"Hemos comprobado que con una inyección semanal subcutánea de un nuevo medicamento, los pacientes diabéticos de tipo II (de aparición tardía, que no precisan insulina para su tratamiento, o al menos no en su fase inicial) controlan mejor sus niveles de azúcar en sangre, pierden peso porque el fármaco les proporciona una sensación de saciedad y mejoran su presión arterial", enumera la ventajas de este fármaco el doctor Lluís Masmiquel, endocrinólogo del Hospital Quirónsalud Palmaplanas que ha participado en una investigación internacional sobre este antidiabético.

"Se trata de un ensayo clínico internacional en el que han participado más de 400 pacientes y en el que hemos comparado los resultados de la semaglutida, un fármaco antidiabético que no está comercializado, con los de otro que sí lo está", explica Masmiquel antes de recordar que esta variedad de la enfermedad metabólica afecta a entre un 13% y un 14% de la población, por lo que en Balears podríamos estar hablando de unas 140.000 personas afectadas.

El especialista subraya no obstante que este nuevo fármaco, en cuyo ensayo clínico han participado especialistas de Suecia, India, Turquía, Dinamarca y China, es un "segundo escalón" para los pacientes que ya toman metformina, el antidiabético oral prescrito inicialmente a todos estos pacientes.

Preguntado sobre si el uso de este nuevo fármaco podría retrasar los pinchazos de insulina que suelen necesitar estos enfermos conforme avanza su patología con los años, Masmiquel estima que sí. Añade para concluir que el fármaco, que podría estar comercializado en dos o tres años, solo es incompatible para los pacientes con insuficiencia renal grave.