La crisis interna que vive el PP balear -para algunos la peor de su historia reciente- no quita el sueño a Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno en funciones y del partido mantuvo breves intercambios con los líderes de las distintas facciones ayer en un acto de la formación Palma. Según todos los consultados, Rajoy no afeó en ningún momento la guerra entre sectores por el poder, ni tampoco exigió que los cargos enfrentados depongan su actitud.

De hecho, el presidente se limitó a preguntar en los corrillos por "cómo veían al partido, con carácter general", y a conversar "sobre las elecciones, el fútbol, la recepción de Otegi en el Parlamento catalán o la prohibición de las estelades en la Copa del Rey... Cuestiones banales", resume un barón .

El presidente clausuró a mediodía una jornada titulada Malas prácticas de Gobierno extremistas y buenas prácticas de Gobiernos populares. Al final del mismo Rajoy habló un instante por separado con Biel Company, José María Rodríguez, José Ramón Bauzá y otros cargos destacados. Después comió en el restaurante Varadero del paseo marítimo de Palma, y tampoco allí se interesó por el vacío de poder en el PP balear. Al almuerzo no fueron invitados Company ni Bauzá. Por contra, sí asistieron Rodríguez o María Salom, entre otros.

Encuentro con Vidal el día antes

Rajoy había llegado el día antes a Mallorca, y por lo que ha trascendido solo abordó por encima la crisis en el PP de las islas con su presidente, Miquel Vidal. Éste reconoció los problemas surgidos a raíz de la salida de la política de Mateo Isern, pero trasladó al líder estatal la certeza de que todas las facciones aparcarán sus desavenencias durante la campaña y remarán en una sola dirección.

El foro-convención celebrado ayer por el PP en Palma consistió en tres mesas redondas en las que los portavoces parlamentarios del PP de toda España contraponían las excelencias de las políticas conservadoras frente a los Ejecutivos del PSOE y Podemos. En Balears, según la documentación facilitada por el PP, gobiernan los socialistas y los podemistas (que solo dan apoyo externo); Més no se menta.

La jornada sirvió para dar un espaldarazo en público a Teresa Palmer, la candidata impuesta por la dirección del partido como número uno por Balears al Congreso en las próximas elecciones.

En su discurso oficial Rajoy solo hizo una escueta mención a los suyos en el archipiélago, afirmando que "el PP en Baleares es, y va a seguir siendo, un gran partido", y que "ha ganado todas las elecciones aquí" en las islas.

Por su parte, el presidente, Miquel Vidal, hizo una breve alusión al conflicto, dirigiéndose a Rajoy mientras presentaba la jornada: "Bienvenido, presidente, has llegado en medio de la tempestad, que es cuando llega la calma".

Vidal admitió "discrepancias" entre los populares isleños, si bien dejó claro que en esta ocasión la dinámica seguirá siendo la misma: el PP balear discute, pero cuando llega uan cita electoral "todos nos unimos como nada en el mundo".

El histórico dirigente Javier Arenas introdujo a Teresa Palmer, "propuesta por nuestro partido", dijo, para encabezar la lista a Madrid, y dirigiéndose a Miquel Vidal se mostró convencido de que "tiene el apoyo de todos para esa empresa tan importante para el futuro de todos".

Llamada a la unidad

La ya exdelegada del Gobierno hizo durante su intervención varias llamadas a la unidad. "Debemos permanecer juntos, todo el PP, tanto a nivel nacional como aquí en Balears, y trabajar codo con codo, como sé que así ocurrirá, con el único objetivo de seguir por la senda de crecimiento económico iniciada".

Palmer busca ahora una tregua del sector rodriguista y del regionalista para que le hagan la campaña. "Si algo nos hace fuertes, diferentes al resto de partidos, es permanecer unidos, con una idea clara de lo que necesita España, de la defensa de la Constitución, de la defensa de la unidad en un país rico por la diversidad y particularidades de sus propios territorios", enfatizó. La candidata digitada por Génova cargó contra el Govern del Pacto, "todo el día con peleas, tiras y aflojas, descalificaciones, casos de nepotismo..." Lamentó la batalla por las terrazas en el Born o el anuncio del derribo del monolito de sa Feixina, y aseguró que todo "eso me ha animado a dar el paso" y presentarse.