Un economista del Estado, experto en temas de fiscalidad, afirmó ayer en la declaración de los peritos que los justificantes que entregó el instituto Nóos, para detallar el destino que se había dado al dinero público que recibió, "eran casi todos muy dudosos". Este funcionario analizó en profundidad todos los documentos entregados por la propia empresa que presidió el marido de la infanta Cristina y llegó a la conclusión de que los justificantes no podían estar relacionados con la organización de los congresos turísticos. "Eran documentos inexplicables, ya que muchos de ellos se entregaron sin que se especificara el concepto del gasto".

El experto contable explicó, a preguntas del fiscal Horrach, que la mayor parte del dinero que pagó el instituto Nóos lo hizo a las propias empresas que controlaban tanto Torres como Urdangarin. "El 71% de los gastos correspondían a empresas relacionadas con los administradores de Nóos. Eran empresas propias", afirmó el perito. También destacó el desbarajuste contable que descubrió al analizar las cuentas. Detalló que casi todos los ingresos de Nóos se declararon en la Agencia Tributaria, pero no así los gastos, que en ocasiones ni siquiera se anotaban en la contabilidad de las empresas. "Encontré muchas diferencias en el concepto de gastos. Muchos de ellos no se declararon o a veces se declaraba más dinero del que se había gastado. Había un desconcierto total de los datos de la contabilidad", insistió el funcionario. También señaló que, interpretando los convenios suscritos entre la administración y las empresas de Torres y Urdangarin, el presupuesto suscrito no correspondía a los justificantes de gastos. El perito interpretó que según los acuerdos firmados, los directivos de Nóos estaban obligados a reducir del presupuesto los patrocinios privados que se conseguían. Pero la realidad es que estos ingresos privados no se descontaron de la factura que tuvo que financiar la administración. El técnico también aseguró que el instituto debió justificar hasta el último euro público.