Iñaki Urdangarin y su esposa la infanta Cristina tienen problemas para vender sus dos pisos en la calle Pedrera dos pisos en la calle Pedrerade Palma, embargados parcialmente para cubrir las fianzas del caso Nóos. Los exduques de Palma han solicitado al juez José Castro más tiempo (hasta el próximo 30 de septiembre) para enajenar esos inmuebles, para los que tienen un comprador.

La pareja pidió en octubre del año pasado permiso al magistrado para vender las dos viviendas, más otros tantos trasteros y garajes situados en el número 8 de la calle Pedreras, a un paso del Paseo Marítimo. Los inmuebles pertenecen, desde 2004, a Aizoon, la inmobiliaria y consultoría presuntamente usada por los exduques de Palma para defraudar a Hacienda y por Iñaki Urdangarin para desviar fondos públicos.

En un escrito dirigido al instructor del caso Nóos, Iñaki Urdangarin explica que tiene un comprador para esas propiedades y que esta persona, a la que identifica, ha firmado una opción de adquisición.

El problema es que uno de los pisos está habitado por un inquilino y para su venta los propietarios deben esperar a que finalice el contrato de arrendamiento, que vence el próximo agosto.

Por esa razón se reclama más tiempo para consumar la compraventa.

El pasado 29 de enero Castro autorizó la venta de los inmuebles, aunque manifestó que el precio ofrecido por el comprador parece escaso, dado el coste de las fincas en 2004 y su actual tasación.

Los compradores de los inmuebles han ofrecido 250.000 euros, cuando una empresa tasadora los ha valorado en 317.000 euros y los entonces duques de Palma pagaron por ellos 419.000 euros.

La acusación popular Manos Limpias se opuso a la operación y la Abogacía del Estado, representante de Hacienda, expuso la conveniencia de contar con una tasación de las fincas.

Castro pidió a Iñaki Urdangarin que aportara esa valoración de los pisos, informe que la defensa del cuñado del Rey aportó el pasado 26 de noviembre.

Según las cuentas que Urdangarin presentó en el juzgado de instrucción 3 de Palma, tras la venta de sus propiedades únicamente va a quedar un remanente limpio de unos 27.000 euros, que serán entregados para cubrir su fianza millonaria del caso Nóos.

Sobre los pisos, trasteros y garajes pesan sendas hipotecas, que habrá que cancelar, además se tendrán que pagar los preceptivos impuestos y abonar la comisión a la inmobiliaria que ha intermediado en la operación.