Airbnb es un negocio que empezaron tres jóvenes de San Francisco que no llegaban a fin de mes y decidieron rentar habitaciones para poder pagar el alquiler. Eso fue en 2007. Hoy esta plataforma de alquiler de viviendas y habitaciones por parte de particulares es "una revolución que no se va a parar". Y en esa revolución, Mallorca es "una zona estratégica", al ser el destino español que más demanda tiene de vivienda vacacional.

Las cifras hablan solas: en la isla se ofertan 8.000 anuncios de viviendas vacacionales (la cifra sube a 13.000 contando los núcleos urbanos); en 2015 más de 83.000 personas usaron los servicios de Airbnb para alojarse en estas viviendas y sus responsables estiman que, si se mantiene el ritmo de crecimiento, la cifra de visitantes se doblará en 2016: ya sucedió la pasada Semana Santa, cuando alquilaron viviendas 3.668 personas frente a las 2.000 de 2015. El pasado verano se quedaron en Mallorca con Airbnb hasta 45.000 personas, así que de mantenerse la tendencia esta temporada podría llegarse a los 90.000 huéspedes.

Y a estas cifras habría que sumar los turistas que se alojarán en núcleos urbanos, donde se ofertan unas 5.000 viviendas más.

Los propietarios que alquilaron su vivienda vacacional a través de esta plataforma -los "anfitriones", según la terminología de la empresa- ganaron en 2015 una media de 4.800 euros. Airbnb contabiliza 8.000 anuncios de vivienda vacacional, pero solo hay 2.600 anfitriones ya que hay particulares y agencias que gestionan varias propiedades. Los clientes -"los viajeros"- estuvieron una media de 6,1 días (por encime de la media estatal, que es de 5,8 días).

Carlos Larscoz, responsable de Desarrollo de Negocio de Airbnb, y Andreu Castellano, de Comunicación, presentaron ayer estos datos en Palma.

El crecimiento de este nuevo negocio ha sido tan rápido y espectacular en todo el mundo que está generando tensiones en algunas ciudades, que ya han empezado a regularlo: en Berlín por ejemplo han anunciado que pondrán coto a este tipo de alquileres para aliviar el grave déficit de viviendas con que se encuentran los residentes (conflicto que en Balears ya se está produciendo y que en Eivissa ha provocado incluso manifestaciones en la calle).

Larscoz indicó que la falta de viviendas para los residentes y el encarecimiento de los alquileres responden a "dinámicas muy complejas" en las que Airbnb es un "actor más" y no "la principal causa". Castellano añadió que "cada ciudad es diferente y tiene sus particularidades".

Ley de alquiler turístico y ecotasa

Sobre la regulación del alquiler turístico que planea el Consolat de Mar, los responsables de Airbnb indicaron que están en "diálogo constante" con las administraciones, incluyendo al Govern, aunque no ofrecieron más información sobre en qué punto están estas negociaciones. El objetivo para ellos es "conseguir reglas justas para esta manera de viajar". En cuanto al impuesto de turismo sostenible, Larscoz recordó que Airbnb se está encargando de recaudarlo en ciudades como París, Lisboa o Amsterdam y que es algo que están "abiertos a negociar".

¿Notan de forma especial en Mallorca la presión del lobby hotelero? El responsable de negocios de esta plataforma respondió que "por el hecho de que Airbnb crezca los hoteleros no tienen por qué tener pérdidas" ya que entiende que "mucha gente no viajaría si no tuviera esta opción de alojamiento". Larscoz y Castellano quisieron poner los datos en perspectiva al recordar que los 83.000 visitantes que se quedaron en Mallorca con Airbnb en 2015 representan un 0,7% de los doce millones de turistas que llegaron.

Además, la plataforma defiende que el visitante que se aloja con Airbnb no forma parte del "turismo de masas" sino que es un "turismo responsable que convive con el entorno" y que la mitad del gasto que hace es en la economía local.