Un paquete sospechoso en una maleta causó la alarma en el aeropuerto de Son Sant Joan a primera hora de la tarde de ayer. Los vigilantes apreciaron dos cables sueltos a través del escáner y rápidamente activaron el protocolo antiterrorista. Se desalojó la terminal de salidas y facturación por espacio de 15 minutos y durante este tiempo se vivieron momentos de tensión y desconcierto. Rápidamente se comprobó que se trataba de una falsa alarma y no llegó a afectar a la operatividad del aeropuerto.

Los hechos sucedieron sobre las 14:45 horas de ayer. La maleta de un pasajero que se dirigía a facturación provocó que saltara la alarma al verse en el escáner algo que parecían dos cables sueltos. Una imagen que hizo pensar lo peor a los vigilantes y trabajadores de los controles. ¿Estaban intentando colar algún artefacto explosivo en un avión o en las terminales del aeropuerto de Palma? Según ha podido saber este periódico, el pasajero se dirigía al Reino Unido y todo ello aconsejó la activación inmediata del protocolo establecido. Dicho protocolo ordena activar la alarma y el desalojo inmediato de la zona donde se encuentra el paquete sospechoso. Exactamente es lo que si hizo ayer en el aeropuerto de Son Sant Joan.

Acto seguido, el personal avisó a la Guardia Civil, que identificó al propietario del equipaje. Después del registro ocular se dio por buena la maleta al advertir que no había ningún explosivo ni nada que hiciera peligrar la seguridad. Pese a ello, la activación del protocolo obligó al desalojo de las personas cercanas a la zona donde se encontraba la maleta. Unas 500 personas fueron desplazadas durante las operaciones de comprobación del bulto sospechoso. En el operativo también intervinieron agentes de la Policía Nacional y el propio personal de seguridad de Son Sant Joan.

Desde AENA informaron de que los escasos 15 minutos que duró la activación del protocolo no afectó a la operatividad del aeródromo palmesano. No fue necesario la desviación de ninguno de los vuelos que en aquellos momentos estaban tomando tierra en Mallorca, ni tampoco a suspender la salida de ninguna aeronave. Una vez descartada la presencia de cualquier explosivo que pudiera afectar a la seguridad, se permitió la entrada de los pasajeros a la terminal de facturación y se restableció la normalidad.

El desalojo también afectó a una de las zonas donde se encuentran los controles de seguridad previos al embarque.

Auditorias de seguridad

Los trabajadores de los controles de Son Sant Joan llevan días extremando al máximo las precauciones. Entre otras cosas porque se están realizando auditorías de seguridad constantes, al ser uno de los aeropuertos con más actividad de Europa. Hace unos días, la Guardia Civil retuvo a un presunto pasajero al advertir que portaba un paquete sospechoso. Al identificarle verificaron que se trataba de un inspector de la Agencia Europea de Seguridad Aérea que había venido a Palma a auditar de incógnito los sistemas y los protocolos antiterroristas. El inspector llevaba un paquete sospechoso y había llegado con un vuelo procedente de Francia. Su objetivo era poner a prueba los sistemas de seguridad de Son Sant Joan que no fallaron.

Asimismo, en los escáneres, los auditores han colado paquetes con falsos explosivos para examinar con detalle los protocolos de seguridad que se aplican en el aeropuerto. Estas auditorías hacen que los vigilantes actúen con exceso de celo y ayer fue una prueba palpable.

Además de las auditorías de la Unión Europea, los aeropuertos también están pasando los controles de técnicos de incógnito de Aviación Civil y de la propia empresa semipública AENA.