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Entrevista

Biel Huguet: "El turismo nos está asfixiando y estamos muriendo de éxito"

"El carácter mallorquín es un problema porque todo el mundo va por libre y solo se preocupa de él"

Biel Huguet es uno de los impulsores de la iniciativa empresarial para crear una marca que identifique el producto balear.

-¿En Balears existe vida fuera del turismo?

-Existe, pero debería de existir más, porque el turismo nos está asfixiando y nos estamos muriendo de éxito. Es hora de hacer un cambio hacia la calidad y frenar la cantidad.

-¿Vistos los cierres protagonizados por grandes marcas, la industria tiene futuro en las islas?

-Clarísimamente. Toda Europa habla del futuro de la reindustrialización y en Balears además tenemos una industria propia, con carácter, arraigada, de calidad, puesta al día y capaz de generar mucho valor añadido. Puede contribuir a crear un modelo económico y social mucho más equilibrado que el que tenemos en este momento, con un monocultivo extensivo de turismo que comenzamos a sufrir. Tenemos lo más difícil que necesita una industria: productos de calidad y el conocimiento para crearlos. Ahora falta conectarlos con los clientes.

-La idea que usted y otros productores están poniendo en marcha es una alianza entre pequeñas y medianas empresas de las islas. ¿Por qué algo tan lógico ha tardado tanto en nacer?

-Hay dos factores. Uno es que el carácter mallorquín es así. Todo el mundo va por libre y todo el mundo se preocupa solo de él. Cuesta encontrar experiencias de colaboración. Pero si a eso le añadimos que las Administraciones públicas, sobre todo en los últimos cuatro años, no han hecho absolutamente nada para ayudar, resulta todavía más difícil. Y todo ello pese a esa lógica, porque somos tan pequeños que, o colaboramos y hacemos fuerza juntos, o individualmente no tenemos capacidad para hacer muchas cosas.

-Usted habla de la calidad del producto balear. ¿En precio somos competitivos?

-Sin ningún problema. Eso no quita que debamos ser lo más eficientes posible. El producto es competitivo, pero hay que dirigirlo a una clientela que encaje con él. Entre los mallorquines hay gente dispuesta a pagar un poco más por calidad y por concienciación, y para el poder adquisitivo de los turistas el producto balear no es caro. Y sobre todo estamos muy cerca de una Europa occidental con mucha capacidad para absorber los precios que nosotros manejamos. Eso es aplicable a las baldosas, a las galletas, al vino o a los muebles. Lo que es evidente es que no podemos competir en precios bajos frente a productos de multinacionales, de China o de Marruecos, de ahí la apuesta por la calidad y el carácter. Calidad no implica ser caros o elitistas, sino eficientes.

-Esta iniciativa nace de siete empresas productoras isleñas, pero en su presentación ya ha habido cerca de un centenar que han mostrado interés en el proyecto ¿Qué marcas son las más significativas?

-Hemos hablado con Quely, Agama o Coinga. Pero hay que esperar a que formalmente se adhieran. También hemos tenido contactos con Lottusse. Ya estamos tramitando la creación de la asociación y en un par de semanas la formalizaremos y la daremos de alta.

-El primer paso es la creación de la asociación pero ya han anunciado que el objetivo es crear una marca que identifique a los productos de Balears.

-Estamos trabajando para definir esa marca, en la que quizás se apueste por diferenciar el nombre de cada isla.

-A la hora de vender al cliente extranjero, su ventaja es que millones de ellos vienen cada año a las islas. ¿No es algo que se ha aprovechado poco hasta ahora?

-No se ha aprovechado nada. Tenemos un potencial enorme para dar a conocer nuestros productos a los turistas que nos visitan. Si además somos capaces de llevar esos productos a sus países, las posibilidades se multiplican.

-¿Los costes de la insularidad suponen un déficit importante para exportar?

-No ayudan. Necesitamos compensaciones en el transporte marítimo para poder estar en igualdad de condiciones con las empresas de la península, que disponen de AVE. Pero si somos capaces de generar calidad y valor añadido, esos costes no deben de ser un obstáculo.

-¿Cuál es el principal problema de la industria balear para sacar sus productos al exterior?

-Es una cuestión de mentalidad y de que las empresas nos creamos que tenemos productos muy buenos. Una vez tienes claro que quieres internacionalizarte, el primer problema inicial que tienes que afrontar es el de la promoción y darte a conocer al cliente. Precisamente con la creación de la marca de producto balear lo que pretendemos es tener presencia en los países más próximos de Europa, donde nos conocen. La colaboración entre productores nos permite acudir a ferias internacionales a las que sería mucho más difícil asistir de forma individual.

-Uno de sus problemas es que los polígonos industriales son e realidad comerciales y con unos precios del suelo demasiado altos.

-Es evidente que es un problema. Pero es global. No hemos de hablar solo de industria, sino de sociedad mallorquina y de qué modelo económico queremos. El modelo actual nos está asfixiando. ¿Podemos decir abiertamente que no debemos crecer más en número de turistas? No necesitamos mucho suelo industrial, pero lo que no es viable es que todo este orientado solo hacia el turismo. Si nos importa lo que pasa con Bimbo o con Coca-Cola, mucho más debería de importarnos lo que pasa con los tejares de Vilafranca, con el mueble de Manacor o los zapatos de Inca. Las Administraciones deben de asumir un liderazgo en este objetivo, y al menos parece que el actual Govern tiene esa intención.

-La industria genera empleos cualificados, más estables y mejor pagados. ¿Balears cuenta con trabajadores preparados para cubrir sus necesidades?

-Se debe de mejorar este aspecto. No contamos con fórmulas para orientar a los jóvenes hacia las empresas ni mecanismos para que se formen adecuadamente. Pero lo cierto es que cada vez hay más pequeñas empresas con gente joven.

-Ustedes pretenden que su nueva asociación pueda actuar como lobby. ¿Hay capacidad de presión si no se tienen apellidos hoteleros?

-Debería de haberla, porque el grupo de los hoteleros es muy pequeño y el del conjunto de la ciudadanía muy amplio. Lo que importa en primer lugar es Mallorca y no el turismo, y por eso éste último debe de encajar en las necesidades de la isla y no al revés. El turismo funciona muy bien, así que aprovechemos para reconducir su modelo hacia lo que nos interesa a todos y no solo a unos pocos.

-¿La industria es el sector más abandonado por los diferentes Gobiernos autonómicos?

-Creo que sí, aunque con diferencias, porque el Govern de José Ramón Bauzá ni siquiera tenía una Dirección General de Promoción Industrial y llevó este abandono a su punto más extremo.

-El actual Govern se ha comprometido a aprobar un plan de reindustrialización ¿Qué debería de contemplar?

-El Govern debe de hacer dos cosas. En primer lugar, ofrecer un liderazgo y apoyo, apostar, confiar y dar prestigio, y cuando escucho a los consellers Iago Negueruela o Biel Barceló veo que tienen un discurso que nos interesa. Ahora falta la segunda parte, que es concretarlo con hechos y aportar recursos. Se ha de reforzar este tipo de empresas y la economía que representan. Respecto a las actuaciones que debe incluir el plan, se debe de trabajar en la comercialización porque lo primero que necesitamos es vender. Las políticas de promoción son básicas. Y el segundo pilar es la innovación, ya que solo podremos ser competitivos si somos capaces de ofrecer un buen producto. Uno de los problemas de Mallorca es que ha sido muy fácil sobrevivir empresarialmente gracias al turismo, porque tenemos sol y playas, pero este modelo se ha agotado y ahora hemos de ser mucho más eficientes e innovadores.

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