La mañana fue ayer muy intensa para los responsables de los departamentos de Banca Privada de las entidades financieras implantadas en las islas, pese a tratarse de un día festivo en Palma. El motivo es que desde primera hora se movilizaron para contactar con sus mejores clientes y tranquilizarles respecto al impacto que la salida del Reino Unido de la UE podía tener sobre sus inversiones.

Según señalaron representantes del sector, el riesgo del brexit se había tenido en cuenta y los fondos estaban ya posicionados para minimizar el impacto que este hecho podía tener, a lo que hay que sumar la necesidad de emitir un mensaje de calma ante las caídas que se estaban registrando en el Ibex 35 y muy especialmente en las cotizaciones del sector financiero.

Prueba de ello es que Banca March emitió un informe a primera hora de la mañana en el que descartó que el impacto que se estaba dando pudiera generar un escenario de recesión. En cualquier caso, sí recomendaron prudencia ante las operaciones que los inversores pudieran realizar a partir de ayer debido a la elevada volatilidad que se va a registrar durante las próximas jornadas.

Fundación Impulsa

El director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera, descartó también que se vaya a entrar de nuevo en un escenario de recesión, pero si pronosticó que el brexit va a recortar algunas décimas el crecimiento económico previsto para este año en Balears.

Según Riera, lo más importante de la decisión de los británicos es que va a obligar durante los próximos 24 a 36 meses a reformar toda su legislación vinculada a la circulación de capitales, personas y mercancías. Además, señaló las tensiones que se van a dar en los mercados financieros y de divisas, con el correspondiente riesgo de contagio. En su opinión, dos van a ser las claves. En primer lugar, la actuación que vayan a tener el Banco de Inglaterra y el banco Central Europeo, y en segundo lugar la forma en que los mercados descuenten las incertidumbres que se han abierto.

En el caso de Balears, Antoni Riera manifestó que lo sucedido no va a conllevar un descenso apreciable en la cifra de turistas británicos, aunque sí en el gasto que éstos realizan, a lo que se suma un acceso más difícil para los ciudadanos de ese país al mercado inmobiliario de las islas, cuyos precios se están situando ya en niveles previos a la crisis.

En este marco, Riera insistió en la necesidad de mejorar la productividad en las islas y no limitarse a aprovechar los "vientos de cola".