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Entrevista

Julia Violero: "La fuga de jóvenes al extranjero también se debe a políticas que no invierten en investigación"

"Tras las elecciones desearía un pacto educativo con una Ley que deje de vapulear a alumnos y docentes"

Julia Violero: "La fuga de jóvenes al extranjero también se debe a políticas que no invierten en investigación"

-Formarse con los jesuitas imprime carácter.

-Sí, es cierto que imprime carácter. Es una espiritualidad que aterriza mucho en la realidad, que no te descontextualiza. Es capaz de combinar muchos contrastes, de poder estar con una mirada en el evangelio y a la vez con otra muy directa en la realidad. Por eso se le da tanta relevancia a la Encarnación, pero entendido en eso de insertarte y meterte de lleno en lo que vive la gente, que es donde se contempla el encontrar a Dios en todas las cosas.

-Dirige un centro de educación superior, con alumnos adultos que estudian en el CESAG en muchos casos porque en Balears es el único sitio que imparte determinados grados como el de periodismo. ¿Qué les dice, si no son creyentes?

-El centro lleva una larga trayectoria y desde hace un par de años está adscrito a la Universidad de Comillas. Todo eso que le contaba de estar atentos a la realidad, con una visión crítica de la misma, y tratando de proyectar unos valores humanos en la medida de lo posible, está muy en consonancia con la Universidad de Comillas. Pero tanto en ella como en el CESAG lo que más propiciamos es el respeto y fomento de todo lo que es humano, de colaborar a la armonía, la paz , el diálogo y el entendimiento. Muchos de nuestros alumnos, incluso le diría que quizás la mayoría, no son declaradamente creyentes. Para nosotros no es obstáculo, al contrario. Esperamos que aquí puedan tener ocasiones de encuentro con Dios, pero sobre todo que tengan una vivencia lo más humana posible. Al fin y al cabo los valores del evangelio siempre están de acuerdo con valores sociales humanos. Tanto en las titulaciones de educación como de comunicación, el CESAG se caracteriza por reforzar toda esa dimensión ética. En este sentido, quizás las titulaciones más delicadas son las de comunicación.

-¿Por qué? ¿Cree que falta ética en el mundo de la comunicación?

-Creo que sí que falta ética. El poder que han adquirido las redes sociales e internet contribuye a la rapidez en difundir cualquier cosa, pero esa rapidez en la difusión exige que los profesionales y los medios reflexionen mucho más antes de comunicar cualquier cosa. Hoy lanzamos una noticia y en segundos está en todo el mundo, pero esa rapidez no exime al periodista, al comunicador, de una reflexión previa y de considerar las consecuencias, en qué ayuda y en qué no, tanto cuando la difunde como cuando no lo hace ya que a veces el callar una información también tiene consecuencias negativas."Las relaciones del CESAG y la UIB quizá han podido ser tensas en otros momentos, pero ahora son muy buenas"

-¿Sus alumnos de periodismo y comunicación son conscientes de la crisis que atraviesa el mundo de la comunicación?

-En general a los jóvenes de hoy en día les falta ser conscientes de muchas cosas. Hay gente joven responsable. Muchos de nuestros alumnos trabajan, se costean sus estudios... Eso les hace muy conscientes de la crisis y los problemas sociales. Hay otros, no solo en el CESAG sino en general en la sociedad, que viven un poco más en las nubes. Aquí tratamos de que les impacte la realidad. Procuramos que los programas de prácticas se realicen directamente en medios de comunicación, en asociaciones vinculadas a cuestiones sociales... Creo que así tienen ocasión de conocer los problemas sociales.

-¿Qué le dicen a un alumno que concluya que es más fácil hacerse un hueco en el mundo de la comunicación participando en un reality show que estudiando?

-Aquí les mostramos todo lo que hay. Una gran parte de nuestros profesores de periodismo provienen del mundo profesional, e incluso lo compaginan. Ellos les presentan muy claramente qué tipo de programas y medios hay, con qué superficialidad o profundidad se trata la información. Siempre es una tentación, no solo para jóvenes sino incluso para profesionales con un largo recorrido. Hay muchas maneras de engancharse a ese tipo de programas que en el fondo lo que hacen en banalizar la profesión. En realidad alumnos que digan que quieren eso no hay, lo que sí hay es muchos que dicen que quieren ser empresarios, montar su propia productora por ejemplo. De aquí creo que salen con un ideal bastante elevado de lo que es la profesión.

