Los isleños ahorran más, pero ahorran diferente. La casi nula rentabilidad que en estos momentos ofrece la tradicional cartilla de ahorro a plazo (en muchos casos no alcanza ni el 04%) esta desviando las reservas de los baleares (es un fenómeno común en todo el país) había otros productos, como las cuentas de ahorro, sin rentabilidad pero tampoco riesgo y de total liquidez; los planes de pensiones, con mayores ventajas fiscales; o los fondos de inversión, con mayor riesgo aunque graduable y rentabilidad más alta.
El Banco de España solo analiza la evolución de los depósitos bancarios, pero ese cambio de tendencia resulta patente. Así, el valor de las cartillas a plazo de los isleños ha pasado de los 9.990 millones de euros de finales de 2014 a los 8.259 millones del cierre del pasado año, lo que demuestra el rechazo que genera un producto que no ofrece liquidez y ahora tampoco rentabilidad.
Por contra, los depósitos a la vista y de ahorro (sin rentabilidad pero de los que se puede disponer en cualquier momento) han pasado en esos doce meses de los 9.980 millones de euros a los 12.587 millones
Como se ha indicado, a ello hay que sumar los ahorros que se han destinado a planes de jubilación y fondos de inversión, que también muestran una tendencia al alza.
Oficinas bancarias
El informe del Banco de España también muestra el fuerte ajuste que las entidades financieras han aplicado en su red de oficinas, inicialmente impulsado por el proceso de fusiones y actualmente para reducir costes y bajo el argumento de que los avances tecnológicos hacen que éstas sean menos necesarias.
En 2007, antes del estallido de la crisis, los bancos y cajas disponían en las islas de una red de 1.241 oficinas, A finales de 2014, esa cifra había caído hasta las 945, y el pasado año se cerró con solo 909.
