Manuel González Peeters, abogado de Diego Torres y de la esposa de éste Ana María Tejeiro, para los que el fiscal solicita, respectivamente, casi 17 años y 2 años de cárcel, mantuvo ante el tribunal que sus clientes son víctimas de una acusación sin pruebas y de "una ceremonia para la distracción del vecindario" organizada por el fiscal. Peeters cargó contra el fiscal Pedro Horrach, el resto de las acusaciones, los policías que investigaron el caso, Hacienda y los acusados arrepentidos, a los que acusó de mentir para buscar rebajas en sus condenas.

"Mis defendidos han sufrido una intensa humillación, un vilipendio, se les ha arruinado la vida y se les ha denostado: son dos víctimas", exclamó el vehemente penalista, que alzó la voz en numerosas ocasiones.

Peeters insistió en varias ocasiones en la "torpeza probatoria del fiscal", en las "acusaciones vanas y vacuas" y en las "disparatadas tesis de las acusaciones".

"Selectiva imputación"

El defensor del matrimonio de acusados criticó la, a su juicio, "selectiva imputación" que se ha hecho en el caso Nóos durante la instrucción. Irónicamente el penalista manifestó a las magistradas que en este asunto se había aplicado un inexistente principio de igualdad constitucional ante la ley basado en dar un trato de favor a unos implicados frente a otros.

"¿Cómo es posible que el señor Flaquer (exconseller de Turismo con Matas) y la señora Puig (exconsellera de Deportes en el mismo Govern) no hayan sido ni tan siquiera objeto de imputación, cuando ellos firmaron los convenios con Nóos?", se preguntó Peeters.

El abogado también acusó al juez Castro, sin nombrarlo, de no encausar al exdirigente valenciano Esteban González Pons ("que firmó el convenio para los Juegos Europeos") por no perder las competencias sobre el caso Nóos en favor del Tribunal Supremo.

"Esto de los pretendidos trabajadores ficticios es anodino, inocuo, no hay imputación de ese coste de trajabadores a los Illes Balears, la oficina del proyecto o los foros valencianos", alegó el abogado del exprofesor universitario del Esade.

Peeters tildó de "impresentable" el interrogatorio por Castro de dos de estos empleados dudosos, que declararon como testigos. Por el contrario, el letrado resaltó la suavidad con que se trató en la vista oral al testigo Alberto Ruiz Gallardón, al que él llamó idiota en voz baja.

La abducción de Randa

El abogado repitió en su intervención una metáfora sobre que los acusadoras y los encausados arrepentidos se habían ido a la montaña de Randa para pergeñar una realidad falsa sobre lo ocurrido en Nóos.

"Las acusaciones y los confesantes (los arrepentidos) estaban en Randa tratando de dejarse abducir para mantener la milonga de este juicio", alegó el letrado.

González Peteers sostuvo ante la sección primera de la Audiencia otra llamativa tesis: los documentos aportados por él en la fase de las cuestiones previas y admitidos por el tribunal prueban que no hubo malversación de caudales, el principal delito que se les imputa a Diego Torres e Iñaki Urdangarin,

"El 11 de enero del 2016 (día de las cuestiones previas) Pedro Horrach, que se presentó como portavoz de las acusaciones, dice que no impugna las facturas aportadas por este parte, que las dan por buenas y que no duda de su veracidad. Allí se acabó el juicio. Da igual si era patrocinio o convenio. Mis patrocinados han recibido un dinero para destinarlo a una finalidad y yo demuestro dónde ha ido a parar el dinero y que me ha supuesto unas pérdidas. ¿De qué hemos estado hablando cinco meses? Aquí se acabó el juicio oral", argumentó el abogado. Peteers volvió a plantear una cuestión ya desestimada por la otra sala de la Audiencia: la posible nulidad del sumario porque Torres aportó documentos de Nóos siendo testigo y acabó imputado.