A buen seguro que Carmen Cano Darder se remueve por dentro cuando escucha a los políticos elogiar la figura de su abuelo Emili Darder, alcalde de Palma fusilado por los militares golpistas en la guerra civil, y ve cómo nadie soluciona su difícil situación.

Ella misma, que se ha erigido como el ejemplo que mueve todas las reivindicaciones del colectivo de pensionistas y jubilados de Mallorca, explica que su pensión, fruto de toda una vida de trabajo, apenas supera los 700 euros. Su hija Jessica, con una minusvalía del 90% y aquejada por numerosas enfermedades desde su nacimiento, percibe otra pensión de apenas quinientos euros pese a que no ha trabajado en su vida.

Para colmo, a Carmen le diagnosticaron hace años un cáncer de mama con metástasis ósea. En definitiva, que no hay mes que no tenga que abonar menos de doscientos euros en la farmacia tanto para las dolencias de su hija como las propias. Y se indigna porque apenas tendría que pagar dieciséis euros. Como también se revuelve porque su hija, que no ha cotizado nunca, deba tener que hacer este pago.

"A veces me lo devuelven en dos meses, aunque otras veces tardo entre 8 y 9 en cobrar", denuncia Carmen Cano, como también lo hace por tener que pagar el parking de Son Espases cuando lleva a su hija impedida al médico pese a su condición de discapacitada. Desde el IB-Salut, Nacho García se apresura a asegurar que atienden peticiones individuales para proceder a las devoluciones en un mes.