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Vivienda

Pisos a 256 euros al día en la isla del alquiler turístico

El exceso de demanda que vive Mallorca de cara a este verano dispara en unas semanas el precio de los pisos que se alquilan ilegalmente en edificios residenciales - Los destinos baleares serán este verano los más caros del mundo, superando a Nueva York, Barcelona, Tokio, París o Roma

Pisos a 256 euros al día en la isla del alquiler turístico

Dejen de hablar del turismo como la gallina de los huevos de oro de Mallorca. No tiene sentido: el oro sale más barato. Al menos este verano, el de todos los llenos y todos los vértigos. Que vértigo da. Lo leen en el título: este verano, en los días más calientes de julio y agosto, el piso o la casa completa de alquiler en la isla se alquila por más de 250 euros la noche. De media, ojo, que luego hay veladas que salen por 3.000 euros, pisos de casco antiguo por 70 euros la noche y refugios de menor nivel que en ningún caso bajan en temporada alta de los 50 euros por jornada. ¿Muchos euros? Pues encima de estas líneas tienen la comparativa, que da aún más vértigo que el precio disparado y disparatado de la isla: Mallorca y Eivissa serán este verano los destinos turísticos más caros del mundo.

Ni la exótica Hawai ni el Montecarlo más cool se acercan a las tarifas que calzan los propietarios de casas y pisos en la isla. Tampoco pueden permitirse pedir tanto en la siempre bien cotizada gran manzana de Nueva York. Ni en la capital que suele encabezar el ránking mundial de asfixia vital y carestía para vivir: Tokio. Ni siquiera las muy turísticas Roma y París se atreven a reclamar 250 euros por noche de casa, como no osan intentarlo en esas islas griegas que comparten este verano condena a abarrote con Balears. Nadie supera a Mallorca y Eivissa. Ni en precio, ni en la garantía de gentío y sudor de euros que se avecina esta temporada ya en marcha, en la que en abril ya hay atascos en las vías turísticas de Palma.

El 'tsunami' Air BNB

Los precios que leen son todos del negocio que está revolucionando el turismo mundial, Air BNB. En su página web y, sobre todo, en sus millones de pisos en oferta en todo el mundo, queda claro que esto del alquiler turístico en edificios residenciales es un tsunami imparable, por mucho que quieran frenarlo los hoteleros. Y como tsunami que es, el fenómeno tiene un potencial de destrucción de lo establecido jamás visto en esto 70 años de expansión sin freno de la hotelería como base del turismo mundial. Eso, guste o no, se ha acabado: en Air BNB y páginas similares se ofrecen más de 50.000 pisos y casas en las islas para este verano. Y son para turistas, que lo difícil no es encontrar donde dormir un día o una semana de vacaciones, sino convencer a los propietarios de que renuncien a cientos de euros fáciles a la semana para alquilar por mucho menos a residentes estables.

Pero eso es otra historia, que está explicada en la información que acompaña a estás líneas en la siguiente página. Aquí la cosa va del exceso de demanda que tiene Mallorca este verano, que esa es la clave del asunto. Lo constataba la semana pasada Fritz Joussen, el presidente del mayor touroperador europeo, TUI, que advertía de que no queda sitio para veranear en la isla: "A Mallorca no podrán ir este verano todos los turistas que lo deseen". Que lo desean. Y mucho. Lo han leído en este mismo diario, en boca de hoteleros, dueños de agencias y gestores del Govern, que vienen a decir exactamente lo mismo: que el exceso de demanda para este verano es brutal, con lo que no habrá ni hueco libre, ni ofertas de descuento de último minuto, ni nada que se le parezca. Solo abarrote y precios en estampida.

También queda claro observando los datos de Air BNB, como ha hecho este periódico. Hace dos semanas, Diario de Mallorca recogió en el portal citado los precios medios de un piso en Mallorca en esta temporada. Y hace dos días lo volvió a hacer. El resultado es sorprendente. Un ejemplo lo explica. Hace dos semanas, alquilar un piso o casa en Mallorca en la tercera semana de agosto costaba de media 163 euros por noche, que ya es un pico: 1.141 euros por una semana de alquiler vacacional. Pues bien, dos semanas después, el precio medio por noche es ya de 256 euros. O 1.792 euros a la semana, para quien los tenga. Es decir, si los datos de Air BNB son correctos, en solo dos semanas el exceso de demanda de vacaciones en Mallorca ha disparado los precios un 63%. 100 euros más por día. De media. Cómo para no entender a quienes corren en tropel para poner en alquiler vacacional el piso que antes alquilaban por años a residentes.

Hasta en el Govern usan Air BNB

También es lucrativa la cosa para los portales, que sin poner más que la plataforma digital se llevan comisiones de servicio de entre 20 y 100 euros por semana de alquiler, caso de Air BNB. Aunque la mayor parte del negocio se queda en la isla. Y está bien capilarizado. Llega a todos los rincones. Si tienen tiempo dense una vuelta por la web de Air BNB y curioseen entre los nombres y perfiles de quienes alquilan pisos y casas a turistas: en media hora de escrutinio rápido, este diario encontró empresarios destacados, representantes de partidos, destacados nombres de la cultura o incluso alguna directora general del Govern, a la que no citaremos porque precisamente lo que hace, en su caso, es legal (se trata de una casa aislada, que se puede alquilar y comercializar turísticamente, al contrario de lo que ocurre con los pisos en edificios residenciales, que son la mayoría de la oferta, pese a estar terminantemente prohibido por la ley).

Esa capilaridad es otra de las claves de un negocio que lo mismo llena el bolsillo de propietarios que viven de rentas que alivia el ahogo del presupuesto familiar a familias en paro, sin más ingresos que lo que sacan del piso que alquilan mientras escapan unas semanas de verano a vivir con los padres o los abuelos. También esa universalización del fenómeno apunta al lío que se avecina ahora que el Govern va a admitir el alquiler en edificios residenciales, pero con condiciones y limitaciones claras. Aunque eso llegará después del verano, con una reforma legal impulsada por el vicepresident Barceló. Mientras, prepárense para el verano de todos los euros en los destinos más caros del mundo: Mallorca y Eivissa.

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