Federico Rubio, el asesor fiscal de la Casa del Rey, desmontó ayer una de las principales líneas de defensa de Iñaki Urdangarin. El funcionario de Hacienda manifestó en su declaración como testigo en el juicio del caso Nóos que nunca tuvo conocimiento de la actividad del entramado Nóos ni de la sociedad Aizoon. Se limitaba a realizar la declaración de Hacienda de todos los integrantes de la Familia Real, incluidos la infanta Cristina y su marido, aplicando las cifras que le facilitaban.

Urdangarin señaló varias veces en su declaración el nombre de Rubio y dijo que le facilitaba todos los datos de su actividad económica, puesto que se encargaba de realizar la declaración anual de impuestos. Una declaración con la que pretendía convencer de que siempre informó de su actividad económica a la Casa del Rey.

El inspector de Hacienda aclaró al tribunal que realizó la declaración de la infanta Cristina hasta el año 2010. Empezó a elaborarla en el año 1990, cuando la hermana del Rey se incorporó al mercado laboral. Cuando se casó con Urdangarin también elaboró su declaración. Lo hizo durante cuatro años, hasta el 2001. "Como vivían en Barcelona, Urdangarin me dijo que la declaración de impuestos se la realizarían sus asesores". A partir de ese momento terminó su relación con el cuñado del Rey, según señaló el testigo, que insistió en que no conocía las actividades profesionales que realizaba.

Aunque ya no hiciera la declaración de Urdangarin, sí continuó haciendo la de la infanta Cristina. Dijo que realizaba esta labor, sin ninguna remuneración económica, "por tradición", debido a la relación de años que mantenía con el Rey emérito. De hecho, el funcionario público desarrollaba esta labor para todos los integrantes de la Familia Real, aunque no aportó detalles de este trabajo.

Rubio quiso dejar muy claro que, pese a que es funcionario de Hacienda, no tenía ninguna obligación de realizar este trabajo de asesor. Lo hacía por amistad, igual "que puedo hacerlo con una amiga de mi hijo o con el portero. Es un compromiso personal mío, que reconozco que me honra".

Con respecto a la declaración de la infanta Cristina, el asesor tributario señaló que la mayor parte de los datos se los facilitaba Carlos García Revenga. Sin embargo, contaba con otras fuentes de información, debido a que la actividad económica de la hermana del Rey se desarrollaba en Barcelona. Por ello, explicó que cada año se ponía en contacto con los hermanos Tejeiro para que le facilitaran los datos fiscales de la hipoteca que estaban pagando, a partes iguales, los exduques de Palma por la compra de su vivienda en Barcelona. Además del resultado fiscal por la compra de la casa, también añadía en la correspondiente casilla los datos obligatorios de la empresa Aizoon, que compartía el matrimonio a partes iguales.

El funcionario de la Agencia Tributaria aclaró que únicamente conocía la información fiscal de Iñaki Urdangarin que afectaba a su esposa, como era precisamente el pago de la hipoteca, pero no incluía su actividad profesional relacionada con los negocios que desarrolló en Nóos.

La declaración como testigo del asesor Federico Rubio la había propuesto el abogado de Diego Torres. Hace algunos días anunció que renunciaba a su testimonio. Sin embargo, el fiscal Pedro Horrach mostró su interés en que acudiera a declarar como testigo, ya que los acusados lo habían nombrado muchas veces en su declaración y consideraba que sería un testigo interesante. Fue precisamente a preguntas del fiscal cuando el experto fiscal dejó claro que nunca controló, ni conocía, la actividad privada de Iñaki Urdangarin.