Contradictorias percepciones de la personalidad y el talante de Mohamed Harrak, el presunto yihadista detenido el pasado martes en el barrio palmesano de Son Gotleu.

Desde que "es una bellísima persona", como proclamaba el propietario de tres tiendas que comercializan material de Airsoft (juego y deporte de estrategia basado en una simulación militar al que es aficionado la persona acusada de querer captar a militantes para el DAESH) que confesó que tenía al marroquí entre sus clientes habituales, hasta la apreciación de que "no es que fuera de los más simpáticos" con la que respondía un empleado del hotel Rey Don Jaime de Santa Ponça en el que trabajaba Harrak como cocinero.

Y algunos de sus tuits tampoco contribuyen a formarse una idea clara de lo que tramaba esta persona y qué ideas le rondaban por la cabeza.

Así, en tres entradas consecutivas a esta red social, fechadas el 9 de diciembre de 2014, Mohamed Karrak se esforzaba por contactar con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). De manera privada, claro está. "Hola buenos días, podría hablar con alguien del cni en privado", escribía en el primero de ellos. "Inteligencia del cni me refiero claro", continuaba para concluir con un insistente: "Hola me gustaría hablar con alguien en privado. Podría ser?"

Se desconocen los motivos por los que el presunto integrista islámica quería contactar con el espionaje español y desde luego no parece esta la actuación más idónea de alguien que quiere sustraerse a la vigilancia de las fuerzas de seguridad.

"Sí, era un cliente habitual y un esporádico participante en algunos de nuestros juegos", sostenía el propietario de las tiendas de productos de Airsoft, que declinó hacer más declaraciones a este medio de comunicación.

Tampoco sus entradas en Facebook contribuían a aclarar mucho más sobre su personalidad o sus verdaderas intenciones ya que en esta red también se comportaba como un ciudadano normal adhiriéndose a campañas contra la barbarie del terrorismo integrista islámico o sumándose a iniciativas contra los desahucios o a favor de la igualdad de género. Aunque todo pudiera ser una cortina de humo con la que ocultar sus verdaderas intenciones, quizá menos altruistas y más fanáticas.

Precisamente, David Abril, portavoz de Més en el Parlament, llamó ayer a intentar evitar el racismo que, estimó, "hace tanto daño como el terrorismo. Esperemos que esta detención haya sido la primera y la última", confió antes de destacar que esta lacra es un fenómeno global desvinculándola de este manera de la realidad de la barriada de Son Gotleu, recogió Mateu Ferrer. En el mismo sentido, y según informa Josep Capó, el alcalde del Palma, José Hila, pidió ayer a los ciudadanos que no utilicen la detención del terrorista del DAESH en Son Gotleu para criminalizar a la barriada y a las distintas comunidades que viven en ella, dijo tras recordar que en Ciutat cohabitan 80.000 extranjeros de distintos orígenes y extracciones sociales y que por tanto esta detención solo puede calificarse como un hecho aislado. Palma es una ciudad "segura y acogedora", concluyó