El exvicealcalde del Ayuntamiento de Madrid, Manuel Cobo, mostró ayer su total apoyo a la decisión de la candidatura olímpica de la ciudad de contratar a Iñaki Urdangarin, a través de una fundación, para que ayudara a buscar apoyos entre los integrantes del COI. El político madrileño, que declaró ayer como testigo en el juicio del caso Nóos, salió en defensa de la acusada Mercedes Cohen, directora ejecutiva de la sociedad Madrid16, a la que se acusa de haber contratado ilegalmente al marido de la infanta Cristina, al que abonó 140.000 euros para que actuara como lobby de influencias. El dinero público no se pagó directamente a Urdangarin. Se abonó a través de la Fundación Cultura, Deporte e Integración Social, camuflándose como donación.

Manuel Cobo, que fue quien propuso a Cohen para que ocupara este cargo en la candidatura olímpica, reconoció que no conocía la existencia del convenio con la fundación, ni tampoco la contratación de Urdangarin. Tampoco conocía las cifras económicas. Sin embargo, públicamente mostró ayer su apoyo a esta contratación. Detalló que los 6.000 euros al mes que se pagó a la fundación durante dos años era una "cifra razonable", frente a las cantidades millonarias que se manejan en el movimiento olímpico. "Urdangarin cumplía a la perfección los requisitos para actuar como lobby. Tenía acceso a muchos de los miembros del Comité Olímpico que decidían la ciudad ganadora", recalcó.

Sin embargo, el exvicealcalde reconoció que Urdangarin fue el único integrante de la Familia Real que cobró dinero por su colaboración con la candidatura, a pesar de que "casi todos habían ayudado a promocionar el proyecto olímpico de Madrid".

Detalló que en un momento determinado el Ayuntamiento de Madrid se planteó la posibilidad de contratar al cuñado del Rey como director ejecutivo de la candidatura olímpica. "Se quería buscar un perfil parecido al que representaba el atleta británico Sebastián Coe para el proyecto de Londres. Urdangarin era de las pocas personas que reunía las condiciones para dirigir el proyecto por su condición de deportista y de medallista olímpico", insistió el exvicealcalde de Madrid. Cobo quiso que quedara muy claro que Mercedes Cohen, pese a su cargo ejecutivo, no tenía capacidad ni autonomía para decidir este tipo de contrataciones. La empresa pública disponía de un gestor ejecutivo, interventor de profesión, que era quién ejecutaba estas decisiones. De hecho, Miguel de la Villa (ya fallecido), fue quien firmó el contrato con la fundación de Urdangarin, según recalcó el testigo en su declaración.

También reconoció que, pese a que siempre asistió a las reuniones del patronato, se enteró de la existencia de este contrato a través de la llamada telefónica de una periodista, que le informó que la candidatura olímpica había pagado al cuñado del Rey por su apoyo a la ciudad. Cobo explicó que llamó a Mercedes Cohen para pedirle información. Le pidió que le enviara un informe escrito "para informar a la prensa" y consideró que la explicación que le dio la excampeona olímpica era razonable. "No encontré ningún motivo para sospechar que era un montaje para sacar dinero", insistió.