El fracaso de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para alcanzar un pacto de gobernabilidad, que aboca a las nuevas elecciones el próximo 26 de junio, sienta especialmente mal a Francina Armengol y la deja en una posición muy incómoda. La presidenta del Govern ha jugado un papel destacado en las negociaciones entre su partido y Podemos. Desde el minuto cero, y hasta el último momento, la socialista ha defendido en Madrid un pacto a la balear -que es el mismo que a la valenciana, aunque al final haya cuajado solo esta última consigna-, es decir, un gobierno del PSOE con el apoyo externo de Podemos y los nacionalistas, que desaloje a Mariano Rajoy del poder.

Ayer en el Parlament Armengol seguía con especial atención todas las maniobras que parecían evitar la 'segunda vuelta' in extremis. La socialista fue informada a media mañana de la oferta de Mònica Oltra (Compromís) para desencallar el impasse entre Sánchez e Iglesias, que condujo durante unos minutos a la esperanza. Duró poco, pues desde Madrid cerraron la puerta de inmediato. La secretaria de organización del PSIB-PSOE, Bel Oliver, se encargó de informar a la presidenta de los avatares en Madrid. Sobre las dos de la tarde comunicó que la solución valenciana no iba a salir adelante.

La falta de acuerdo entre Sánchez e Iglesias frustra al PSIB y a Armengol, que temen fatales consecuencias para la estabilidad del Govern. Los socialistas asumen de antemano una nueva debacle electoral el 20-D por el adelantamiento de Podemos. En Balears, el partido de Iglesias le sacó 23.000 votos al PSIB-PSOE en las generales de diciembre, relegándole a tercera fuerza. El más que previsible nuevo sorpasso de los podemistas tendrá su traslado en clave local, lo que supone una amenaza directa a la estabilidad del actual Ejecutivo, a un año de su estreno.

Con todo, en el PSIB lo que peor encajan es la posible continuidad del PP, y sobre todo de Rajoy, al frente del Gobierno central después del 26-J con el apoyo de Ciudadanos, por una nueva falta de entendimiento entre la izquierda, o porque los números no sumen.

Los socialistas baleares se han sentido incómodos por el pacto de Sánchez con Albert Rivera, y aún admitiendo que Pablo Iglesias "se lo ha puesto muy difícil a Pedro con su actitud", creen que a nivel de Ferraz ha faltado estrategia para responsabilizar a Podemos de la imposibilidad del pacto.

Armengol está en contacto telefónico y en persona con Pedro Sánchez, al que ha trasladado su postura. La presidenta ha venido defendiendo que la única lectura de las urnas el 20-D pasaba por una alianza de la izquierda. También el expresidente socialista Francesc Antich, ahora en el Senado, ha hecho valer sus contactos en Madrid para apoyar un pacto como en Balears. "Hace falta paciencia, saber adónde quiere ir el otro, y hasta dónde puedes ceder. Y también un poco de suerte", es el manual del buen negociador que repite el de Algaida, en base a su experiencia de dos gobiernos del PSOE con la extinta Unió Mallorquina, tan difíciles de visualizar al principio.

Los esfuerzos de Armengol y Antich no han cuajado en Sánchez, a quien sus correligionarios en las islas ven poco proclive a ir de la mano de Podemos.

Lista de Més y Podemos

La convocatoria de nuevos comicios abre un nuevo escenario en las islas, con la apuesta de Més de concurrir en una misma lista con Podemos, para desbancar al PP. En declaraciones recogidas por la agencia Efe, el portavoz del grupo nacionalista, David Abril, apostó ayer por conformar "una coalición amplia de fuerzas de izquierda alternativa", que incluye a Esquerra Unida (EU) y Esquerra Republicana (ERC) y a Podemos, formación de la que espera respuesta, de cara a unas posibles elecciones. Abril confirmó que con EU y ERC esta posible coalición está "avanzada" con el intercambio de un documento común. Indicó que "un gran acuerdo de izquierda y soberanista" en el Gobierno de España le "iría bien a Balears para poder sacar adelante las políticas progresistas sin que se pongan constantemente pegas y palos a las ruedas" por parte del Ejecutivo central. Abril señaló que la propuesta de coalición Més la ha hecho a Podemos, y está pendiente de su respuesta.