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Entrevista

Carmen Martínez Serrano. "Hay que dar la radiación justa para conseguir un diagnóstico correcto"

Jefa del servicio de Radiología de Son Llàtzer, esta profesional catalana que llegó a Mallorca en 1978 acaba de ser galardonada con la medalla de oro...

Carmen Martínez, jefa de radiología de Son Llàtzer. HSLL

-Se acaba de convertir ud. en la tercera mujer que recibe la medalla de oro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) en cien años de historia de esta institución...

-Sí, me la concedieron el pasado 21 de mayo en un congreso nacional de la especialidad celebrado en Bilbao. Aunque en realidad soy la cuarta porque a una de las galardonadas se le concedió a título póstumo. Es un galardón que se concede cada dos años y premia toda una trayectoria profesional. Es la mayor distinción de la especialidad y reconoce todo lo que has dado a la sociedad.

-Solo cuatro mujeres premiadas en cincuenta galardones, ¿a qué es debida esta discriminación?

-No sé, quizá porque la mujer no puede dedicarse con la exclusividad de los hombres porque tiene otras obligaciones. Pero esto pasa en todas las profesiones

-¿Por qué le han distinguido con este premio?

-Porque, según dijeron, era un referente en la calidad integral de mi servicio de radiología. Esto es, en lo que a la planificación del servicio se refiere, en la rentabilización de los aparatos, en el trato y la seguridad del paciente...

-¿Qué ha significado para usted este premio?

-Lo más de lo más en mi carrera profesional. Y es un reconocimiento no solo para mi, sino también para mi hospital y para la comunidad autónoma. Generalmente estas medallas de oro se van para Madrid o Barcelona.

-Cuénteme cuál ha sido su trayectoria.

-Estudié en Barcelona y realicé la residencia en Son Dureta en 1978. Tras los cuatro años de especialidad, en 1981, comencé a trabajar en Son Dureta. Luego fui jefa del servicio en el Hospital General, subdirectora de los servicios centrales de Gesma y, más tarde, en abril de 2002, pasé a dirigir el servicio de radiología del recién estrenado hospital de Son Llàtzer. A principios de los noventa fundé la filial balear de la Sociedad Española de Radiología Médica y fui la primera mujer que presidió un congreso nacional de esta institución, el celebrado en Mallorca en el año 1996.

-¿Por qué vino a Mallorca para hacer la especialidad?

-Porque aquí estaba un radiólogo estadounidense con el que quería formarme.

-¿A qué nivel está la radiología española?

-A un nivel internacional muy bueno, uno de los mejores del mundo. Y, en consecuencia, el balear también es muy bueno. Los radiólogos españoles son frecuentemente galardonados en Estados Unidos.

-¿A qué es debido este nivel?

-Por que están muy bien formados y porque muchos de ellos lo han hecho en Estados Unidos, se ha seguido mucho la radiología de este país.

-¿Forma usted a especialistas?

-Sí, en Son Llàtzer formamos a un radiólogo por año. No tenemos a más estudiantes por falta de presupuesto.

-Le han premiado también por planificar el servicio y rentabilizar la maquinaria, ¿no es en su departamento dónde se cita a los pacientes hasta las doce de la noche?

-Sí, pero esto lo empezamos a hacer en 2004, cuando comenzamos a funcionar mañanas y tardes hasta las diez de la noche. Luego añadimos fines de semana y alargamos el servicio de noche. Funcionamos así hasta que llegaron los recortes y se suspendieron estos horarios desde más o menos el año 2011 hasta que se recuperaron a finales del año pasado.

-¿A qué hora nocturna estan citando ahora?

-De diez a doce y media de la noche de lunes a viernes. Aunque ahora no lo hacemos todos los días porque ya hemos conseguido una lista de espera bastante buena. Hay hospitales que solo citan de ocho de la mañana a tres de la tarde.

-¿Qué espera media tiene?

-Entre treinta y cuarenta días es el tiempo de espera máximo para hacerse una resonancia magnética. Podríamos cumplir con el decreto de garantía de demora que, para una prueba diagnóstica, es de 60 días.

-¿Cuál es la función principal del radiólogo?

-Diagnosticar, aunque ahora también tratamos al paciente con procedimientos mínimamente invasivos. Por ejemplo, quemamos tumores con radiofrecuencia. Nos hemos diversificado y ahora hay que diferenciar entre radiología intervencionista y radiología diagnóstica.

-¿De qué se siente especialmente orgullosa?

-Me he esforzado en cambiar el concepto de radiólogo como mero informador de una prueba. Al paciente solo hay que hacerle las pruebas radiológicas que necesite. Que el radiólogo estudie al paciente y decida qué hacerle, que no se limite a realizar lo que le solicita el especialista que le ha derivado al enfermo. Personalizar la atención de tal manera que, si el paciente precisa alguna intervención más, se haga sin necesidad de remitirle de nuevo al especialista. Hay que darle la menor dosis de radiación posible para obtener un diagnóstico correcto.

-¿Cuánto tarda en rentabilizarse su costosa tecnología?

-Son máquinas muy caras pero por cada euro que inviertes en ellas recuperas 8. En Son Llàtzer tenemos una resonancia magnética que se compró hace 15 años.

-¿Confía en conseguir una nueva?

-Sí. Y ahora no hace falta cambiarla entera. Se puede modernizar por la mitad de precio y nos permitiría tomar imágenes que ahora no podemos hacer.

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