La acusada fue denunciada en el año 2009 por una vecina. Dijo que las obras que se estaban haciendo en esta finca habían causado una serie de grietas en su propia vivienda. De hecho, esta denunciante actuó como acusación particular contra la acusada. Sin embargo, la sentencia señala que no se han demostrado que las obras ilegales hubieran provocado dichas grietas. Como tampoco se ha demostrado que la promotora hubiera soterrado en la finca los escombros generados por esas obras o que hubieran quedado esparcidos y abandonados por el terreno. En cualquier caso, a pesar de que la acusada ha sido condenada, los jueces rechazan que las obras hayan provocado un gran impacto ambiental en la zona.