Pedro Horrach soltó ayer todo lo que no se había atrevido a decir en los últimos dos años sobre su actuación en el caso Nóos. Y lo hizo cargando con dureza contra los jueces de Palma que decidieron, en contra de su criterio, llevar al banquillo de los acusados a la infanta Cristina. Cuatro horas de tiempo dedicó el fiscal para explicar la razón por la que no acusa a la Infanta, pero sobre todo para justificar las duras penas que solicita a la mayoría de acusados, en especial contra Urdangarin y Torres.

En la recta final de este largo juicio el fiscal intentó desacreditar, como no lo había hecho antes, al juez Castro. Le acusó de crear un "andamiaje" jurídico para juzgar a la Infanta, basado en "conjeturas, sospechas y aplauso mediático". Y en este ataque contra los jueces también incluyó a los magistrados de la Audiencia, a los que acusó de haberse inventado una figura jurídica "inexistente", como es la suspensión de la imputación. "Esta suspensión supone abanderar una pesca. Se abandona la investigación y se convierte en una persecución con malabarismos jurídicos engañosos".

Horrach tampoco dejó títere con cabeza cuando desacreditó la actuación del sindicato Manos Limpias, la única acusación que sostiene que Cristina de Borbón cometió un delito fiscal a través de la empresa Aizoon. No en vano calificó esta actuación procesal de "absurda y casi calumniosa", pero consideró que el problema se produce "cuando los jueces comparten estas manifestaciones" de la acusación popular.

Horrach trató el asunto de la Infanta al principio y a casi al final de su informe. Pidió al tribunal que dicte una sentencia al margen de "juicios paralelos" y "conjeturas de los medios de comunicación" y aprovechó la situación para defender la "independencia del fiscal".

Esfuerzo innecesario

Calificó de "dos años perdidos" el esfuerzo que ha hecho Manos Limpias en perseguir a la exduquesa de Palma y afirmó que todo su argumento se basa en "una sospecha infundada". Dijo sentirse "asombrado" por el contenido del escrito de acusación del sindicato" y parafraseando al autor Emile Zola exclamó: "¡Cuánta vaciedad!". Utilizando la ironía Horrach dijo que, según Manos Limpias, todo lo que rodea a la Infanta es delictivo. "Cristina de Borbón es infanta de España, crimen. Es licenciada en Ciencias Políticas y trabaja en La Caixa, crimen. En los registros domicilios no se hallan papeles comprometedores, crimen. En una ocasión constituyó una sociedad junto a su cónyuge, crimen. Ni un solo testigo habla en su contra, crimen. No se turba ante las preguntas del instructor, crimen. Todo crimen, siempre crimen", proclamó el fiscal.

Pero no solo atacó al sindicato para pedir la absolución de la Infanta. Citó dos sentencias, de la propia Audiencia de Palma, en sendos casos de corrupción, en las que se absuelve a las mujeres de los administradores de dos sociedades porque los jueces concluyen que no "tienen por qué conocer el origen del dinero". Para el fiscal, "un hecho que no es sancionable en el ámbito administrativo, tampoco puede serlo en el procedimiento penal".

Pero el fiscal no se dedicó ayer solo a explicar los argumentos por los que defiende la absolución de Cristina de Borbón. Sobre todo se esforzó por convencer al tribunal que debía condenar a los acusados que participaron en la trama Nóos, sobre todo a Iñaki Urdangarin y a Diego Torres. Con cierto tono irónico agradeció la "colaboración" del abogado de Torres por su aportación de documentos "que logró todo lo contrario que buscaba", pero por encima de todo desacreditó al directivo de Nóos por "la cortina de humo que ha creado para desviar la atención. Ha realizado toda clase de maniobras de prestidigitación para evitar la verdad", dijo. Tampoco se olvidó de Iñaki Urdangarin, el otro socio de Nóos, al que atacó diciendo que "bajo la apariencia de una figura decorativa" que le permitía su posición familiar, se dedicó a "drenar fondos públicos".

Anticorrupción no tiene ninguna duda que el Instituto Nóos, en realidad no era más que una farsa, que se presentaba como un proyecto sin ánimo de lucro, pero que sirvió para enriquecer a ambos socios. El fiscal cuestionó la línea de defensa que han desarrollado los dos directivos, que no solo no reconocen ni una sola irregularidad, sino sobre todo porque han descargado la responsabilidad hacia otros empleados, en concreto hacia los dos hermanos Tejeiro. Y, además, criticó también que dijeran que todas las decisiones empresariales que tomaron venían avaladas y supervisadas "por la Casa Real". Afirmó que las excusas que han manifestado los dos directivos de Nóos en este juicio no tiene ningún recorrido. No se sostiene, según el fiscal, que digan que la gestión económica la controlaba Marcos Tejeiro y que todas las decisiones tributarias las tomaba su hermano Miguel, ya que las declaraciones y los documentos demuestran todo lo contrario: "Los únicos que gestionaban y se beneficiaban de los negocios de Nóos fueron Torres y Urdangarin. Nadie más".

A Horrach le salen más de cien pruebas, directas o indirectas, que dan forma a esta trama económica pero, sobre todo, que explican el "montaje ficticio" que crearon los dos socios para acceder al dinero público, a través de una asociación sin ánimo de lucro, y después repartirse los beneficios entre ambos. Para describir la trama el fiscal insistió en que es necesario hacer un análisis global de todas las empresas, además del Instituto Nóos, que controlan Torres y Urdangarin. Empresas que después utilizaban para vaciar de fondos dicha asociación sin ánimo de lucro. Aunque el consejo de administración de Nóos estaba formado por cinco personas, el fiscal afirma que la gestión la controlaban en exclusiva Urdangarin y a Torres. A los otros tres, la infanta Cristina, Carlos García Revenga y Miguel Tejeiro "ni están ni se les espera", según Horrach, que cree que su presencia era decorativa.

Horrach tiene muy claro que la teórica desvinculación del exduque del Instituto Nóos a partir del año 2006, por recomendación del conde de Fontao, fue ficticia. "Continuó ligado al Instituto Nóos". Y no tiene ninguna duda que Urdangarin estuvo implicado en los diferentes proyectos que se organizaron, tanto en Valencia como en Madrid, para continuar disfrutando de los beneficios por el dinero público que recibía de la administración.

Trama autonómica

Tampoco se olvidó en su largo informe de justificar la persecución que encabeza contra los exaltos cargos de la administración balear y valenciana que gestionaron la contratación del Instituto Nóos, siguiendo órdenes políticas. Defendió la solidez de las confesiones que han realizado los antiguos altos cargos del Govern, que han reconocido que su actuación en la trama fue delictiva. Y, en cambio, atacó a los responsables de la administración de Valencia, que a día de hoy siguen manteniendo que la contratación de los proyectos que encabezaba Urdangarin fue legal.

Por otra parte, el juez Castro, en unas declaraciones realizadas ayer tarde a la prensa, instó al fiscal Horrach a que presente una denuncia contra él por prevaricación, o que termine de una vez por todas "esta pesadilla".