El Govern y los ayuntamientos turísticos han decidido declarar la guerra al turismo de borrachera y a las excursiones etílicas que tan mala imagen están dando al turismo isleño. Ayer, en Platja de Palma, el alcalde José Hila y el vicepresidente y conseller de Turismo, Biel Barceló, anunciaron toda una batería de medidas para erradicar esta práctica. El ayuntamiento de Palma en pocas semanas aplicará a rajatabla las ordenanzas municipales y podría llegar a multar hasta con 3.000 euros a los grupos de turistas que beban en la vía pública.

Por su parte, el vicepresidente Barceló advirtió que los inspectores de Turismo controlarán a los establecimientos y se encargarán de impedir que los mayoristas de viajes organicen las excursiones que tienen como principal atractivo el que los turistas se emborrachen. Barceló explicó que, además de las medidas disciplinarias están intensificando las gestiones de carácter político. Uno de estos casos ha sido conseguir que un importante mayorista de viajes retire una publicidad ofensiva donde invitaba a sus clientes a emborracharse hasta quedar exhaustos. “La empresa ha entendido nuestras explicaciones y, además retirar la publicidad, ha prometido que evitará este tipo de actividades”, aseveró el conseller de Turismo.

Turismo y Cort dejaron claro que “vamos a actuar con todas las armas que tenemos”. En este sentido, el Govern señaló que las actuaciones no solo se ceñirán en actuaciones desde la administración turística. También actuarán las conselleries de Trabajo y el área de consumo para actuar contra los empresarios que no cumplan la ley.

Las administraciones públicas quieren evitar que se repitan escenas como la fiesta etílica que se organizó la pasada semana en Platja de Palma, donde centenares de personas bebían y se tiraban por el suelo en plena vía pública. El alcalde Hila aseguró ayer que la Policía Local de Palma ya ha enviado acta de lo ocurrido en esta fiesta a varios departamentos del Govern para que actúen contra los organizadores. “Los empresarios -incidió Hila- deben saber que en caso de que no cumplan las ordenanzas municipales las consecuencias serán graves”. La norma de convivencia de Cort apunta que en Platja de Palma, declarada como zona de intervención, este tipo de actuaciones puede ser sancionada con una multa que va de entre 1.500 euros y 3.000 euros. A partir de mediados de mayo se colocarán carteles en varios idiomas por toda la vía pública. Advertirán a los turistas de las cuantiosas sanciones si incumplen.

Sobre la excursión etílica organizada para hoy, el primer edil de Palma explicó que la Policía Local ha montado un dispositivo especial con el claro objetivo de impedirla.

Oídos sordos de Policía Nacional

José Hila aprovechó la ocasión para lanzar una dura crítica a la delegada del Gobierno, Teresa Palmer: “Quiero recordar que la seguridad ciudadana en esta zona también es competencia de la Policía Nacional. Quiero pedir a Delegación de Gobierno que nos escuche y refuerce sus efectivos, hasta ahora no nos ha escuchado”.