El fiscal anticorrupción de Baleares Pedro Horrach ha manifestado que el ministro de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, debería haber dimitido "de inmediato" a raíz de sus conversaciones con el director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, en las que hablaban de buscar eventuales casos de corrupción que afectasen a ERC y CDC.

En declaraciones a los medios tras su decisión de abandonar el Ministerio Público en dos meses para dedicarse a la abogacía, Horrach ha tildado de "ridícula" la situación a la que ambos han llegado, por lo que ha considerado que deberían haber presentado su cese.

Horrach ha comparecido hoy ante los medios de comunicación frente a la sede de la Fiscalía en Palma para explicar su decisión de dejar el ministerio público para dedicarse a la abogacía, un cambio que ha descrito como muy meditado desde hacía tiempo. "Personal y profesionalmente llegó un fin de ciclo, necesitaba un cambio y he considerado que este era el mejor momento para iniciar este cambio", ha afirmado.

El fiscal del caso Nóos ha asegurado hoy que este proceso ha sido para él "una lucha constante contra una pared, porque se instaló un prejuicio en la sociedad relativo a la participación de Cristina de Borbón en los hechos que se han debatido en el tema Nóos, y sigue hasta ahora".

Confiesa sentirse "un poco liberado" desde que ha hecho pública su marcha. Tiene previsto dejar de ser fiscal el 1 de septiembre, tras 24 años de ejercicio, la última década en Anticorrupción, que ha descrito así: "Diez años muy intensos de mi vida con muchas luces y alguna pequeña sombra durante el camino".

El último caso que ha llevado ha sido el juicio de Nóos, que admite que "ha significado mucho" en su trayectoria y donde se ha mantenido firme en la posición de no acusar a la infanta Cristina de ningún delito. "Una cosa es el tono y otra el contenido de lo que se se manifiesta; respecto del contenido, sigo manteniéndolo, es por lo que he apostado y lo que he creído jurídicamente desde hace años", ha explicado.

"Ha sido el caso que he vivido más intensamente durante estos años y también por el que he recibido más críticas por su parte (los medios), algunas aceptadas alegremente y otras no tanto", ha señalado.

Ha recalcado que no ha sido "especialmente" esta causa en la que se han sentado en el banquillo la infanta Cristina, su marido Iñaki Urdangarin y otras quien personas lo que le ha empujado a dejar de ser fiscal sino "el cúmulo de casos" que ha llevado durante los últimos diez años.

"Ha llegado un momento determinado en que consideré que mi etapa en la Fiscalía Anticorrupción tenía que terminar", ha asegurado.

Ha calificado sus años de fiscal Anticorrupción de "muy enriquecedores y gratificantes", una etapa en la que se han desarrollado aproximadamente unas 60 operaciones contra la corrupción en Baleares, todas las cuales "se han vivido muy intensamente". "Espero que haya sido ejemplificante para la ciudadanía el trabajo que hemos desarrollado", ha manifestado.

Sus planes más inmediatos son descansar, terminar varios escritos de acusación pendientes de algunas causas -varias piezas del caso Palma Arena, el caso Over, otra causa en Menorca-, finalizar varias todavía en fase de instrucción y la tramitación del caso Son Espases, "y luego ejercer la abogacía".

Ha admitido entre risas que aún no tiene clientes, ha dicho que no ha recibido ofertas de ningún bufete de abogados ni entra en sus planes "en principio" incorporarse a ninguno. No se ha planteado todavía qué tipo de casos abordará, algo sobre lo que necesita reflexionar, pero quedan descartados todos aquellos en los que ha participado como acusador.

"No puedo actuar en los casos donde haya intervenido ya sea inicialmente, durante su tramitación o al final, o que tengan alguna vinculación, aunque sea indirecta, con algunos que he tramitado. Tengo incompatibilidad absoluta para intervenir", ha afirmado.

Aunque ser abogado defensor supondrá situarse en una posición totalmente opuesta a la que ha mantenido hasta este momento, "no deja de ser ejercer el Derecho" y espera sentirse "cómodo". "Más que un cambio de bando es un cambio de vida profesional, no se trata de pasar de ser acusación a ser defensa sino de ejercer otro tipo de actividades", ha remarcado.

No esperará a la sentencia de la Audiencia de Palma porque calcula que, aunque el caso finalizara entre septiembre y diciembre de este año, si la Fiscalía debe preparar un informe para un hipotético recurso de casación, el trámite para interponerlo puede prolongarse otro año y medio y la posterior sentencia del Tribunal Supremo podría suponer otros dos años o dos años y medio. "Es un círculo sin fin", ha afirmado.

"Me han pedido que espere hasta la sentencia si es que la Fiscalía General lo considera, que es quien tiene que tramitar la excedencia", ha detallado al respecto.

Espera que Ana Lamas, que le ha apoyado en el caso Nóos, ocupe su posición porque "es una fiscal muy competente".