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El Govern montó una coartada en Madrid para no informar al Parlament sobre Medicina

El propio Ejecutivo concertó la reunión en Madrid de su director general de Presupuestos para que fuera el martes y así evitar su comparecencia

La consellera de Hacienda, Cati Cladera, y el director general Joan Carrió.

El Govern montó su propia coartada para eludir informar el martes al Parlament sobre la viabilidad económica de la futura facultad de Medicina. La reunión en Madrid que el Ejecutivo puso como excusa 24 horas antes para evitar la comparecencia del director general de Presupuestos fue orquestada desde la misma conselleria de Hacienda, reconocen fuentes internas.

La estrategia del Govern perseguía ganar tiempo hasta después del verano, pero se ha ido al traste. Además ha provocado estupor y malestar en el seno del Pacto. El PP ha cogido al Govern a contrapié, al solicitar ahora que Joan Carrió comparezca por la vía extraordinaria; esta vez ya no podrá haber nueva escabullida. Y lo que es peor para el Ejecutivo que presume de ser el más transparente de la historia, una polémica que ya parecía encauzada pasa a ser de nuevo el foco de atención.

“No se podía hacer peor”, admitían ayer por separado cargos de Més y del PSOE. Siguen sin entender cómo es posible que en Hacienda diseñaran su maniobra dilatoria sin tener en cuenta que el PP recurriría acto seguido al mecanismo parlamentario que le permite forzar la comparecencia del director general por la vía urgente. “Son tontos, si Carrió hubiera comparecido el martes, entre una cosa y otra hubieran sido las siete de la tarde, con los periodistas ausentes y centrados en la campaña electoral... Hubiera pasado muy desapercibido, pero en lugar de aprovecharlo van y crean más expectación”, reflexiona un miembro del PP.

Tres minutos antes del plazo

El director general de Presupuestos debía enfrentarse el martes por la tarde a las intensas preguntas de Podemos y el PP sobre la financiación de los nuevos estudios. El lunes, la consellera de Presidencia, Pilar Costa, registraba un escrito en el Parlament comunicando que Carrió tenía “una reunión de trabajo con la Autoridad independiente de responsabilidad fiscal en Madrid”.

El Govern se parapetaba en dicha cita para aplazar la comparecencia ante la oposición del responsable de las cuentas autonómicas hasta septiembre como mínimo, ya que la Cámara ya se encuentra en periodo vacacional. La realidad es que la entrevista y su coincidencia en martes fue fijada desde Palma, para disponer así del subterfugio.

El escrito de Costa fue registrado a las 10.57 horas, un dato que ya denota “mala fe” según el PP. Tres minutos después se cerraba como cada lunes el orden del día de los escritos y asuntos que el miércoles ve la Mesa. Se dejaba pues a los populares sin margen de maniobra. Con todo, el plan también ha salido torcido.

La espantada de Carrió indignó a PP y a Podemos, provocando a su vez que nuevamente hagan pinza. Juntos suman la mayoría para que se apruebe la celebración de una sesión extraordinaria con la presencia del director general, que la portavoz popular, Marga Prohens, tuvo que registrar ya el martes. En teoría la Mesa no habría debatido la petición hasta el día 22, siendo imposible fijar la comparecencia extraordinaria antes de las elecciones del 26-J.

Sin embargo, al no haberse presentado más solicitudes, finalmente ayer la Mesa vio razonable incluir el escrito de Prohens entre los asuntos a tratar. Para no quedar aún más en evidencia, hoy mismo PSOE y Més se verán forzados a apoyar al PP y Podemos para que el director general acuda a explicar los números. Los populares quieren que sea cuanto antes.

La argucia del Govern para evitar que Joan Carrió acudiera el martes al Parlament fue decidida entre otros por su jefa directa, la consellera de Hacienda Cati Cladera, y la consellera Costa. ¿Qué se esconde detrás del empecinamiento de la cúpula socialista para esquivar el interrogatorio al director general de Presupuestos? Ninguna de las fuentes del PSOE y Més consultadas tiene (o quiere dar) la clave.

Joan Carrió -un afín a Més en el puesto más sensible del Govern, dentro de una conselleria del PSOE- hizo un informe considerado crítico con la implantación en el próximo curso de los estudios de Medicina. Aunque el dictamen es con diferencia más suave que el que hizo en 2011 su antecesor (el socialista Joan Rosselló), el director general advierte del riesgo de la falta de recursos para financiar a largo plazo la facultad.

Hay quien sostiene el posible temor a que Carrió actúe como un verso suelto y pudiera ir más allá de su informe en la comparecencia; otras voces lo desmienten de plano. En cualquier caso, ni siquiera en el PP entienden qué gana el Ejecutivo con tanta opacidad.

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