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El PP balear se presenta a las generales sin cabeza de lista

Pere Rotger no solo estaba dispuesto a ser candidato del PP, sino que estaba dispuesto incluso al sacrificio adicional de volver a votar al PP, tras...

Norma Duval, que acunaba a Fageda en los mitines del PP, anunció a los vecinos de Son Espanyolet el lunes que en veranos próximos montará espectáculos musicales y por tanto ruidosos en el Pueblo Español que dirige. Al que no le guste, que cambie de isla

Pere Rotger no solo estaba dispuesto a ser candidato del PP, sino que estaba dispuesto incluso al sacrificio adicional de volver a votar al PP, tras su deserción en las campañas bélicas de Herr Kommandant Bauzá. Se valora la rehabilitación del exalcalde de Inca en la candidatura, cuando lo singular es la recuperación de un votante descarriado. Al final, los populares relegaron a Rotger a un puesto sin salida y decidieron presentarse a las generales sin cabeza de lista.

En las municipales de un año atrás, Rotger anunció y cumplimentó su voto para Independents d'Inca. De hecho, se hallaba en la sede del PP en Palau Reial durante el aciago recuento, y prorrumpió en un exultante "¡bien!" tras confirmarse que su archienemigo Rafael Torres perdía la alcaldía. Este desapego no es anecdótico, caracteriza al PP local. Tras las imputaciones por corrupción a la cúpula de Turismo en la anterior legislatura, sin que los puristas Biel Barceló ni Pilar Carbonell hayan adoptado una sola resolución higiénica al respecto, la más entusiasta valedora de Bauzá me lagrimeaba que "mientras yo los defendía a capa y espada, ellos se forraban".

Los populares han promocionado a una candidata que garantice que no obtendrán el cuarto diputado. Teresa Palmer no solo demuestra que el PP podía caer más bajo, y no olvidamos a James Matas ni a Margarita Duran, sino que firmó además un informe en pro de la ecotasa. No porque fuera favorable al impuesto turístico, sino porque no sabía lo que era. La lista descabezada es otra maldición que se abate sobre los populares, pero una bendición para la Delegación del Gobierno que desaloja. Ya solo hará daño en Madrid, lo tienen bien merecido.

Cada sector del PP balear tiene la fuerza suficiente para bloquear a los demás, pero no para aplicar sus criterios. Es una magnífica reproducción a escala reducida de la parálisis que aqueja a la política estatal. Gabriel Cañellas designaba arbitrariamente candidatos sin un murmullo opositor, el actual e intrascendente presidente del PP balear no puede nombrarse ni a sí mismo. El humillado Miquel Vidal no dimite porque de algo tiene que comer, en un partido donde nadie se fía de nadie y nadie fía a nadie.

Después de un siglo de regionalismo, Madrid no solo nombra a los candidatos mallorquines, sino que elige como delegada de Balears en Madrid a la delegada de Madrid en Balears, incompetente por igual para ambos cargos. Los periodistas económicos todavía se carcajean al recordar que su única letanía como directora general de Economía y Estadísticas de Bauzá era "el Govern sigue trabajando para mejorar la situación del mercado laboral". Incapaz del mínimo análisis, ayer y hoy.

Seguiremos votando al PP, pero no entendemos su insistencia en avergonzarnos. La peor delegada del Gobierno, y no olvidamos a la Catalina Cirer que perseguía a los fotógrafos de prensa, asegura que su partido roto "remará en la misma dirección". En efecto, en la dirección que le aleje de ella. También se muestra "convencida" de que los populares la apoyarán. Es decir, una candidata que no cabeza de lista se ve obligada a constatar el apoyo de las personas a quienes representa.

Extrañamente convocado en el juicio del caso Infanta como testigo, Llorenç Huguet confesó ante la Audiencia que, mientras se dedicaba a hundir Sa Nostra, pagó cien mil euros a Urdangarin a las órdenes de Matas. Las sumisiones que enmarcan su carrera financiera no tienen por qué haber cambiado en su actual cargo en la UIB, la Universitat donde los profesores demandan a los alumnos con dinero de origen desconocido. ¿Cuántas veces le pidió el entonces president que diera cientos de miles de euros ajenos a causas absurdas o presuntamente delictivas? ¿Y si le pedía millones? Así quebró la caja, ustedes pagan las facturas.

Mallorca acogerá el regreso a los escenarios de una vedette incandescente. La presidenta de la asociación de vecinos de Son Espanyolet-Son Cotoneret convocó el pasado lunes a una asamblea en que "Norma Duval, gerente del Poble Espanyol" anunció a los congregados que en veranos próximos montará espectáculos musicales y por tanto ruidosos en el citado Pueblo Español de Matthias Kühn. El fervor de los entusiastas de la artista, que acunaba a un Joan Fageda hoy en horas bajas en los mitines del PP, contrastó con los recelos de otros vecinos ante el estruendo. No haberse instalado en la zona. Al que no le guste Mallorca, que cambie de isla. Y por supuesto, Norma Duval hubiera sido mejor candidata del PP que la nulidad digitada desde Madrid.

A propósito, la sentencia del Tribunal Superior a favor del ruido en Andratx y en pro de la Asociación de Constructores solo demuestra que ninguno de los magistrados firmantes reside en ese municipio lacerado por la maldición de Mallorca. Enhorabuena al ayuntamiento que intentó paliar la lacra durante la temporada estival, pero con Madrid hemos topado. Todo el año en obras. Hay magistrados más sensibles con la agresión violenta y patogénica que supone el exceso decibélico según las autoridades sanitarias.

Siempre se muestran especialmente insensibles hacia el ruido quienes pueden pagarse un refugio. Ningún mafioso decibélico vive en la zona donde agrede impunemente a los ciudadanos. Ni siquiera nos preocupa la repulsión que genera en el turismo que realmente deja dinero. Contra nuestra permisividad, la frase más importante pronunciada en fecha reciente en la isla no corre a cargo de ningún tribunal, sino del economista ortodoxo José María Gay de Liébana. Esta semana ha manifestado ante el Cercle d'Economia que Mallorca debería imponer un "Reservado el derecho de admisión". Y no es un antisistema. Vean Espías desde el cielo, la guerra sin factor humano.

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