-¿Son conscientes de que en el caso del periodismo no necesitan estudiar un grado para dedicarse a esta profesión?

-La profesión periodística no está reglada, pero precisamente por eso es más necesario que nunca estudiar periodismo. Un buen comunicador no se improvisa. Es cierto que, aunque tengas titulación, un buen periodista debe seguir formándose toda la vida, pero la Universidad te da unas bases. Por ejemplo, ¿dónde aprendes la cuestión ética si no pasas por la Universidad?

-¿Qué consejo les daría antes de lanzarles al mundo laboral?

-Yo les diría que fueran muy dialogantes, muy respetuosos con todas las tendencias y opiniones. Pero sobre todo, que no se traicionen a sí mismos, que traten de transmitir las cosas con la mayor veracidad y honradez posible.

-En su primer discurso como directora de la CESAG hizo una llamada a la "valiente revolución". ¿A qué se refería?

-Se la cogí prestada al Papa Francisco, si no recuerdo mal. En su última Encíclica marca unas líneas de acción muy concretas, muy aterrizadas en la realidad y sin perder de vista el compromiso con los más desprotegidos y necesitados de la sociedad. La revolución, precisamente, va un poco por ahí, por atrevernos, cada uno desde nuestro ámbito de actuación, a mirar de frente a aquellas realidades que podemos mejorar. Dentro del ámbito universitario se pueden atender muchas realidades, no se trata simplemente impartir unas clases.

-¿Por ejemplo?

-Ahora por ejemplo hemos iniciado, dentro del Instituto de La Familia, un Observatorio sobre cómo tratan los medios de comunicación el tema de la discapacidad. Estamos creando una base de recursos e incluso una web. Tenemos contacto y convenios en marcha con asociaciones de discapacitados porque el ámbito universitario puede hacer mucho a su favor. Puede crear opinión, orientar a los comunicadores y periodistas sobre cómo tratar estos temas sin marginarles. Otra iniciativa es que, aunque nuestra universidad sea pequeña, pueda impartir formación 'on line' y contribuir a la formación de profesorado. Ya tenemos algunos proyectos en marcha para el curso que viene, no con un país en concreto sino con una red de países latinoamericanos, centrándonos en lugares que no tienen capacidad para esa formación. Las tecnologías permiten llevar formación de calidad de una manera fácil a países que no tiene infraestructuras para eso.

-¿Cuantos alumnos tiene el CESAG?

-Unos 600, aproximadamente la mitad de ellos en las titulaciones de educación. El próximo curso empezamos el nuevo grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, con 50 plazas, para el que ha habido más demanda que las plazas ofertadas.

-¿Qué tal son las relaciones del CESAG con el Govern?

-Mi actitud es la de ser dialogante con cualquier tendencia política. Con el que más relación he tenido ha sido con el conseller Martí March y con las autoridades relacionadas con el ámbito universitario. La relación ha sido muy cordial. Han estado presentes en nuestros actos, en las inauguraciones, en las graduaciones... Ha sido un trato muy fácil. No tengo ninguna queja, al contrario. Nos hemos sentido apoyados en la difusión del nuevo grado.

-¿Y con la UIB?

-El llegar nueva a un sitio te hace aterrizar muy libre de prejuicios. Quizá en otros momentos las relaciones han podido ser un poco más tensas, pero ahora tanto con el rector Llorenç Huguet como con otros vicerrectores o delegados suyos que he conocido, son muy buenas. Nos hemos felicitado mutuamente cuando se han aprobado el grado de Medicina, en el caso de la UIB, y el de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en nuestro caso.

"A los jóvenes les falta ser conscientes de muchas cosas. En el CESAG tratamos de

que les impacte la realidad"

-Viene del mundo de la educación. ¿Qué opina de la LOMCE?

