Iñaki Urdangarin tuvo ayer suerte en el juicio del caso Nóos: dos testigos que podían haber puesto luz en algunos de sus extraños negocios en el extranjero no comparecieron ante el tribunal y es improbable que lo hagan. Robert Cocks, el testaferro confeso del exduque de Palma, al que ayudó a cobrar 375.000 euros en Suiza no declarados a la Hacienda Española, está en ignorado paradero; mientras que la inexistencia de un convenio de cooperación judicial entre España y Suiza, país donde reside el consultor y amigo de Iñaki Urdangarin Alex Sánchez Mollinguer, impidió que éste testificara por vídeoconferencia.

La Policía ha intentado por todos los medios entregar a Cocks la citación para el juicio de Nóos. Se han visitado varias veces sus domicilios conocidos en España, pero el hombre de paja dedicado a la venta y cesión de sociedades pantalla no aparece.

El fiscal Pedro Horrach pidió ayer al tribunal que se tengan en cuenta las declaraciones de Cocks ante el juez Castro, pero hubiera sido mejor escuchar al eximputado belga explicar por qué se prestó, a cambio de unos 18.000 euros, a cobrar en Suiza un dinero pagado por el dueño de Aguas de Valencia al duque de Palma. Los 375.000 euros fueron transferidos por Cocks a otra cuenta en Suiza a nombre de José María Treviño, que se supone es otro testaferro de Urdangarin y cuyo testimonio se aplazó el jueves.

Cobraba por Urdangarin

Sánchez Mollinguer explicó ante la Policía que conoció en 2007 a Iñaki Urdangarin, con el que colaboró en tres proyectos distintos.

En todos ellos, la mecánica era siempre la misma, Urdangarin hacía los contactos, lograba los contratos y Sánchez Mollinguer trabajaba en ellos y cobraba de los mismos a través de una de sus empresas llamada Numa Capital. Esta empresa, a su vez, se encargaba de pagar una parte de los beneficios obtenidos con los contratos logrados por el yerno del Rey a la sociedad Aizoon, propiedad de Urdangarin y su mujer, la infanta Cristina

Uno de los negocios fue la búsqueda de patrocinadores para el Valencia Club de Fútbol en 2008. "Cobramos un fijo y pactamos un tanto por ciento si teníamos éxito en nuestras gestiones. Como no conseguimos nada, no cobramos el variable. Tenía un acuerdo verbal por el que me repartía los honorarios. Urdangarin facturó desde Aizoon contra Numa Capital", señaló Mollinguer. Las otras dos operaciones fueron en el extranjero: un informe sobre el posible desarrollo de Brasil con ocasión del Mundial de Fútbol del 2014 y pagado por el Banco Interamericano de Desarrollo y otro estudio para la Federación Internacional de Baloncesto sobre la modalidad de ese deporte de 3 contra 3.

Quien sí depuso fue Isabel Guitart, exgerente de la CAEB, que explicó la forma en que esa entidad colaboró con Nóos en uno de los Illes Balears Forum.