-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿Se ha Roto?”
-No soy yo el problema. Se ha roto la sociedad, el alma del hombre, yo simplemente lo reflejo.
-¿Y si un banquero compra una de sus pinturas?
-No, porque por su precio no pueden ser un refugio de dinero. No busco un comprador, sino alguien a quien pueda ser útil esa imagen. Poner un precio es sencillo, porque lo mío está entre la escala media y la baja.
-¿Hay que elegir entre Rábago en colores o el Roto en negro y negro?
-El Roto representa lo inmediato o superficial, Rábago pinta un plano más adentrado y profundo. Dependiendo desde dónde mires, eso ves.
-Sus viñetas dicen, ¿sus pinturas qué quieren decir?
-Mi trabajo pictórico es simbólico, y los símbolos representan pero no son eso. Mi trabajo satírico es directo.
-¿La sátira con sangre entra?
-La sátira tiene una función a mi entender purificadora de la realidad, una voluntad de servir de acompañamiento al lector y de comprensión de sí mismo y de su entorno.
-Radios y teles citan su dibujo diario, ¿son fieles?
-Sinceramente, lo ignoro porque no suelo oír la radio ni ver la televisión. No sé lo que ocurre después. Lo hago para los lectores... Espera, esta respuesta es un poco confusa. Qué diría yo... Lo que ocurra con el dibujo ya no es responsabilidad mía.
-¿Le afecta la presión por el eco de sus dibujos?
-Mi conciencia de lo que hago no va más allá de la mesa de trabajo donde lo hago.
-Leíamos al Ops sin palabras, y pensábamos que debía ser un señor muy raro.
-Era un joven de veintipocos años. En cuanto a la rareza, siempre se mide en comparación a otra cosa, y yo me veo normal.
-Pero se basaba en la deformidad.
-Aquella deformidad solo reflejaba la monstruosidad del momento. La sociedad es ahora injusta, otra cosa.
-¿Su trabajo podría hacerlo un ordenador?
-No. Si un ordenador o una máquina pueden hacerlo, no es un trabajo propiamente humano.
-Si es otra persona, ¿se viste distinto para pintar?
-Claro, hay que llevar ropa que se pueda manchar. No puedo ser otra persona porque probablemente todavía no sé quién soy, aunque estoy en ello.
-¿Qué gana indignando a medio país?
-Es que yo no creo que sea así. Intento comprender y ayudar a otros a hacerlo.
-¿Interacciona con sus lectores en redes sociales?
-No es necesario, con el lector tenemos una relación a nivel inconsciente.
-¿Lee el periódico antes de entregar su viñeta?
-Ligeramente, porque la viñeta se corresponde con lo que ha aparecido en la prensa. Doy otra visión de la información que recibimos.
-¿Contra la crisis vivíamos mejor?
-¿Vivíamos? Nos estamos adentrando en la crisis, y no sabemos dónde está el fondo.
-¿Pensó que llegaríamos a esto?
-No, hace unos años era impensable, y aún no sabemos cómo hemos llegado aquí y quién nos ha traído. A veces hago dibujos que no salen de mí, que no se sabe de dónde vienen.
-¿Pinta la soledad española de Hopper?
-Hopper es un pintor que me ha interesado mucho, pero me encuentro más cerca de los metafísicos italianos, siempre en otra línea.
-¿Dibujaría una caricatura de Mahoma?
-No me veo haciendo una caricatura de Mahoma por no ser musulmán, que es cuando tendría interés.
-¿Imaginó alguna vez que los terroristas asesinarían a los caricaturistas?
-Obviamente, todo esto no tiene nada que ver con los caricaturistas ni con las revistas, sino con la búsqueda de una víctima que cause un máximo de impacto. No creo que los terroristas leyeran la publicación contra la que actuaron.
-Plantu presume de los dibujos que le censuran en ‘Le Monde’.
-Personalmente, nunca me han censurado ningún dibujo, y debe ser bastante duro estar en un periódico donde lo hacen.
-No hay amargura en su pintura.
-No la hay en mi pintura, que es la expectación frente al advenimiento de la luz, ni tampoco en mi dibujo, que es la representación de la oscuridad.
-¿En junio se volverá a votar lo mismo?
-Los candidatos son iguales, pero los votantes han cambiado mucho. Se han vuelto más desconfiados, será más difícil engañarles.
-¿Alguna vez ha dibujado un chiste?
-Nunca he buscado la comicidad, pero el resultado puede ser cómico sin pretenderlo.
