La quinta edición de la paella solidaria fue todo un éxito. Cerca de medio millar de personas se acercaron a los jardines de la residencia de las Hermanitas de los Pobres para participar en el evento y, de paso, contribuir con su aportación al mantenimiento de lo que las religiosas denominan la Casa, recinto en el que viven hasta noventa personas de avanzada edad y sin recursos atendidas por ocho hermanas de la orden caritativa.

Los tiques para poder degustar el arroz solidario se pusieron a la venta el pasado lunes en la misma residencia de las Hermanitas de los Pobres, ubicada en la calle General Riera, previo desembolso de doce euros.

Y es que, como explicó la madre superiora sor Pilar, esta congregación religiosa vive de las aportaciones económicas de particulares ya que no reciben ninguna subvención por parte de la Administración.

El soleado día de ayer contribuyó a animar a más gente a comer al aire libre y colaborar con esta iniciativa solidaria.