-Creo que se ha implantado de un modo un poco apresurado. Cuando empezó a implantarse dirigía un colegio en Granada y cuando me vine a Mallorca aun no teníamos claro qué es lo que teníamos que hacer o no. En el año que llevo aquí me he desconectado un poco de estas cuestiones escolares. Lo que sí desearía es que, fuera cual fuera el resultado de las elecciones, se pudiera llegar a un pacto educativo, que finalmente pudiéramos tener una ley de educación defendida por todos los partidos y que dejara de vapulear a alumnos y docentes. Es una ocasión que desaprovechan los políticos, porque eso les ayudaría a reforzar la imagen de ellos, que está tan deteriorada. Solo con que lograran esto, ganarían todos mucho en imagen.

-¿Es un país demasiado ideologizado para conseguirlo?

-La palabra ideología, como tal, me suena un poco peyorativa.. Me gusta más hablar de pensamiento político, que creo que es muy necesario. Sí que creo que falta un pensamiento político claro. Veo que más bien las aguas son movedizas y que hay otros intereses.

-Las dos grandes áreas de formación que ofrece el CESAG se dirigen a la educación y al periodismo y la comunicación. ¿No tienen la sensación de estar formando profesionales para que engrosen las listas del paro o tengan que emigrar?

-La fuga de jóvenes al extranjero es un problema grave de España, consecuencia también de las políticas que invierten tan poco en investigación y en educación. Un jóven que acaba sus estudios con grandes deseos de ponerse a trabajar y aplicar lo aprendido, se encuentra después frustrado y en otros países europeos encuentra condiciones más beneficiosas. Nosotros propiciamos los convenios y animamos. Sabemos que quizá no encuentren trabajo aquí y que tendrán que conocer otras culturas, otras lenguas. Es lamentable, desde luego, que no puedan quedarse en nuestro país.

-¿En el año que lleva al frente del CESAG ha encontrado nuevas vías de impulsar el centro?

-Desde el inicio he querido dar un gran impulso a la internacionalización. Hemos firmado varios convenios tanto internacionales como con otras universidades nacionales. Era una cuestión que teníamos pendiente y ahora ya estamos a un buen ritmo. En cuanto a nuevas titulaciones, primero habrá que asentar la de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que es también un gran reto y estoy muy satisfecha del equipo docente que impartirá las asignaturas. También queremos poner en un futuro el doble grado de Ciencias d la Actividad Física y Educación. En cuanto a postgrados y cursos de especialización tenemos la idea de ampliar la oferta.

-Los medios están en un proceso de cambio, intentando combinar el mundo de internet.

-Hay que formar a nuestros periodistas para que sepan comunicar en las redes sociales. La digitalización es un hecho, pero no creo que vaya a desaparecer la prensa escrita. Tendrá que evolucionar. No hay que desaprovechar la red y los periódicos ahora tienen que moverse en los dos ámbitos. En el digital predomina la inmediatez y la brevedad y en el papel, la profundidad y la reflexión. Creo que hacia ahí es a donde habría que evolucionar para ofrecer mayor calidad.

-¿Qué consejo les daría, con una sola palabra, a los alumnos de las materias de educación para hacer frente a la crisis?

-Innovar.

-¿Y a los alumnos de la comunicación y el periodismo?

-Transmitir de manera muy cercana. Vemos el problema de los políticos para saber llegar, para no dar discursos vacíos. Eso también puede pasar en el periodismo, en la comunicación. La cercanía yo la entiendo muy ligada a la autenticidad. Creo que el periodista valorado es aquel que no hace un teatro, sino el que transmite con autenticidad. Al final la gente sabe seleccionar y lo que perdura es lo auténtico.

-¿Han notado con el Papa Francisco cambios en las instituciones académicas vinculadas a la iglesia?

-Ha afectado en positivo a nuestra congregación y por lo tanto a los centros que dependen de nuestra congregación. La encíclica del Papa ha sido inspiradora. También sus gestos y maneras de estar. Ha conseguido que personas muy alejadas de la Iglesia escuchen un lenguaje que les toca. Sienten que habla de lo que realmente importa en sus vidas. Jesús no iba soltando discursos ni adoctrinando, iba tocando los sufrimientos e inquietudes reales de la gente. Uno de los logros del Papa Francisco ha sido que la gente no descarte la información que viene del Vaticano. Su gran logro ha sido que la gente quiera escucharle.

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