Agua, salud, educación. Tres elementos vitales que el norte da por supuestos mientras que en algunas zonas del sur han de pelear por ellos cada día. No muy lejos de Mallorca, a menos de siete horas de avión, hay niños que se mueren de hambre: "¿Cómo puede ser eso posible?".

Hace la reflexión Toni Mesquida, incombustible fundador de la organización no gubernamental Llevant en Marxa, que en los últimos años ha centrado su trabajo especialmente en Etiopía, un país donde la falta de lluvia supone la diferencia entre la vida y la muerta y que este año ha sufrido una pertinaz sequía.

Por ello, el mes de marzo varios voluntarios marcharon hacia el país africano, donde entregaron 20.000 kilos de maíz a 380 familias de Ropi, una zona azotada por la hambruna causada por la sequía: "El agua es lo primero: sin agua no hay vida, no hay nada".

Este reparto fue fruto de una campaña de emergencia puntual puesta en marcha por la entidad, que ya desde el 2003 ha emprendido diversas acciones para facilitar el acceso al agua a diversas comunidades. "Hemos hecho cuatro pozos y ahora tenemos otro previsto", indica Mesquida, que razona que son proyectos caros y muy complicados.

Mejorar la atención sanitaria en el país es otro de los grandes retos de Llevant en Marxa. Por ello, han colaborado en la construcción de siete habitaciones -con seis o siete camas en cada una- en un hospital público, donde han asegurado las condiciones básicas higiénicas como primera medida de prevención ante la aparición de enfermedades. Y hablamos de cosas tan básicas pero a la vez fundamentales como facilitar el acceso al agua para mejorar la higiene.

La ONG está construyendo además una departamento de pediatría en el hospital de Shashemane. En las expediciones que organizan viajan dentistas y médicos de todas las especialidades, que pasan semanas atendiendo a destajo de forma gratuita: "Normalmente arrancar una muela le puede costara un etíope 200 birrs, cuando el ingreso mensual medio de una familia es de unos 160 birrs". Poco más de seis euros. En su última viaje, los dentistas de la expedición del atendieron a 90 pacientes en tres días.

En materia de salud, la ONG valora ahora su mayor reto: asumir la gestión de un hospital, una leprosería, en el país etíope. Le ha hecho la propuesta una orden misionera y la están valorando, ya que saben que es una aventura importante.

Agua. Salud. Y educación. Así como sin agua no hay vida, "sin educación no hay futuro", constata Mesquida. La ONG que preside ha contribuido a formar a miles de niños de en todo el mundo. En Etiopía apoyan a la escuela de Kachachullo. Para ello, llevan a cabo proyectos para recoger donativos y recursos en varios colegios de la isla, como el CEIP Porto Cristo. Los alumnos de Kachachullo les han escrito cartas de agradecimiento: "La idea es acercar a los niños de aquí con los de allá", indica Mesquida, que recuerda que todo el mundo puede colaborar con esta institución de una u otro manera. Señala que en sus expediciones todos los perfiles tienen cabida, de un empresario -"al que se le queda grabado en la retina lo que ve"- a un médico o un fontanero. La cuestión es ayudar.