su iglesia. La Sala destaca en la sentencia condenatoria "la violencia e intimidación que ejerció el acusado sobre ella".

Esta sentencia es fruto de la conformidad con las penas que pidió el acusador particular y la Fiscalía, después de que Barceló se declarase culpable de un delito continuado de abusos y agresiones sexuales a una menor de 10 años.

La violencia quedó plasmada en "hechos físicos" como agarrar a la niña de los brazos y "separarle las piernas para abrírselas con las propias piernas del acusado, un señor mayor frente a una menor de 10 años y, además, tapándole la boca" cuando sufría dolor, recoge la sentencia.

Cabe recordar que los sucesos ocurrieron a finales de los noventa y fueron denunciados por Mateu Ferrer, periodista de DIARIO de MALLORCA y testigo de los abusos por ser catequista a la sazón. El obispado solo reaccionó en 2013, cuando apartó cautelarmente a Pere Barceló de sus responsabilidades sacerdotales tras reavivarse la polémica en un documental donde intervino el redactor de este periódico.

La sentencia, que ya ha sido notificada, recoge el relato de los hechos reconocido por el condenado en la vista oral.

El fallo incluye la prohibición de acercarse a la víctima, que cuando ocurrieron las agresiones era menor de edad, a una distancia inferior a 500 metros, así como llevar a cabo cualquier tipo de comunicación con ella por tiempo de cinco años, tras el cumplimiento de la pena privativa de libertad. La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

Según el relato de hechos de la resolución judicial, admitido por el condenado, cuya defensa se adhirió al escrito de conclusiones definitivas del Ministerio fiscal y la acusación particular, el que fuera párroco de la Iglesia de l´Assumpció de Maria y administrador parroquial de Can Picafort, entabló relación con una menor de 10 años de edad que acudía regularmente a la iglesia para realizar la catequesis y labores de monaguillo.

El condenado llevó a cabo las agresiones sexuales en varias ocasiones y durante varios años, siendo sorprendido en una de ellas por un testigo, archivándose en una primera investigación la denuncia de este.

La víctima interpuso la denuncia en 2012. La Iglesia, según consta en la sentencia, ha satisfecho con anterioridad a la sesión de juicio la indemnización por daños morales a la víctima.