La responsable del equipo de coordinación de delitos fiscales de la Agencia Tributaria, que declaró ayer tarde como perito, señalo que según las normas que se aplican, a la Infanta no se le puede acusar de ningún delito fiscal únicamente por su condición de socio de una empresa. La perito citada por el fiscal señaló que el criterio que se sigue es perseguir al socio de la empresa que contribuye a obtener los ingresos económicos a esta sociedad. En el caso de Aizoon, esta actividad económica la realizaba Iñaki Urdangarin, que es el único de los socios que generaba ingresos para la sociedad que compartía con su mujer. La experta insistió en que el objeto que se persigue siempre es buscar al socio que controla la sociedad, no a la persona que únicamente comparte la empresa.

Esta declaración de esta experta, que habló más sobre principios generales que de casos concretos, coincidió con el criterio que ayer tarde expusieron los tres inspectores de la Agencia Tributaria de Cataluña, que sostienen que la infanta Cristina no ha cometido ningún delito fiscal. Los tres funcionarios solo relacionan a la Infanta con Aizoon con una asistencia a una junta de socios y sobre la decisión de alquilar una parte de su vivienda familiar como despacho a la sociedad Aizoon. Sin embargo, en ningún momento la relacionan con la gestión de la empresa familiar, labor que atribuyen en exclusiva a su marido Iñaki Urdangarin. Las dos intervenciones que tuvo la hermana del Rey en su empresa son insuficientes para responsabilizarla, aunque sea como colaboradora, del delito que pudo cometer su marido al tributar sus ingresos profesionales. En este sentido, los inspectores insistieron que Urdangarin sí cometió el delito fiscal a través de Aizoon.

Por otra parte, los dos directivos de Nóos, Iñaki Urdangarin y Diego Torres, lograron importantes ingresos económicos, que alcanzaron la cifra de 4,4 millones de euros, durante los ejercicios 2006 a 2008, cuando el marido de la infanta Cristina teóricamente ya se había desvinculado de las actividades del instituto. El reparto de los beneficios no era a partes iguales. Diego Torres se quedaba con el 58%, mientras que Urdangarin recibía el 42%. Sin embargo, mientras el exduque de Palma presidió el Instituto Nóos, el acuerdo entre los dos socios era un reparto a partes iguales. Sin embargo, a partir del año 2006 y durante los tres siguientes ejercicios Diego Torres obtuvo 740.000 euros más que su antiguo socio.