Josep Francesc Enseñat, el jefe de la inspección de Turismo, implicado en el caso Rocamar, aportó ayer al juez una serie de documentos bancarios que demostrarían que su familia avaló a Francisco Castañer, al dueño del antiguo hotel de Sóller, para solicitar un préstamo bancario. Al no poder devolver las cuotas del préstamo y tras varias prórrogas de la póliza de crédito, el banco ejecutó la deuda.

La familia Enseñat tuvo que pagar este préstamo de su propio patrimonio, según el funcionario, al actuar de avalista. Enseñat mantiene que Castañer, para poder devolver el dinero, suscribió una hipoteca sobre el antiguo hotel y que una vez que cobró el dinero del Govern por la compra del edificio, procedió a cancelar la hipoteca y devolver el préstamo.