Una testigo que ocupó un alto cargo ejecutivo en la fundación de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia afirmó ayer que las decisiones que se adoptaban en esta empresa pública "venían de arriba", insinuando que procedían de los políticos y no de la dirección. La mujer detalló que fue despedida del cargo de directora comercial de la fundación como consecuencia de la declaración que realizó en el año 2012 ante el juez Castro, al que entregó una serie de documentos relacionados con la contratación del instituto Nóos. La testigo no citó ningún nombre al que pudiera atribuir estas órdenes, pero resaltó que estas indicaciones "venían de presidencia o de vicepresidencia", sobre todo cuando se trataba de decisiones importantes. También contó que ella conocía, porque se contaba en los pasillos de la empresa pública, que detrás del instituto Nóos existía la figura del marido de la infanta Cristina.

Otra testigo, una antigua patrona de dicha fundación de Valencia, también confirmó que las reuniones que se convocaban, en las que se adoptaban las grandes decisiones, "eran de andar por casa". Recordó vagamente el encuentro en el que se tomó la decisión de apoyar económicamente los proyectos que encabezaba el Instituto Nóos para organizar las ediciones de los Valencia Summit. Reconoció que no se opuso a la contratación, pero tampoco mostró mucho entusiasmo por estos proyectos. Esta mujer, que fue nombrada patrona por su condición de directora de hotel, recordó que los directivos de la fundación solicitaron plazas hoteleras gratuitas para los eventos que iba a organizar el instituto que presidía Iñaki Urdangarin. Explicó que ella se negó a facilitar una sola plaza gratuita y que esta decisión la comentó con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.