­La noticia es que, por ahora, no hay que hacer más sacrificios públicos que los ya previstos. Y no es poca noticia: Balears está en disposición de cumplir este año y el que viene los objetivos de déficit marcados por el Estado español, para seguir la senda fijada a su vez por la Unión Europea, algo que hasta ahora solo se había logrado una vez en las islas.

Lo certificaba ayer la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, organismo creado para supervisar las cuentas públicas, que en su último informe evalúa los planes de ajuste elaborados por las catorce comunidades que en 2015 no cumplieron con los máximos de desvío en la cuentas anuales. Entre las catorce incumplidoras estaba Balears, claro, que solo en 2013 se ajustó al déficit permitido, y era cuando el margen era el doble que el actual. Ahora, cuando el desvío permitido es mínimo (gastar este año unos 190 millones más de los que se ingresan, la mitad del desfase que el año pasado), Balears entra en el club de los que hacen los deberes: según la Autoridad Fiscal, el archipiélago figura entra las ocho autonomías que está en disposición de cerrar los años 2016 y 2017 sin aumentar su agujero público más de lo permitido.

Si el organismo acierta en sus cuentas, once de las 17 comunidades autónomas seguirán por la senda adecuada, mientras siguen descarrilando Aragón, Castilla-La Mancha Extremadura, la Región de Murcia. También siguen sin ser capaces de frenar el crecimiento a ritmo rabioso de su agujero público dos comunidades que son especialmente significativas para Balears, toda vez que partían de una situación de infrafinanciación y déficit similar a la balear: Cataluña y la Comunidad Valenciana.

En el análisis del caso balear, la Autoridad Fiscal enumera las razones que les llevan a pensar que esta vez la comunidad se ceñirá a los objetivos establecidos para 2016 y 2017. La primera razón es que ya están incorporadas a las cuentas tres factores que dispararon el gasto el año pasado: el pago de los tratamientos contra la hepatitis C, la devolución de un 25% de la paga extra negada a los funcionarios en 2012 y la puesta en marcha de nuevos incentivos a la carrera profesional del personal sanitario.

Todo eso, que en 2015 desestabilizó el presupuesto en pleno año de relevo en el Govern de las islas, queda compensado en el 2016 por un aumento de los ingresos por varías vías: muy probablemente crecerá la cantidad que entregue este año el Gobierno central a cuenta de la liquidación de las cuentas de públicas de 2014, al tiempo que es previsible que por fin aparezcan los hasta 80 millones de euros correspondientes a convenios de carreteras del pasado. ¿Y si este dinero del Estado no aparece, como lleva pasando ya cinco años? Pues aumenta la incertidumbre, dice la Autoridad Fiscal, que matiza que en cualquier caso el Govern ha optado por la vía de la prudencia y supedita algunos gastos públicos a que de verdad lleguen estos recursos del Estado.

Mejora de la recaudación

En 2017 tampoco auguran grandes problemas los fiscalistas del auditor independiente. Y eso que el año que viene el objetivo será ligeramente más duro: en 2017 el déficit puede ser como mucho del 0,5% del PIB balear, es decir, unos 135 millones de euros, frente a los 190 de desfase autorizado este año. A favor del Govern presidido por Francina Armengol jugarán entonces cuestiones como no se prevén tantos gastos por sentencias judiciales contra la comunidad y que ya no habrá que devolver más plazos de la paga extra de 2012. A eso se unirá el hecho de que sigue mejorando el ciclo económico, lo que hace pensar que los entregas a cuenta del modelo de financiación serán más altas y lleva al propio Govern a estimar que sus impuestos propios también recaudarán más dinero. Además, en 2017 se recaudará por primera vez durante todo el año el nuevo Impuesto de Turismo Sostenible, la mal llamada ecotasa, que aportará más de 50 millones adicionales a las arcas públicas.

La Autoridad Fiscal ve por ello "probable" que Balears, por segundo año consecutivo y tercero en su historia autonómica, cumpla con los límites de déficit. La comunidad se aproximará poco a poco así al déficit cero, momento en el que la deuda dejará de crecer, hecho clave para una de las tres regiones más endeudas del Estado, casi 9.000 millones de deuda pública que habrá que ir devolviendo durante las próximas décadas.