El encaje nunca completado de Antoni Pastor en El Pi se adentra ahora en una dimensión imprevisible. El cabeza visible de la formación en el Consell de Mallorca ha dejado voluntariamente el comité de dirección, el núcleo duro del partido. Oficialmente, nadie es capaz de dar un motivo claro. "Toni no está contento", o "no sabe lo que quiere" son los escuetos puntos de vista que se arrancan a la dirección en los últimos tiempos. El protagonista guarda silencio, pero con su movimiento -inocuo a primera vista- aflora la primera crisis interna de El Pi, larvada desde hace tiempo y que se intenta mantener soterrada.
Pastor comunicó hace algo más de un mes al presidente de El Pi, Jaume Font, que abandonaba el órgano de asesoramiento en el día a día. Nadie le ha pedido hasta el momento que vuelva. Su renuncia coincidió con la intención anunciada por Font de incorporar al aparato a Cati Riera, la líder de El Pi en Manacor. A día de hoy, Font no ha aupado aún a Riera, y el que ha salido ha sido Pastor.
El exalcalde de Manacor continúa en el cargo de vicepresidente de la formación y en el de portavoz en el Consell. Aunque es pronto para saber si Pastor dará nuevos pasos, y en qué dirección, un sector importante de El Pi da por hecho que se ha abierto la puerta del no retorno.
Sin haberse producido -o al menos que haya trascendido- ningún enfrentamiento de calado, son numerosas las voces contrarias a Pastor en el seno del partido. Le reprochan que "vaya por libre" en muchos asuntos, y al parecer no se adapte a la dinámica de funcionamiento colectivo. Una fuente del partido habla de "malestar" del manacorí que "arranca" por haber tenido que encabezar la candidatura al Consell, en lugar de ir de número uno al Parlament, como hubiera sido su deseo según esta versión de parte.
En público Pastor ha defendido los postulados de El Pi hasta el momento, si bien esporádicamente ha ido lanzando algún que otro mensaje velado que puede interpretarse como discrepante con la línea que llevan Font y Josep Melià a nivel autonómico. "Leyendo algunas declaraciones uno ya no sabe quién es gobierno y quién oposición. No entiendo nada. Descolocado", escribió en un críptico tuit el pasado 26 de mayo, quizás afeando alguna actitud a los suyos.
El comité de dirección del que ha dimitido Pastor lo integran entro otros Font, Melià, el secretario general Antoni Amengual, los cargos electos Maria Antònia Sureda (diputada) y Xisca Mora (alcaldesa de Porreres). Aunque no es un órgano aprobatorio, constituye la cúpula del partido regionalista.
Font quiere incorporar a Cati Riera, que será la futura alcaldesa de Manacor, para darle una mayor visibilidad y peso dentro de El Pi. Su ingreso en la dirección se señala como el motivo que ha pesado en el portazo de Pastor. El entonces alcalde manacorí se fue del PP con siete de sus concejales; Riera era su mano derecha, pero la relación se deterioró fuertemente por razones que escapan al aparato, de nuevo en la versión oficial. La moción de censura de El Pi al exalcalde de Més, y el pacto de Riera con el PP local habrían ahondado el conflicto con Pastor.
Enfrentado con Bauzá
En la pasada legislatura, Antoni Pastor jugó un papel clave en la oposición a José Ramón Bauzá. Entró como diputado del PP en el Parlament, y abandonó el grupo de 35 con un durísimo choque con el entonces presidente del Govern. Le tachó de autoritario y antimallorquín, y se pasó al grupo mixto. Su figura fue ganando efecto mediático, y antes de las elecciones de 2015 fichó por El Pi.
Con Font formaron un tándem peculiar, aunque siempre independientes el uno del otro, mientras ambos militaban en el PP. Su pase al Pi iba a significar en teoría un revulsivo para el novel proyecto político. Algo se ha truncado entre medias.
