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Opinión

Sonia Valenzuela es más capaz que Teresa Palmer

Sonia Valenzuela es más capaz que Teresa Palmer

Sonia Valenzuela pasará a la historia como la novia del Obispo por culpa de Javier Salinas, el prelado que desobedeció los preceptos que impone a los demás. Un reflejo machista impide que el sacerdote reciba el título de "novio de Valenzuela", pese a la simetría de una relación que el marido de la mujer describió en su denuncia ante el Vaticano como "una brutal abducción" a cargo del titular de la diócesis.

Y sin embargo, los funcionarios del obispado de Mallorca admiten que Valenzuela fue el auténtico poder fáctico, durante su permanencia como secretaria personal y alumna particular del obispo en horario intempestivo. Sus opiniones no se limitaban a las humildes gestiones accesorias al secretariado, sino que desbordaban al control de los resortes de las diócesis. Ejerció una labor política de altos vuelos, en todos los sentidos si recordamos el viaje juniperiano a Estados Unidos.

Las intachables credenciales eclesiásticas de Valenzuela, sin olvidar la intensiva formación teológica impartida por Salinas en persona, enfatizan la mediocridad y torpeza mayúsculas de la gestión política de Teresa Palmer. Cuesta fracasar en el desempeño de un cargo tan insustancial como la delegación del Gobierno. Es difícil imaginar una función más triste que representar a Rajoy. La delegada solo se ha preocupado de su escolta.

Sin necesidad de analizar a la veintena de candidatos restantes, Valenzuela estaba más capacitada que Palmer para encabezar la lista del PP al Congreso. Por economía expresiva, basta señalar que la delegada fue nombrada por Bauzá, un padrinazgo que exime de ulterior comentario. Su actual elevación, también por vías sacramentales que no racionales, consigue empeorar la designación de Margarita Duran para perder con estrépito la alcaldía de Palma.

Vincular a Valenzuela y Palmer no es extemporáneo, la conexión entre ambas trasciende el ámbito religioso compartido. En la aparición más reciente de la delegada al margen de bautizos, bodas y comuniones, fue incapaz de aportar una sola información solvente en torno a la detención con fanfarria de Mohamed Harrak, presunto yihadista. Desde la ignorancia, a duras penas conseguía leer las notas que le fueron dictadas.

Desplazada sin contemplaciones por los ministros que han visitado Mallorca, véase su arrinconamiento por Ana Pastor tras el incendio en un ferry, Palmer pasará a la historia como la primera delegada del Gobierno que no asiste a la constitución del ayuntamiento de Palma. Este abstencionismo la descarta para un cargo democrático, de ahí la designación por parte de Génova.

Valenzuela ha robado el protagonismo a los restantes candidatos, otro indicio de la magnitud de la crisis que acucia a una formación antaño hegemónica. En tiempos de Bauzá, la autodestrucción del partido pasaba desapercibida a sus dirigentes. La diferencia estriba en que ahora capitanean con entusiasmo los actos suicidas.

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