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Tribunales

Un juez dice que no es delito colocar un GPS en un coche para hacer un seguimiento

Absuelven a un detective privado de Palma que fue contratado para investigar a una mujer por un presunto caso de fraude laboral

La colocación clandestina de un aparato GPS en un automóvil para realizar un seguimiento de una persona a través de un vehículo no es delito. Así lo señala una juez de Palma, que ha dictado una sentencia absolutoria a favor de un detective, que fue juzgado y acusado de un delito contra la intimidad. Mientras que la fiscalía solicitaba una pena de 15 días de multa, los dos denunciantes, como acusación particular, pretendían que el investigador privado ingresara en prisión y cumpliera una pena de dos años y medio. Lógicamente también pedían su inhabilitación profesional durante este tiempo. El detective recibió el encargo de un cliente para que hiciera un seguimiento de una empleada, ante las sospechas de que estaba cometiendo un fraude con una baja médica. El investigador, defendido por la abogada Francisca Pol, comenzó a seguir a la mujer. Así averiguó que salía a menudo de su domicilio y se montaba como copiloto en el vehículo de su marido. Se trata de un Ford Mustang, un vehículo de gran potencia, lo que dificultaba la labor de vigilancia de la mujer. Ante esta situación decidió instalar en el coche un aparato GPS, que se coloca mediante un sistema de imanes que se engancha en los bajos del turismo. Este aparato lo que hace es enviar una señal de la localización del coche.

Varios días después el dueño del coche descubrió dicho aparato GPS en los bajos del vehículo y denunció lo ocurrido a la Policía. El hombre denunció que era piloto, que tenía dinero y temía que pudiera sufrir un secuestro. Esta situación la relacionó en que hacía días que recibía llamadas de teléfono, que después colgaban. Por todo ello, se consideró afectado por la colocación de dicha señal de localización e interpretó que el detective había atentado contra su intimidad.

En la misma línea se expresó su esposa, que señaló que personas de un bar al que acudía, le habían avisado de que dos personas habían preguntado si la conocían y si sabían dónde vivía. Ya en ese momento se preocupó, hasta el extremo de que tuvo que acudir al médico a por tranquilizantes. Sin embargo, la mujer reconoció que el dispositivo de localización no lo relacionó con los comentarios de los clientes de la cafetería, sino con un supuesto intento de robo.

La juez señala el motivo por el que se realizó este seguimiento. Según la versión de la cliente que contrató al detective, sospechaba de su empleada porque dijo que había tenido un accidente, pero el relato que hizo era incoherente. Ante la posibilidad de que la baja laboral de esta trabajadora fuera un fraude, decidió realizarle un seguimiento.

A pesar de la denuncia de la pareja, la juez deja muy claro que este sistema de seguimiento no constituye ningún delito contra la intimidad, ni siquiera una falta de coacciones como sostenía la fiscalía. La magistrada afirma que "resulta evidente que el acusado (el detective) no vulneró la intimidad" de la pareja, "por cuanto la utilización de medios de localización, como el GPS, no capta ni conversaciones telefónicas, ni tampoco imágenes en lugares privados". Este seguimiento en lugares públicos lo pudo comprobar la juez a través del informe que realizó sobre este encargó. El investigador realizó fotografías de la mujer, pero siempre en lugares públicos. Tampoco se olvida la magistrada de que el dispositivo GPS tampoco es un aparato infalible, por cuanto solo sirve en las labores de un seguimiento complicado, como puede ser un coche de gran potencia. El aparato funciona con pilas y tiene una duración muy limitada. Además, no funciona en los supuestos en los que el vehículo se encuentra en un lugar donde no hay cobertura, como por ejemplo en un párking subterráneo. Otro de los argumentos que utiliza la juez para dictar una sentencia absolutoria a favor del detective, es que los denunciantes no han demostrado que la colocación de este aparato de seguimiento les ocasionara una situación de temor o miedo.

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