­El candidato será por dedazo. El PP balear renuncia a su reivindicada autonomía y se somete de lleno al dictado de Madrid. El partido hegemónico en las islas se muestra incapaz de elegir al cabeza de lista para las elecciones del 26-J de entre sus 23 candidatos, nada menos, y se entrega a los caprichos de la dirección estatal. Un hecho insólito en su historia reciente que solo se explica por el profundo desconcierto en el que se halla.

Génova ya ha tomado la decisión a espaldas de Mallorca. Tras frustrarse su deseo de imponer a Maria Salom como número uno -ella misma ha preferido quedarse en su actual cargo en el Parlament-, la digitada será la delegada del Gobierno, Teresa Palmer. Una "candidata ecléctica, con un perfil políticamente inocuo", la definía ayer un cabeza pensante de la maltrecha formación al constatar la jugada.

Hasta veintitrés aspirantes presentaron ayer por sorpresa su currículum en la sede de Palma para ser el próximo cartel electoral. La operación fue tramada durante el fin de semana por los rodriguistas, aunque se les fue de las manos al apuntarse a la carrera las Nuevas Generaciones (NN GG) de Mallorca y algunos afiliados por su cuenta. Entre estos últimos figura Sonia Valenzuela, la exsecretaria personal del obispo de Mallorca, Javier Salinas. El prelado tuvo que despedirla tras una denuncia por una supuesta relación impropia que el marido presentó ante el Vaticano.

El plan orquestado por José María Rodríguez pretendía neutralizar la candidatura al Congreso de los Diputados de Pere Rotger, el hombre de Biel Company y el sector regionalista tras la retirada forzosa de Mateo Isern a la reelección. La designación de Rotger debía aprobarse ayer tarde en la junta insular del PP de Mallorca, pero se abortó con la cascada de solicitudes de militantes.

Génova: "Ya sois mayores"

Debilitados por las batallas internas, los populares delegan la elección de su representante en las Cortes en la cúpula de Mariano Rajoy. "Génova nos dijo ´sois mayores, buscad un nombre y os tenéis que poner de acuerdo´. No ha sido posible, y por eso elevaremos ahora las 23 solicitudes al comité electoral nacional, y que lo elija", se resignaba al tutelaje capitalino Jeroni Salom después de la junta insular celebrada en Inca.

"Hace tres días que intentamos encontrar candidato, pero aunque se ha intentado llegar a un consenso, todos defendían al suyo", resumía la reunión Salom. El presidente del PP de Mallorca -"me ha sorprendido porque siempre la c..., y hoy lo ha manejado muy bien", elogiaba su papel un afín a Company- tuvo que hacer de maestro de ceremonias en solitario. Miquel Vidal no se presentó. El presidente del partido en Balears "está agazapado debajo de una piedra después del ridículo que hizo el jueves", se reía la misma fuente del veto sufrido por Vidal en la junta regional de la semana pasada, para también ser el candidato con el apoyo de Madrid y los regionalistas.

Después de tumbar en cinco días a los dos candidatos de Company, los rodriguistas dejan al exconseller de Agricultura en ko técnico. Sus caras a la salida de la junta mostraban una satisfacción incontenida, frente al noqueo de los regionalistas, con la mirada perdida. Rodríguez se metió en el coche dejando a Rotger y otros como Miquel Ramis -el único ganador de esta batalla, ya que mantendrá su candidatura al Senado- debatiendo sobre el conflicto intergeneracional en el PP con los cariacontecidos candidatos de NN GG, que exigen una renovación de caras urgente.

Rotger pidió que se votara

Pere Rotger se "autoproclamó candidato el viernes, y así le ha ido", explicaba un miembro del PP de Palma la indignación suscitada en una parte de la militancia "al ver que otra vez los regionalistas ya se lo tenían todo repartido". Rotger pidió ayer en la junta que se votara; sabía que su grupo ganaba por mayoría de los presentes, aunque Company había sido advertido previamente de que no lo plantearan. Entonces intervino Rodríguez rechazando la consulta. Preguntó en voz alta si era lógico que "entre los cuatro primeros de la lista [que iba a encabezar Rotger] no hubiera nadie de Palma". Se escuchó un grito de "¡fuera!" al presidente del PP palmesano, que no se amedrentó y siguió defendiendo su cuota.

Jeroni Salom frenó la votación, justificándolo en que "la junta regional acordó que no se haría". En realidad fue una prohibición tácita de Madrid a Miquel Vidal. Génova no quiere más escenas de división a las puertas de una campaña electoral. En realidad el ´no´ de los rodriguistas ayer no era personalmente contra Rotger, sino por el modo de proceder de Vidal y Company.

Rodríguez explicó en público que había intentado un pacto durante todo el fin de semana, "pero si no te cogen el teléfono ni te responden a los WhatsApp, no se puede hacer", aludió veladamente al líder de los regionalistas. Teresa Palmer no es la candidata de los rodriguistas, sino de Madrid, aunque no se opondrán a ella. Su batalla ayer era otra, y la ganaron.